miércoles, 24 de septiembre de 2008

DISPUESTOS A PARTIR

Aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. (Hebreos 10:37)
¡He aquí, vengo pronto! (Apocalipsis 22:7)

El retorno del Señor Jesucristo está cerca. Esta bienaventurada esperanza ¿llena nuestros corazones de gozo o nos deja insensibles?
De manera precisa, el andar terrenal del creyente da la respuesta a esa pregunta. Al escribir a los filipenses, el apóstol Pablo les recomienda: “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (4:5) y Santiago escribe: “La venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta” (5:8-9).
La mansedumbre, la paciencia, el olvido de sí mismo, la sobriedad en el uso de los bienes terrenales… para el creyente esto es la conducta que el Señor aprobará cuando venga.
Nuestra manera de vivir ¿está en armonía con el ferviente deseo expresado en esta oración: “ven, Señor Jesús”? La vanidad, el egoísmo, el afán de lucro, la búsqueda de los honores no pueden conciliarse con tal deseo, como tampoco un corazón altanero, liviano o indiferente.
Nuestra conducta debería permitirnos considerar sin inquietud alguna nuestro traslado a la presencia del Señor de un momento a otro. Él no viene para poner orden en nuestros corazones sino para regocijarlos al tomarnos junto a él. Los que nos conocen, ¿ven en nosotros gente dispuesta a partir?

No hay comentarios: