viernes, 30 de diciembre de 2016

CUANDO LOS DISCÍPULOS DESCUBRIERON EL SECRETO DE LO QUE LO MANTENÍA AL SEÑOR EN PLENITUD LE DIJERON… ENSÉÑANOS A ORAR

… [Jesús] subió al monte a orar aparte… (v. 23). Mateo 14:13-23 Era una mañana atareada en el salón de la iglesia donde yo estaba ayudando. Casi una docena de niños hablaban y jugaban. Con tanta actividad, empezó a hacer calor en la habitación, y abrí la puerta. Un muchachito consideró que esa era su oportunidad de escaparse. Entonces, cuando pensó que nadie lo veía, salió de puntillas. Cuando estaba por alcanzarlo, no me sorprendió que estuviera yendo derecho hacia los brazos de su papá. Este niño hizo lo que todos necesitamos hacer cuando la vida se vuelve ardua y angustiosa: se escabulló para estar con su padre. Jesús buscaba oportunidades para pasar tiempo en oración con su Padre celestial. Según el Evangelio de Mateo, fue a un lugar solitario cuando lo seguía una multitud. Al ver sus necesidades, los sanó y les dio de comer. Sin embargo, después de eso, «subió al monte a orar aparte» (Mateo 14:23). Aunque Jesús ayudó muchas veces a una gran cantidad de personas, no permitió que esto lo agotara ni lo apresurara, sino que alimentaba su comunión con Dios por medio de la oración. ¿Y qué sucede contigo? ¿Dedicarás tiempo a estar a solas con Dios para experimentar la fortaleza y la satisfacción que solo Él ofrece? ¿Qué te produce mayor satisfacción: cumplir con las demandas de la vida o cultivar tu relación con el Creador? 11 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. 5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas 11:1-13) 5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. 9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:5-15) Cuando nos acercamos a Dios, ¡refrescamos la mente y renovamos las fuerzas!

lunes, 26 de diciembre de 2016

NO TENGAMOS MIEDO DE LAS MANIFESTACIONES DE DIOS PORQUE SI ES NUESTRO PADRE ES PARA EL BIEN DE NOSOTROS

… No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo (v. 10). Lucas 2:8-14 El último día de una conferencia de editoriales cristianas en Singapur, 280 participantes de 50 países se reunieron en el jardín del hotel para tomar una fotografía grupal. Desde el balcón del primer piso, el fotógrafo sacó varias fotos desde distintos ángulos antes de decir al final: «Terminamos». Una voz entre la multitud exclamó con alivio: «Bueno… ¡Al mundo paz!». A lo que otro replicó: «Nació Jesús». Uno tras otro empezó a cantar, hasta que todo el grupo entonó el conocido villancico. Fue una muestra conmovedora de unidad y gozo que nunca olvidaré. En el relato de Lucas de la historia de la Navidad, un ángel anunció así el nacimiento de Jesús a un grupo de pastores: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor» (Lucas 2:10-11). El gozo no era para pocas personas, sino para todos, «porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito» (Juan 3:16). Al compartir con otros el mensaje de Jesús que transforma la vida, nos unimos al coro mundial, aclamándolo «por tan precioso don, que Dios nos da con gran amor». « ¡Al mundo paz, nació Jesús!». Señor, que podamos ver a todas las personas como receptores de tu gracia y tu gozo. La buena noticia del nacimiento de Jesús es motivo de gozo para todos.

jueves, 22 de diciembre de 2016

QUE BUENO SERIA TENER LA OPORTUNIDAD DE CONTARLES A QUIENES PASAN CON NOSOTROS ÉSTA FIESTAS PARA QUE NACIÓ JESÚS

… estad siempre preparados para presentar defensa […] ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros (v. 15). 1 Pedro 3:8-16 En un retiro espiritual de invierno, un hombre preguntó: « ¿Cuál fue el mejor regalo de Navidad que recibiste?». »El año siguiente, en Navidad, fui a ver una obra en la iglesia de un amigo. No porque quisiera conocer a Jesús, sino para ver a mi sobrina que actuaba. Es difícil describir lo que sucedió porque suena tonto, pero, en medio de la obra, sentí que necesitaba estar entre esos pastores y ángeles que recibían a Jesús. Después de escuchar cantar Noche de paz, me quedé sentado llorando. »Esa noche, recibí mi mejor regalo de Navidad, cuando un amigo, que está aquí a mi lado ahora, se quedó para decirme cómo aceptar a Jesús como mi Salvador». En ese momento, su amigo exclamó: «Y ese también fue mi mejor regalo de Navidad en la vida». Esta Navidad, no dejemos de contarles a otros la historia gozosa y sencilla del nacimiento de Jesús. Padre, que podamos ver a quienes necesitan al Salvador y les hablemos de Él. Que recordemos que la razón de esta celebración es oír y contar la historia de tu Hijo. El mejor regalo de Navidad es Jesús, y la paz y el perdón que ofrece a todos.

viernes, 16 de diciembre de 2016

EL QUE TIENE OJOS PARA LEER LEA LO QUE EL ESPÍRITU LE ESCRIBE A LA IGLESIA

… Oíd palabra del Señor… (v. 2). Jeremías 7:1-11 El lema de nuestro campamento para adultos era «Consuela a mi pueblo». Un orador tras otro comunicaban palabras de ánimo, pero el último cambió de tono drásticamente. Tomó Jeremías 7:1-11, y su tema fue «Despierten del sueño». Sin rodeos, pero con amor, nos desafió a despertarnos y alejarnos de nuestros pecados: «No se escondan detrás de la gracia de Dios ni sigan viviendo en secreto. Nos jactamos, diciendo: “Soy cristiano; Dios me ama”, pero practicamos toda clase de pecados». Sabíamos que tenía razón, pero nos retorcíamos en los asientos mientras lo escuchamos decir: «Dios es amor, ¡pero también es fuego consumidor! (Ver Hebreos 12:29). ¡Nunca será indulgente con el pecado!». El profeta de la antigüedad preguntó: «Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso […] y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones?» (Jeremías 7:9-10). Esta era la otra cara del lema del campamento sobre el consuelo divino. Como una hierba amarga que cura la malaria, sus palabras fueron espiritualmente sanadoras. Si escuchamos palabras duras, no debemos huir, sino responder a su efecto curativo. Señor, ayúdame a no desafiar tus instrucciones. El propósito de la disciplina del Padre celestial es que nos asemejemos más a su Hijo.

domingo, 11 de diciembre de 2016

SE NECESITAN INTERCESORES ANTE EL PADRE

… La oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16). Lectura: 1 Reyes 18:41-45 A menudo, Dios decide utilizar nuestras oraciones para llevar a cabo su obra. Esto lo vemos cuando le dijo al profeta Elías: «yo haré llover sobre la faz de la tierra», prometiendo poner fin a una sequía en Israel que había durado tres años y medio (Santiago 5:17). Aunque Dios había prometido que llovería, poco después, «Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas» para pedir fervorosamente que lloviera (1 Reyes 18:42). Entonces, mientras oraba, mandó a su siervo «siete veces» para que mirara hacia el mar y observara si había alguna señal de lluvia en el horizonte (v. 43). Elías entendió que Dios quiere que participemos en su obra mediante la oración humilde y persistente. A pesar de nuestras limitaciones humanas, el Señor tal vez quiera obrar de maneras asombrosas a través de nuestras oraciones. Por eso, Santiago afirma que «la oración eficaz del justo puede mucho» y nos recuerda que «Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» (Santiago 5:16-17). Cuando nos proponemos servir a Dios orando fielmente como lo hizo Elías, participamos de un privilegio maravilloso… ¡y en cualquier momento, podríamos ver un milagro delante de nuestras narices! Señor, ¿cómo puedo servirte hoy con mis oraciones? Las grandes expectativas de nuestra parte honran a Dios.

martes, 6 de diciembre de 2016

LA NUEVA VIDA EN CRISTO

… sean bondadosos y misericordiosos […] unos a otros… (Efesios 4:32). 17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 20 Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Si compartimos estos textos así en forma literal para que se tomen en cuenta en nuestras actitudes estaríamos tratando de ser mejores cristianos por nuestra cuenta lo cuál sería “religión”, en muy pocas oportunidades esta “verdad” se entrega como un ayo (persona que en una casa acomodada se encargaba del cuidado y educación de los niños) que conduzca al Señor para que sea Cristo en definitiva el que haga la obra de regeneración en nuestras vidas sin que nos demos cuenta que esa sería la verdadera transformación o conversión y no por el esfuerzo humano o justicia humana que es como trapo de inmundicia para El Señor o sea recomendar que se busque al Señor constantemente para andar con El en el Espíritu sobre la marcha con el Señor y no solamente sentados acumulando letra lo cuál agranda la cabeza y achica el corazón. 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Colosenses 2:23 Cuantas más oportunidades de andar con Cristo tengamos…, más vamos a parecernos a El y la gente va a tener la enorme oportunidad de conocer al Señor y ser atraído por su perfecto Amor. Al mostrar la nueva vida en Cristo estamos diciendo estamos diciendo que hay Poder en Cristo y que todo se puede. Señor, la gente quiere ver a Dios y Dios quiere mostrarse, pero acomoda nuestras vidas para que seamos el instrumento justo que El Padre use para tal efecto y sea expuesta su existencia y propósito.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

POR TI Y POR MI SE PAGO UN PRECIO MUY CARO QUE SOLAMENTE DIOS PODÍA ABONAR

… fuisteis rescatados […], no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo… (vv. 18-19). Lectura: 1 Pedro 1:17-23 Se cuenta que, en el año 75 a.C., un joven de la nobleza romana llamado Julio César fue secuestrado por piratas, tras lo cual se pidió un rescate para liberarlo. Cuando exigieron 20 talentos de plata (unos 600.000 dólares hoy), César se rió y dijo que era evidente que no tenían idea de quién era él. Entonces, insistió en que elevaran el monto del rescate a 50 talentos. ¿Por qué? Porque creía que valía más de 20. ¡Qué diferencia vemos entre la arrogante valoración personal de César y el precio que Dios le pone a cada ser humano! Nuestro valor no se mide en términos monetarios, sino en función de lo que el Padre celestial ha hecho a nuestro favor. ¿Cuál fue el precio del rescate que pagó para salvarnos? La sangre de su único Hijo al morir en la cruz. Así, el Padre nos liberó de nuestro pecado: «fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo» (1 Pedro 1:18-19). Dios nos amó tanto que entregó a su Hijo para que muriera en la cruz y resucitara de los muertos para redimirnos y rescatarnos. Este es el valor que tienes para Él. Padre, gracias por el precio que pagaste para que fuera perdonado. Que mi vida sea una expresión constante de gratitud. Nuestro valor lo determina el precio que Dios pagó para rescatarnos.

sábado, 26 de noviembre de 2016

¡CUIDADO! LA LENGUA ES UN FUEGO ENTRE OTRAS COSAS…

El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño (v. 10). 1 Pedro 3:8-12 ¿Alguna vez mandaste un email y, de pronto, te diste cuenta de que había ido a la persona equivocada o que contenía palabras duras e hirientes? ¡Si tan solo pudieras presionar una tecla y detenerlo! Bueno, ahora puedes hacerlo. Varias compañías ofrecen una opción que te da un tiempo breve después de enviar un correo para detenerlo antes de que salga de tu ordenador. Después de eso, el email es como una palabra dicha que no puede retractarse. En lugar de considerarse una solución, esta opción de «no enviar» debería recordarnos la enorme importancia de cuidarnos en lo que decimos. En su primera carta, el apóstol Pedro les decía a los seguidores de Jesús: «no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo […]. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala» (1 Pedro 3:9-11). El salmista David escribió: «Pon guarda a mi boca, oh Señor; guarda la puerta de mis labios» (Salmo 141:3). Esta es una buena oración para empezar cada día y en toda situación en que queramos contraatacar con palabras. El poder de la lengua 3 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo[a]. 2 Porque todos tropezamos[b] de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice[c], es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. 3 Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. 4 Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad[d] del piloto quiere. 5 Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno[e] e inflama el curso[f] de nuestra vida[g]. 7 Porque todo género[h] de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género[i] humano, 8 pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal. 9 Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; 10 de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. 11 ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga? 12 ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce. (Santiago 3:1-12) Señor, ayúdame a cuidar mi corazón para controlar mi lengua, y mis palabras para no herir a los demás. Y en humildad, a saber pedir perdón. La muerte y la vida están en poder de la lengua. Proverbios 18:21

jueves, 17 de noviembre de 2016

¿CUANDO DAS LIMOSNA QUIEN QUIERES QUE TE VEA?

… sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público (v. 4). Mateo 6:1-6 Carina se esfuerza muchísimo para que la gente la admire. Se muestra feliz casi todo el tiempo para que los demás lo noten y la elogien por su actitud. Algunos la felicitan porque la ven ayudar a personas de la comunidad. Sin embargo, cuando se sincera, admite: «Amo al Señor, pero, en cierto modo, siento que mi vida es solo una apariencia». Una sensación de inseguridad se esconde detrás de sus esfuerzos por intentar quedar bien ante los demás, y reconoce que ya no puede seguir así. Tal vez todos nos identifiquemos en algo, ya que es imposible tener motivaciones perfectas. Amamos al Señor y a los demás, pero lo que nos mueve en la vida cristiana suele mezclarse con el deseo de ser reconocidos o valorados. Jesús habló de los que dan, oran y ayunan para que los vean (Mateo 6:1-6). En el Sermón del Monte, enseñó: «sea tu limosna en secreto», «cerrada la puerta, ora a tu Padre» y «cuando […] ayunen, no se muestren afligidos (vv. 4, 6, 16 [RVC]). Aunque el servicio suele hacerse en público, quizá un poco de auxilio anónimo podría ayudarnos a aprender a valorar lo que Dios opina de nosotros. El que nos creó a su imagen nos valora tanto que entregó a su Hijo y nos muestra su amor cada día. Alguien dijo que el que no es recompensado en público es porque no está haciendo nada en secreto…, serán puntos de vista… Señor, perdóname por desear el elogio de los demás más que el tuyo. Ayúdame a tener motivaciones puras. El deseo de agradar a Dios debería ser nuestra mayor motivación para obedecerlo.

sábado, 12 de noviembre de 2016

ESTE ES EL PAN VERDADERO Y NO HAY QUE GANÁRSELO NI HAY QUE COMPRARLO…, VIENE DE REGALO

Yo soy el pan de vida (v. 48). Juan 6:34-51 Alguien que vive en una pequeña ciudad mejicana comentó que todas las mañanas y las tardes puede escucharse un grito distintivo: «¡Paaan!». Un hombre en una bicicleta, con una canasta enorme, ofrece una gran variedad de panes frescos, dulces y salados. Antes, vivía en una ciudad más grande, donde tenía que ir a comprar pan a la panadería, pero ahora, disfruta que se lo traigan fresco a la casa. Pasando de la idea del alimento físico al hambre espiritual, pienso en las palabras de Jesús: «Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre» (Juan 6:51). Alguien dijo que evangelizar consiste en que un mendigo le dice a otro dónde encontrar pan. Muchos podemos afirmar: «Antes, estaba espiritualmente hambriento, muriéndome de hambre a causa de mis pecados. Entonces, escuché la buena noticia. Alguien me dijo dónde encontrar pan: en Jesús. ¡Y mi vida cambió!». Ahora tenemos el privilegio y la responsabilidad de guiar a otros a este Pan de vida. Podemos hablar de Jesús en nuestro barrio, lugar de trabajo, escuela y sitios de recreo; en la sala de espera, el autobús o el tren, y aprovechar también las amistades para comunicar la buena nueva. Jesús es el Pan de vida. Demos a todos la gran noticia. Señor, quiero testificar de ti en todas partes. Comparte el Pan de vida dondequiera que estés.

lunes, 7 de noviembre de 2016

SI TIENES EL COLLADO DIFICULTAD POR DELANTE…, BEBE DE LA FUENTE INAGOTABLE Y ENCARA

Del arroyo beberá en el camino, por lo cual levantará la cabeza (v. 7). Salmo 110 En lo alto de un pliegue de la Cumbre Jughandle, entre las montañas al norte de nuestra casa, hay un glaciar. La ruta para llegar hasta allí asciende por una cresta empinada y angosta, cubierta de lomas y piedras sueltas. La subida es agotadora. Sin embargo, allí hay un manantial que brota de un terreno blando y cubierto de musgo que atraviesa una pradera exuberante. Es un lugar tranquilo para beber y prepararse para el duro ascenso. En El progreso del peregrino, la clásica alegoría de la vida cristiana, de John Bunyan, Cristiano llega al pie de una empinada subida llamada Collado Dificultad, «… en el que había una fuente […]. Cristiano se acercó a la fuente, bebió y se refrigeró. Emprendió después collado arriba…». Quizá la difícil montaña que enfrentas es un hijo rebelde o un diagnóstico médico grave. El desafío parece insuperable. Antes de enfrentar la próxima tarea difícil, acude a la fuente de refrigerio: Dios. Preséntale tu debilidad, agotamiento, desesperanza, temor y duda, y bebe profundamente de su poder, fortaleza y sabiduría. El Señor conoce todas las circunstancias y te dará un caudal de consuelo y fortaleza espiritual. Él levantará tu cabeza y te dará fuerzas para seguir avanzando. Señor, dame fuerza en mi debilidad, energía en mi agotamiento y fe ante mis dudas. «Aquel que dispone todas las cosas [… dejó] a Cristiano que siguiese su camino». John Bunyan

miércoles, 2 de noviembre de 2016

HABLAR ES UNA NECESIDAD Y ESCUCHAR ES UN ARTE

Es mejor escuchar las suaves palabras del sabio… (v. 17 rvc). Eclesiastés 9:13-18 Hace poco, el esposo de mi sobrina escribió en una red social: «Diría muchas cosas más por la web si no fuera por esta vocecita que me incita a no hacerlo. Como seguidor de Cristo, uno podría pensar que esa voz es el Espíritu Santo. Pero no, no es así. Es mi esposa». La sonrisa que esto genera viene acompañada de una sobria reflexión: las advertencias de un amigo pueden reflejar la sabiduría divina. Eclesiastés 9 afirma que «es mejor escuchar las suaves palabras del sabio» (v. 17 rvc). Las Escrituras nos exhortan a no ser sabios en nuestra propia opinión ni soberbios (Proverbios 3:7; Isaías 5:21; Romanos 12:16). En otras palabras, ¡no debemos creer que tengamos todas las respuestas! Proverbios 19:20 aconseja: «Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez». Ya sea que se trate de un amigo, un cónyuge, un pastor o un compañero de trabajo, Dios puede utilizar a otros para enseñarnos más de su sabiduría. «En el corazón del prudente reposa la sabiduría», declara también Proverbios (14:33). Una manera de incorporar las verdades del Espíritu es descubrir cómo escuchar a los demás y aprender de ellos. Señor, gracias por tu Palabra que me enseña a amarte a ti y a los demás, y por las personas que has colocado en mi vida para recordarme tus verdades. La sabiduría verdadera empieza y termina en Dios.

viernes, 28 de octubre de 2016

CIERTAMENTE DIOS ES BUENO Y PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA

Dad gracias a Dios por todas las cosas, porque esa es la voluntad del Padre. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!… (v. 17). Salmo 139:14-18 Un chico está aprendiendo a contar hasta diez. Cuenta todo, desde juguetes hasta árboles. Incluso, cosas que yo tiendo a pasar por alto, como las flores silvestres camino a la escuela o los dedos de sus pies. Así, le está enseñando a volver a contara su madre. A veces, está tan inmersa en cosas que no ha terminado o que no tiene, que deja de ver todo lo bueno que le rodea. Olvida contar las amistades nuevas que hicieron este año y las respuestas de oración que ha recibido, las lágrimas de gozo derramadas y los momentos de risa con amigos. Sus diez dedos no le son suficientes para contar todo lo que Dios le da cada día. «Has aumentado, oh Señor Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados» (Salmo 40:5). ¡Ni siquiera podríamos llegar a contar todas las bendiciones de la salvación, la reconciliación y la vida eterna! Junto con David, alabemos a Dios por todos sus preciosos pensamientos sobre nosotros y lo que ha hecho a nuestro favor: « ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena» (Salmo 139:17-18). ¡Aprendamos a contar! Señor, aunque no puedo contar todas las cosas buenas que haces, te doy gracias por cada una. Demos gracias a Dios por sus innumerables bendiciones.

domingo, 23 de octubre de 2016

EL QUE ESTÁ CON NOSOTROS ES MAS FUERTE QUE EL QUE ESTÁ EN EL MUNDO

No temas delante de ellos, porque contigo estoy… (v. 8). Jeremías 1:1-10 Mientras hacía una pasantía en una revista, escribí sobre una persona que se había convertido al cristianismo. De manera drástica, le dijo adiós a su antigua vida y se aferró a su nuevo Amo: Jesús. Cuando la revista comenzó a venderse, una llamada anónima amenazó: «Cuidado, Darmani. ¡Te estamos vigilando! Si escribes historias como esa en este país, tu vida corre peligro». No fue la única vez que me amenazaron por hablar de Cristo. En otra ocasión, un hombre me dijo que desapareciera con el folleto que le ofrecía o ¡si no…! En ambos casos, reaccioné como un cobarde, aunque fueron solo amenazas verbales. Para muchos cristianos, estas amenazas se han materializado. A veces, los maltratan por solo vivir vidas piadosas. El Señor le indicó a Jeremías: «a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande» (Jeremías 1:7). Y a sus discípulos, Jesús les dijo: «yo os envío como a ovejas en medio de lobos» (Mateo 10:16). Quizá enfrentemos amenazas, dificultades y aflicciones, pero Dios promete estar con nosotros. «Contigo estoy», le dijo a Jeremías (Jeremías 1:8); y a sus seguidores, Jesús les aseguró: «yo estoy con vosotros todos los días» (Mateo 28:20). Sea lo que sea que enfrentemos al tratar de vivir para el Señor, podemos confiar en que Él está con nosotros. Señor, gracias por estar siempre cerca. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. —Mateo 5:10

martes, 18 de octubre de 2016

ARREPENTÍOS Y CONVERTÍOS DE TODO VUESTRO CORAZÓN

Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios… (v. 13). Joel 2:12-17 En muchas culturas, llorar a gritos, gemir y rasgarse la ropa son formas aceptables de lamentarse por angustias personales o grandes desastres nacionales. Para los israelitas del Antiguo Testamento, expresiones similares reflejaban un profundo dolor y su arrepentimiento por haberse alejado del Señor. Una demostración externa de arrepentimiento puede ser significativa si procede del corazón. Pero, si uno no es interiormente sincero con Dios, solo estaría fingiendo, aun dentro de la comunidad de la fe. Dios, a través del profeta Joel, llamó al pueblo de Judá a arrepentirse, para evitar juicios mayores: «Por eso pues, ahora, dice el Señor, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento» (Joel 2:12). Luego, les pidió una respuesta en lo profundo de su ser: «Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo» (v. 13). El arrepentimiento verdadero nace en el corazón. El Señor anhela que le confesemos nuestros pecados y recibamos su perdón, para que podamos amarlo y servirlo con todo el corazón, alma, mente y fuerzas. Juan el Bautista sigue siendo durísimo…, diciendo…: 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Jesucristo tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Jesucristo aun de estas piedras. 10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Si hay algo que debes decirle al Señor hoy, díselo de corazón. Dame de tu gracia para arrepentirme de corazón. Dios quiere escuchar tu corazón.

jueves, 13 de octubre de 2016

NADIE PUEDE VENIR A MI, SI NO LO TRAE EL PADRE, QUE ME ENVIÓ

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento (v. 32). Lucas 5:27-32 La noche en que proyectaríamos una película en la iglesia y por la que habíamos orado tanto había llegado. Se habían colocado anuncios por todo el pueblo, y las pizzas ya estaban en el horno. Esteban, el pastor de jóvenes, esperaba que ese filme sobre las pandillas en Nueva York incentivara a los jóvenes a evangelizar a esos grupos, pero se había olvidado de que televisaban un partido de fútbol y que asistiría poca gente. Cuando iba a comenzar la película, llegaron cinco motociclistas, todos vestidos de cuero. Esteban se puso pálido. El líder de los motociclistas lo miró y preguntó: «Es gratis y para todos, ¿no?». Esteban respondió: «Solo para miembros del club». El motociclista tomó un brazalete con las letras QHJ (¿Qué haría Jesús?) y se lo dio. Avergonzado, Esteban los hizo pasar. ¿Alguna vez te pasó algo así? Deseas compartir la buena noticia de Jesús, pero tienes una lista mental de las personas «aceptables» para hablarles. Los líderes religiosos solían criticar a Jesús por reunirse con ciertas personas. Sin embargo, Él recibía de buena gana a todos los que el resto de la sociedad evitaba, porque sabía que eran quienes más lo necesitaban (Lucas 5:31-32). Señor, ayúdame a ver a las personas a través de tus ojos de amor y a aceptar a todos los que pones en mi camino. Un corazón abierto a Cristo se abrirá también a aquellos que Él ama.

sábado, 8 de octubre de 2016

JESUCRISTO TIENE EL AGUA DE LA VIDA

… sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna (v. 14). Juan 4:7-15 En algunas partes del mundo, es difícil encontrar agua potable. Por eso, una organización llamada Water Is Life [El agua es vida] desarrolló un recurso maravilloso: «El libro bebible». ¡El papel del libro está recubierto de nanopartículas de plata que filtran casi el 99.9% de las bacterias perjudiciales! Cada hoja arrancada puede usarse una y otra vez para filtrar hasta 100 litros de agua a un costo de solo unos pocos centavos. La Biblia con la ayuda del Espíritu Santo es también un libro inusualmente «bebible». En Juan 4, leemos sobre una clase particular de sed y un tipo de agua especial. La mujer junto al pozo necesitaba saber más que saciar su sed física con un líquido limpio y transparente. Le había llegado el momento de su vida…, estaba por conocer a la Fuente de «agua viva»; necesitaba la gracia y el perdón que solo Dios puede dar. Un texto del Libro Sagrado ungido por el Espíritu puede calmar, saciar, perdonar, limpiar, restaurar, libertar, sanar, consagrar, santificar y lleva a hacer toda la voluntad de Dios en un 100 x 100% y toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia 2Timoteo 3:16. La Palabra de Dios es el libro «bebible» supremo que señala al Hijo de Dios como la única fuente de «agua viva». Aquellos que acepten el agua que Jesús ofrece disfrutarán de «una fuente de agua que salte para vida eterna» (v. 14). En otra oportunidad muy puntual… 37-38 El último día de la fiesta era el más importante. Aquel día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte: —Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva. 39 Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que el Espíritu todavía no estaba, porque Jesús aún no había sido glorificado. Juan 7:37-39 Señor, anhelamos la satisfacción que solo tú puedes dar. Ayúdanos a descartar lo que nos deja vacíos y sedientos, y cambiarlo por la satisfacción del agua viva que tú ofreces. Jesús es la única fuente de agua viva.

lunes, 3 de octubre de 2016

AL QUE VIENE A TU LADO DALE AMOR

… qué pide el Señor tu Dios de ti, sino […] que andes en todos sus caminos, y que lo ames… (v. 12). Lectura: Deut. 10:12-22 Alguien que vivía en una zona remota de Ghana cuando era chico observo la practica de un proverbio común que era: «A la hora de comer, nada de amigos». La gente del lugar consideraba descortés visitar a alguien a esa hora porque la comida solía escasear. La máxima también se aplicaba a los vecinos y los extranjeros. Sin embargo, en Filipinas, donde también vivió, aunque no avises que los visitarás a la hora de comer, los anfitriones insistirán en que comas con ellos, sin importar que no haya suficiente para todos. Cada cultura tiene sus razones. Cuando los israelitas salieron de Egipto, Dios dejó instrucciones sobre cómo proceder. No obstante, las normas no siempre cambian el corazón. Por eso, Moisés dijo: «cambia la actitud de tu corazón y deja de ser terco (Deuteronomio 10:16 NTV). Luego, agregó algo sobre el trato a los extranjeros: Dios «demuestra amor a los extranjeros que viven en medio de ti y les da ropa y alimentos. Así que tú también tienes que demostrar amor a los extranjeros» (18-19). Israel servía al «Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible» (v. 17). Una manera poderosa de identificarse con Él era amando a los extranjeros; los de otras culturas. ¿Qué significa esto hoy para nosotros? ¿Cómo podemos mostrar su amor a los marginados y los necesitados? En la dimensión espiritual no hay fronteras, aunque los que somos de Dios pertenecemos en lo profundo a La Patria Celestial del Reino de los Cielos y los demás a Patrias terrenales, aunque en algunos momentos disfruten circunstancialmente de las maravillas y beneficios que les corresponde a los que somos de ese Divino LUGAR…, éstos serían extranjeros, bien entonces a ellos Dios nos dice: Ámenlos…, y en otro lugar también dice: No se olviden que ustedes también fueron extranjeros… Señor, ayúdame a mostrar hoy tu amor. En Cristo, no hay extranjeros.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

NOSOTROS ORAMOS PERO HAY OTRO QUE PERFECCIONA NUESTRO PEDIDO

… el Espíritu mismo intercede por nosotros […]. Cristo […] también intercede por nosotros (vv. 26, 34). Lectura: Romanos 8:22-34 Cuando enfrentamos una situación confusa o un problema difícil, solemos pedir a nuestros hermanos en Cristo que oren por nosotros. Es un gran aliciente saber que otros se interesan por nosotros y presentan nuestra necesidad ante Dios. Pero ¿qué sucede si no tienes amigos creyentes cerca? Tal vez vives donde hay oposición al evangelio de Cristo. ¿Quién orará por ti? Romanos 8, uno de los grandes y triunfantes capítulos de la Biblia, declara: «qué hemos de pedir como conviene no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. […] conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos» (Romanos 8:26-27). El Espíritu Santo está orando hoy por ti. Además, «Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros» (v. 34). El Señor Jesús, que vive, también está orando por ti hoy. ¡Piénsalo! El Espíritu Santo y Jesucristo mencionan tu nombre y tus necesidades a Dios Padre, quien escucha y obra a tu favor. No importa qué suceda en tu vida o cuán confusa sea tu situación, no enfrentas la vida solo. ¡El Espíritu y el Hijo están orando por ti hoy! Amado Dios, me inclino a ti en humilde gratitud por las oraciones hechas a ti a mi favor por el Espíritu y tu Hijo. ¡Qué verdad tan asombrosa! El Espíritu Santo y Jesús siempre están orando por ti.

viernes, 23 de septiembre de 2016

¿ESTAS CANSADO O CARGADO POR LA RELIGIÓN…? VENI A MI QUE YO SOLO CONOZCO AL PADRE Y DESDE YA AL VERDADERO DESCANSO, DIJO JESÚS.

25 En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. 26 Sí, Padre, porque así lo has querido. 27 »Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer. 28 Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. 29 Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. 30 Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.» El único requisito es tener una necesidad (v. 28). Nadie está excluido. "Venid a mí todos los que estáis. . ." Jesús habla del cansancio del trabajo duro. ¿Está usted "cada vez más cansado hasta el punto del agotamiento?" Jesús dice: "Venid a mí todos ustedes que están cargados." El "cansado" es el cansancio de la pesada carga de las reglas y regulaciones puestas sobre los hombros de la gente por los escribas y fariseos. La gente se agotó con la búsqueda de la verdad religiosa. El legalismo siempre coloca las cargas de opresión sobre las personas. Se aplica a cualquiera que trata de todo o en parte para alcanzar la salvación por medio de su propio esfuerzo. Todo lo que el legalismo hace es demostrar a la persona que no puede salvarse a sí mismo por las normas. Esto es imposible. Y Siempre hace que una persona tropiece espiritualmente. La búsqueda de Dios siempre termina en Jesucristo. "Venid a mí todos ustedes que están trabajados y cargados. " La religión una cosa llena de regla sin fin y regulaciones. Ven a Jesucristo y serás puesto en libertad. El "cargados" es un estado de cansancio lo que significa que se siente abrumado por el miedo, la ansiedad y la desesperación. Jesús está describiendo "los que están cargado con la carga y se doblan bajo su peso." La ley judía y los mandamientos dictados por vía oral cada acción y la actividad de la vida judía. Se trataba de una pesada carga para la persona religiosa sincera de llevar. Sólo Jesús puede venir a tu lado y levantar la carga, y los hará que descanse. Hay una dulce tranquilidad cuando te juntas con Cristo Jesús. Él nos invita a tomar su yugo sobre nuestros hombros. Una paráfrasis ampliada podía leerse así: "Usted está angustiado por los mandatos de legalistas que los maestros religiosos de la Ley han establecido sobre ti. Venid a mí, voy a recibir su carga y hallaréis descanso conmigo." ¿Ha atrapado en algún culto, a un líder religioso que le ha colocado obligaciones a usted? ¿Te ha impuesto algún hombre una lista de demandas que supuestamente serás un mejor cristiano si lo obedeces? LA PROVISIÓN DE LA VIDA TRANSFORMADA (11:28-30) "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (v. 28). Jesús es el único que proporciona "descanso" (v. 28c). "Yo te haré descansar." Más literalmente, Jesús dice: "Yo, sí, yo, te voy a dirigir o hacer que descanses." La enfática: "Yo", significa Jesús hará lo que los escribas y fariseos, no pueden hacer. Él le dará el poder para hacer lo que Él exige de los "niños". Rejuvenecimiento, refresca como el agua viva. "Yo os haré descansar." Es mucho más simple que el simple descanso, es una transformación. ¿Necesita un descanso espiritual? Que significa "descansar". Jesús alza la carga, dando un refrigerio. Literalmente, "yo te haré descansar." Se le hará descansar. Jesús nos ofrece la paz de la mente, el corazón y la seguridad de la salvación en lugar de la carga pesada del legalismo. Los hombres nunca pueden obtener este descanso a menos que Cristo se los de. ¿Cómo Jesús da este descanso? Esta es la vida cambiada. Es la vida de la gracia. Es la vida de Cristo el único que puede dar a los que están cansados y agobiados. Somos aceptados en el favor de Dios a través de la perfecta justicia de Jesucristo (romanos 5:1; 8:1). Sólo Jesucristo da el descanso. Otros profesores de religión pueden dar una justicia propia, o un autoengaño, pero sólo Jesucristo salva. Jesús Intercambio los yugos con nosotros (vv. 29-30). Como un carpintero Jesús, probablemente hizo muchos yugos para los agricultores alrededor de Nazaret. Él podría haber hecho bien ajustados los yugos de modo que no los magullara o apretara o quedaran ampollas de los animales. Los yugos de palestinos en tiempos de Jesús eran de madera. El campesino llevaba su vaca al carpintero que tomaba las medidas y esbozaba el yugo y el buey fue traído de vuelta y el yugo se probó para el ajuste. El carpintero trabajó con él hasta que el yugo se ajustó cuidadosamente de modo que sería bien ajustado y sin rebabas, no el buey. El yugo se hecha a medida para adaptarse a los bueyes. Sí, yo también, sospecho que Jesús hizo los yugos ajustados y perfectos. "Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga" (vv. 29-30). Él nos invita a "Llevad mi yugo" (v. 29). En la literatura judía es el símbolo de la suma total de la sumisión a las obligaciones que una persona toma sobre sí. "Yugo del Torá", "yugo de los mandamientos", "yugo del reino", fueron las expresiones que describen los yugos judíos. Su interpretación puso un yugo pesado sobre sus hombros. Había yugos de legalismo, yugos de la salvación por obras, yugos de la obediencia a las normas, reglamentos, etc. Jesús dice: intercambiemos yugos. Aquí Llevad mi yugo. Yugo conmigo! Simplemente confía en mí y yo os haré descansar (la salvación y la santificación) para vuestras almas cansadas y agobiadas. Elijo someterme a las enseñanzas de Jesús. Que optan por convertirse en su discípulo y ser obediente a él. Ese es su yugo. Se trata de un yugo de la fe y la confianza en una persona. Elijo ser unido con Jesucristo. Los Yugos legalistas son negativos y depresivos al tenerlos alrededor. Ellos le ahogan ésta la muerte espiritual. Jesús dice: "Hazte mi alumno, estad sujetos a Mis instrucciones y aprended de mí." Él nos invita a venir y someternos a él. No podemos hacer eso sin humillarnos y confiar en él. Jesús todavía hace ajustes perfecto con los yugos. Cuando Dios nos envía las oportunidades en su servicio se hacen para adaptarse exactamente a nuestras necesidades y nuestras capacidades. Cuando estamos juntos con Jesús, las cargas se convierten en canciones. Jesús nos da un yugo hecho a la medida y nos invita a someternos a él. Aprende lo que significa llegar a ser mi discípulo. Su discipulado es como un yugo que ajuste bien de sumisión, porque Él es manso y humilde. El yugo que Jesús nos da no nos acalambra ni una pizca u obstaculiza. Si el yugo de Cristo da pellizcos y amargura es debido a que tiramos en contra de Él y no en la sumisión a él. Lo que Jesús exige es "la luz". Él exige la simple confianza en él y la obediencia. Esto trae paz y alegría. Él nos libera de la esclavitud espiritual. Él lleva la carga cuando estamos unidos con él. Cuando estamos en yugo con Él, le servimos de forma espontánea, con avidez y entusiasmo de un corazón de amor. ¿Necesitas un descanso para el alma cansada? Dale tu carga. . . su ansiedad. . . su hambre de Dios. ¿Tienes tiempo para una relación madura, íntima de amor con el Señor Dios? El "descanso" que Jesús da es una comunión íntima con Dios. La invitación de Jesús es: "sométete a mí, y hallaréis descanso en mí." ¿Tiene usted algunos viejos yugos de legalismo? Tienen que ir a cambiarlos por el yugo de Jesús. Su yugo no es pesado. Está lleno de amor y gracia. Cristo aligerar su carga. Martín Lutero dijo: "la carga de Cristo es la luz, porque nos ayuda a soportar, y cuando llega a ser demasiado pesado para nosotros Él se pone debajo de la carga con nosotros." Se pondrá por debajo y levantará las cargas. Su yugo es "manso y humilde de corazón." Su yugo es suave, porque Él es amable y gentil. El yugo que Jesús pone en nosotros es fácil de usar. La carga que le da no es muy pesada, porque Él la lleva con nosotros. La palabra "manso" es la misma palabra que Jesús usa en las bienaventuranzas en Mateo 5:5. Aquí está el poder bajo un control perfecto. Él es "manso", en contraposición a los profesores arrogantes y hostiles de la ley. Él es "humilde de corazón", no arrogante, orgulloso y repugnante. Él condesciende a la de un humilde servidor. Él es el Dios soberano, cuyo poder esta perfectamente bajo control. ¿Cómo podemos fallar cuando estamos unidos con Aquel que es soberano? No todo el mundo puede ser rico, pero todos puede ser pobre en espíritu. No todos pueden ser sabios e inteligentes, pero todos podemos ser humildes y sumisos a la revelación de Dios. Nadie puede encomendarse a Dios por sus buenas obras y la virtud, pero cualquier persona puede confesar sus pecados y humildemente invocar el nombre de Jesucristo para ser salvo. Jesús nos invita a venir y estar en yugo con él. Él toma todas nuestras cargas pesadas y las alcanza y nos permite sobrellevarlas. Su yugo será suave y nuestras cargas se convierten en luz. No hay excepciones, no hay nada en nuestras vidas que estén excluidos. ¿Dónde está tu mayor necesidad hoy en día? ¿Cuál es la pesada carga que llevas? ¿Cuál es el dolor, dolor, pena, culpa, la carga que llevas? Su invitación incluye todas las cosas en nuestras vidas. ¿Va a entregarlos a él, y recibirlo usted en su presencia sustentable? Él da el perdón a cambio de nuestra culpa. Él intercambios de descanso para nuestras preocupaciones ansiosas. Él da la paz en lugar de su tumulto. Cómo puede enyugarse con Jesús? Se inicia haciéndose disponible para él. Mientras nos sometemos a Él, Él satisface nuestra necesidad. ¿Ha experimentado la gracia sustentadora de Dios en circunstancias difíciles? El que permanece en nosotros, nos dio más gracia y más cuando más lo necesitamos. Con cada nueva situación Él viene y nos fortalece. Él no le da todo de una vez, sino a medida que lo necesite. Cuando las cargas pesadas están creciendo más Él viene a nosotros y nos da la fuerza para soportarlas. Puede ser durante el sufrimiento físico y emocional, dificultades, privaciones, persecuciones que multiplica su gracia sostenible. No hay límite a su amor que abunda, la misericordia y la gracia. Él está ahí para ayudarnos cuando lo necesitamos. ¿Ha experimentado este tipo de gracia? ¿Has venido a un lugar en su vida espiritual en el que se puede decir que estoy caminando en la gracia por la fe? Se trata de una caminata diaria. No es algo mágico. Se trata de momento a momento confiando en Cristo para vivir su vida a través de ti. Si usted ya es un cristiano va a comprometer su vida una vez y para siempre a Cristo como Señor de tu vida. Sólo ora, "Señor yo te conozco como mi Salvador. Quiero que seas el Señor y Maestro de mi vida. Aquí está mi vida. Te la doy a ti. Vive a través de mí." Este tipo de vida comienza pidiendo a Cristo que venga a tu corazón por la fe. Si usted nunca lo ha hecho Ore conmigo esta sencilla oración: "Señor Jesús, ahora creo que soy un pecador y que moriste por mí en la cruz y resucitaste de entre los muertos para salvarme. Quiero que seas mi Salvador personal. Te pido que me salve en este momento. Amén."

domingo, 18 de septiembre de 2016

EL SEÑOR JESUCRISTO FUE A PREPARAR UN LUGAR PARA NOSOTROS

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo… (v. 3). Lectura: Juan 14:1-6 Nosotros secularmente hablando cuando nos queremos mudar a otro país o lugar lejano con nuestra familia vamos inicialmente a explorar y reconocer el lugar hasta que encontramos el apropiado para continuar con los nuestros la vida que nos queda por delante…, esto obviamente es sombra de lo que nos habla El Señor…, El fue a preparar un lugar más allá de la imaginación humana y nos va a venir a buscar… ¿pero a quienes? A los que en verdad lo esperan y quieren ir a vivir con El. A los que en todo momento quieren estar con El, a los que lo tienen al Señor Jesucristo en todo momento en sus mentes, corazón, espíritu y alma. El va a llevar a los suyos no a los que no son suyos…, porque aunque venga como ladrón en la noche, no es ningún ladrón. Los preparativos para la vida futura no pueden comenzar cuando morimos. Cada persona debe preparar su corazón, aceptando el regalo de la salvación que se hizo posible por el sacrificio de Jesús en la cruz. Dios también ha hecho preparativos: «Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (Juan 14:3). El Señor ha prometido prepararnos un lugar para que vivamos eternamente con Él. Padre, estamos agradecidos porque tendremos un lugar contigo un día. Dios nos da tiempo para prepararnos para la eternidad.

martes, 13 de septiembre de 2016

¿QUIERES CAMBIAR?

Mas el fruto del Espíritu es […] dominio propio (vv. 22-23 LBLA). Lectura: Gálatas 5:16-25 El dominio propio es tal vez una de las cosas más difíciles de lograr. ¿Cuántas veces hemos sido derrotados por un mal hábito, una pésima actitud o una perspectiva equivocada? Hacemos promesas de mejorar. Le pedimos a alguien que nos ayude, rindiéndole cuentas. Pero, en el fondo, sabemos que no tenemos la voluntad ni la capacidad de cambiar. Podemos hablar, hacer planes, leer libros de autoayuda, ¡pero nos resulta difícil vencer y controlar muchas de las cosas de nuestro interior! ¡Felizmente, Dios conoce nuestra debilidad, y también el remedio! La Biblia dice: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio…» (Gálatas 5:22-23 LBLA). La única manera de tener dominio propio es dejar que el Espíritu Santo nos controle. Es decir, nuestro enfoque no debe ser el esfuerzo, sino la consagración: vivir cada momento en sumisión al Señor, confiando en Él y no en nosotros mismos. Pablo señala que este es el significado de «andad en el Espíritu» (v. 16). ¿Estás listo para un cambio? Puedes cambiar porque Dios está en ti. Al entregarle el control, el Señor te ayudará a producir el fruto de su semejanza. Señor, necesito tu poder para poder cambiar y crecer. Me entrego a ti. Ayúdame a entender cómo ser sumiso para ser lleno de tu Espíritu. A Dios le interesa más nuestra consagración a Él que nuestras habilidades.

jueves, 8 de septiembre de 2016

¡SOMOS MAYORDOMOS DE DIOS!

… todo es tuyo Señor. Lectura: 1 Crónicas 29:14-19 Palabra clave: AHORRAR Eclesiastés 3:6 6 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; 1 Reyes 17:8-14 Elías y la viuda de Sarepta 8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: 9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. 10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. 12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. 13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Alguien cuando tenía 18 años, conseguía su primer trabajo a tiempo completo y aprendió una lección importante sobre la disciplina de ahorrar dinero. Trabajó y ahorró hasta tener lo suficiente para pagar un año de estudios. Entonces, su mamá tuvo una cirugía de emergencia, y se dio cuenta de que él tenía en el banco el dinero para pagar su operación. De repente, el amor por su madre tuvo prioridad sobre sus planes para el futuro. Las palabras de Elisabeth Elliot en su libro Pasión y pureza cobraron para él un nuevo significado: «Si nos aferramos a algo que hayamos recibido, sin la disposición de renunciar a eso cuando llegue el momento o de que el Dador lo utilice como Él quiera, impedimos que el alma crezca. Es fácil cometer un error aquí, pensando: “Si Dios me lo dio, es mío y puedo hacer lo que quiera con eso”. No. La verdad es que nuestra parte es dar gracias a Dios y, también, ofrecérselo de vuelta». ¡Entendí que el trabajo que había recibido y la disciplina del ahorro eran regalos de Dios! Podía dar generosamente a mi familia porque estaba segura de que el Señor podía ayudarme de otra manera… y Él lo hizo. ¿Cómo quiere Dios que apliquemos hoy la oración de David de 1 Crónicas 29:14: «Todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos»? Mateo 14:15-21 15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 18 El les dijo: Traédmelos acá. 19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Señor, dame un corazón generoso. Todo le pertenece a Dios.

sábado, 3 de septiembre de 2016

IMITARAS A LOS APÓSTOLES Y A JESÚS

Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor… (v. 6). Lectura: 1 Tesal 1:1-10 «Hoy vamos a jugar a Imitación», dijo un líder de niños a quienes estaban reunidos en torno a él para el sermón. «Yo nombraré algo y ustedes imitarán lo que hace. ¿Listos? ¡Gallina!». Los niños agitaron sus brazos y cacarearon. Luego, fueron un elefante, un jugador de fútbol y una bailarina. El último fue Jesús. Mientras algunos niños vacilaban, uno de seis años, con una gran sonrisa en su rostro, abrió sus brazos en señal de bienvenida. La congregación aplaudió. ¡Con qué facilidad olvidamos ser como Jesús en las situaciones de cada día! «Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante» (Efesios 5:1-2). Pablo elogió a los seguidores de Jesús en Tesalónica por su fe durante las circunstancias difíciles. Escribió: «Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor […] de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya» (1 Tesalonicenses 1:6-7). La vida de Jesús en nosotros es lo que nos alienta y nos permite andar en este mundo como Él lo hizo, con la buena noticia del amor de Dios y con los brazos abiertos en señal de bienvenida a todos. Además tengamos en cuenta que nuestros pecados crucificaron esos brazos de bienvenida desde sus manos para que nosotros abrasemos al mundo dándoles la oportunidad de vivir la vida en abundancia que EL GRAN MAESTRO no quiso vivir prefiriendo que lo hiciéramos tú y yo. Señor Jesús, que podamos vivir tus palabras de invitación y bienvenida: «Venid a mí». Los brazos de bienvenida de Jesús siempre están abiertos en cada uno de nosotros.

sábado, 27 de agosto de 2016

LA GRAN COMISIÓN

Marcos 16: 15-18 15 Y les DIJO: Id por todo el Mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, sera salvo; mas el que no creyere, será condenado. 17 Y Estas señales seguirán a los que mi creen: en mi nombre echarán fuera demonios; hablaran nuevas lenguas; 18 tomarán en sus manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICA EL EVANGELIO A TODA CRIATURA El motivo por el cual dejamos entrar a Jesús en nuestros corazones y recibirlo como nuestro único y suficiente salvador, es para alcanzar la salvación que solo en él está, pues él mismo dijo que era el camino, la verdad y la vida y que nadie llegaría al Padre sino era a través de él (Juan 14:6). Pero el venir a los pies de Cristo, no fue una casualidad, sino un plan que desde antes de la fundación del mundo había sido establecido para que tú y yo tuviésemos ese encuentro con él. Y fuimos llamados a su gloria con un propósito, que es el de predicar el evangelio, todo hijo de Dios debe predicar las maravillas de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9), para predicar del sacrificio hecho por Jesús en la cruz del calvario. Ahora, hay muchas formas de predicar el evangelio y particularmente pienso que se debería hacer de todas las formas posibles y dentro de los talentos o dones que Dios no ha colocado en nuestras vidas. Dones espirituales 1 Corintios 12 1 No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. 3 Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. 4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. 12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? 31 Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente. Andrés; uno de los discípulos, fue donde su hermano y lo trajo a Jesús (Juan 1:40-42), él hizo lo que todo discípulo debe hacer, traer a otros a Jesús, mostrarles el amor de Cristo hablarles de él. Ese es el objetivo de predicar el evangelio, que el mundo se de cuenta del amor de Dios, que sepan que Dios les ama y que tiene grandes cosas para todo aquel que decida seguirle; pero nos encontramos con una realidad dentro de las iglesias, que muchos no predican de Jesús, sino que callan esa maravillosa verdad, estos cristianos están incumpliendo con una ordenanza de Dios, pues como leímos en el texto de referencia dijo "Id", no dijo "traten de ir" o " si pueden ir vayan", o “traigan a la iglesia” sino que claramente está diciendo "Id" es una orden que esta dando, nos está diciendo que vayamos por las almas perdidas y que les presentemos el plan de salvación de Dios a través de su hijo Jesucristo. Muchos dicen que necesitan prepararse para poder predicar el evangelio, con esto no quiero decir que no es necesario prepararse, claro todo lo que hagamos para el Señor está bien , pero muchos usan esta excusa para no predicar la palabra de Dios, hermano yo te quiero decir que ningún título terrenal te va a capacitar como lo hará el Señor cuando tu realmente dispongas tu corazón para servirle a él, podrás ser un ingeniero o licenciado o tener un doctorado, pero para predicar el evangelio, el único requisito es: un corazón dispuesto, la educación que puedas tener será un complemento de lo que Dios te dará en los mejores de los casos pero el único que capacita realmente es EL. Te aseguro que te asombraras de lo que Dios puede hacer con tu vida cosas que ni te imaginas, si tan sólo dispones tu corazón para que él te use. Otros dicen "Es que a mi me da pena hablarle a la gente, soy muy penoso", te quiero decir algo, tú crees que a Jesús le dio pena morir por ti en la cruz, crees que a él le daba pena estar clavado pagando por algo que ni siquiera había hecho, pagando por los pecados y transgresiones de otros; no, él no sintió pena, es más lo hizo por amor a ti, para que tú y yo ahora pudiésemos tener vida. Sólo quiero que pienses en esto un poco, imagina la cantidad de personas que alrededor del mundo están muriendo en este mismo instante que tu lees este mensaje, imagina esto: cuantas de esas personas que están muriendo tiene a Cristo en sus corazones, cuantos van a descansar verdaderamente en paz, mientras muchos hijos de Dios callan sus bocas o no oran por los que se pierden sin Cristo. No tengas temor de hablarles a otros a cerca de Jesús o mostrarles con tu testimonio las bondades de Dios en su evangelio; mira lo que Dios pudo hacer con estos hombres de antaño que decidieron disponer su corazón. Tenemos el ejemplo de Moisés, era un pastor de ovejas, pero vemos todo lo que Dios hizo cuando dejó que lo usara; vemos a Josué como Dios lo usó; al igual que a David, como mató a Goliat, cuando todo el pueblo estaba temeroso de enfrentarlo este joven que ni el peso de la armadura podía cargar, lo que denota pues no era un guerrero, más sin embargo el sabía en quien había confiado; tenemos también a Pedro, este era un pescador, y no era una educación alterna sino que era todo lo que el sabía hacer, no podía vivir de nada más que la pesca, pero Dios lo usó grandemente; a Pablo que era un fabricante de tiendas y Dios lo usó para grandes cosas. Te recuerdo algo, ninguno de los hombres antes mencionados era un teólogo, o ingeniero, o doctor o estadista, o licenciado, eran simplemente hombres que dispusieron su corazón a hacer lo Dios les mandase, esa fue la llave del éxito de estos hombres. Ahora pues, toda la preparación que puedas recibir para predicar el evangelio esta bien, porque todo lo que se hace para beneficio de la obra de Dios es de agrado para él, pues esto denota el interés por hacer las cosas y por hacerla bien, de la mejor manera posible. Pero toda la capacitación que puedas recibir o que estés recibiendo o hayas recibido es toda inútil si tu corazón no esta dispuesto a servir a Dios. Él espera que tú tomes en serio la ordenanza que te dio, que te levantes a predicar con tu ejemplo de verdadero Hijo de Dios, hay muchos testimonios de cristianos que dicen que cuando ellos estaba fuera de los caminos de Dios, anhelaban que las personas que ellos conocían que eran cristianos les hablaran de Jesús, pero que en la mayoría de los casos nunca paso, nunca hubo un "Cristo te ama", o "Cristo quiere que le entregues tu vida"; Puede que muchos compañeros de trabajo, de colegio, amigos, estén esperando que tú les hables de Cristo y tú ni cuenta te das, así que comienza por tus compañeros, tus amigos, las personas cercanas a ti. Muchos creen que cuando se refiere a predicar el evangelio es que hay que salir del país irse a otros lados, pero no solo en otros lugares necesitan de Cristo, no perdamos el enfoque hay gente que está a tú alrededor que también necesita conocer de Jesús. Que esperas para hablarles, ¡el tiempo es hoy!

lunes, 22 de agosto de 2016

¿QUE ES EL PECADO?

La respuesta que da la Biblia El pecado es cualquier acción, sentimiento o pensamiento que vaya en contra de las normas de Dios (1 Juan 3:4; 5:17). La Biblia dice que pecar puede ser hacer algo malo o injusto a los ojos de Dios, o no hacer lo que es correcto (Santiago 4:17). En los idiomas originales de la Biblia, las palabras que se traducen como “pecado” significan fallar el tiro, o no alcanzar el objetivo. Por ejemplo, la Biblia habla de un grupo de soldados del antiguo Israel que eran tan hábiles con la honda que eran capaces de acertar “sin fallar el tiro” al lanzar una piedra. Si se tradujera literalmente esta expresión, diría: “no pecaban” (Jueces 20:16, Nueva Biblia Española). Por tanto, pecar es no alcanzar el objetivo de cumplir con las normas perfectas de Dios. Como Dios es el Creador, tiene el derecho de establecer normas para la humanidad (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Y nosotros debemos rendirle cuentas por nuestros actos (Romanos 14:12). ¿Es posible no pecar jamás? No, pues la Biblia dice que “todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23; 1 Reyes 8:46; Eclesiastés 7:20; 1 Juan 1:8). ¿Por qué sucede eso? Al principio, Adán y Eva no pecaban, ya que habían sido creados perfectos, a la imagen de Dios (Génesis 1:27). Sin embargo, dejaron de serlo cuando desobedecieron al Creador (Génesis 3:5, 6, 17-19). Cuando tuvieron hijos les transmitieron el pecado y la imperfección como si fueran defectos heredados (Romanos 5:12). Como dijo el rey David: “Con error fui dado a luz” (Salmo 51:5). ¿Son algunos pecados peores que otros? Sí. Por ejemplo, la Biblia dice que los hombres de la antigua Sodoma “eran malos, y eran pecadores en extremo”, y que su pecado era “muy grave” (Génesis 13:13; 18:20). Veamos tres factores que determinan la seriedad de un pecado. 1. Gravedad. La Biblia dice que la inmoralidad sexual, la idolatría, el robo, la borrachera, la extorsión, el asesinato y el espiritismo son pecados graves que no debemos cometer (1 Corintios 6:9-11; Revelación 21:8). La Biblia marca una diferencia entre estos pecados y otros que son involuntarios o se han hecho sin pensar, como por ejemplo, decir o hacer algo que hiera a alguien (Proverbios 12:18; Efesios 4:31, 32). Sin embargo, la Biblia nos anima a no restarle importancia a ningún pecado, pues eso podría llevarnos a cometer otros más graves (Mateo 5:27, 28). 2. Intención. Algunos pecados se cometen por no conocer los mandamientos de Dios (Hechos 17:30;1 Timoteo 1:13). Aunque la Biblia no justifica estos pecados, los distingue de aquellos que se cometen al pasar por alto deliberadamente las normas de Dios (Números 15:30, 31). La Biblia indica que la persona que peca a propósito tiene un “corazón malo” (Jeremías 16:12). Otros por un distraimiento espiritual es vulnerable a las estrategias de maldad y cae, aunque debe buscar la forma de fortalecerse en las fuerzas del poder de Dios (Efesios 6:10-20) Cristo, nuestro abogado: Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 3. Frecuencia. La Biblia hace una clara distinción entre pecar una sola vez y cometer el mismo pecado repetidamente (1 Juan 3:4-8). Dios condena a quienes deciden seguir pecando, aun después de aprender lo que es correcto (Hebreos 10:26, 27). Las personas que han cometido pecados graves quizá se sientan agobiadas por sus errores. Por ejemplo, el rey David escribió: “Mis propios errores han pasado sobre mi cabeza; como una carga pesada son demasiado pesados para mí” (Salmo 38:4). Sin embargo, la Biblia da esta esperanza: “Arrepiéntanse, porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; él tiene compasión de ustedes. Que cambien los malvados su manera de pensar, y que dejen su mala conducta” (Isaías 55:7).

miércoles, 17 de agosto de 2016

¡AY DE LOS PASTORES...!

Ezequiel 34 Profecía contra los pastores de Israel 34 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Tú, hombre, habla en mi nombre contra los pastores de Israel, y diles: “Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se cuidan a sí mismos! Lo que deben cuidar los pastores es el rebaño. 3 Ustedes se beben la leche, se hacen vestidos con la lana y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan el rebaño. 4 Ustedes no ayudan a las ovejas débiles, ni curan a las enfermas, ni vendan a las que tienen alguna pata rota, ni hacen volver a las que se extravían, ni buscan a las que se pierden, sino que las tratan con dureza y crueldad. 5 Mis ovejas se quedaron sin pastor y se dispersaron, y las fieras salvajes se las comieron. 6 Se dispersaron por todos los montes y cerros altos, se extraviaron por toda la tierra, y no hubo nadie que se preocupara por ellas y fuera a buscarlas. 7 »”Así que, pastores, escuchen bien mis palabras. 8 Yo, el Señor, lo juro por mi vida: Fieras salvajes de todas clases han robado y devorado a mis ovejas, porque no tienen pastor. Mis pastores no van a buscar a las ovejas. Los pastores cuidan de sí mismos, pero no de mi rebaño. 9 Por eso, pastores, escuchen las palabras 10 que yo, el Señor, les dirijo: Pastores, yo me declaro su enemigo y les voy a reclamar mi rebaño; les voy a quitar el encargo de cuidarlo, para que no se sigan cuidando ustedes mismos; rescataré a mis ovejas, para que ustedes no se las sigan comiendo.” El Señor es mi pastor (1a) Salmo de David. 23 (1b) El Señor es mi pastor; nada me falta. 2 En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, 3 me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. 4 Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. 5 Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. 6 Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. El buen pastor 11 »Yo, el Señor, digo: Yo mismo voy a encargarme del cuidado de mi rebaño. 12 Como el pastor que se preocupa por sus ovejas cuando están dispersas, así me preocuparé yo de mis ovejas; las rescataré de los lugares por donde se dispersaron en un día oscuro y de tormenta. 13 Las sacaré de los países extranjeros, las reuniré y las llevaré a su propia tierra. Las llevaré a comer a los montes de Israel, y por los arroyos, y por todos los lugares habitados del país. 14 Las llevaré a comer los mejores pastos, en los pastizales de las altas montañas de Israel. Allí podrán descansar y comer los pastos más ricos. 15 Yo mismo seré el pastor de mis ovejas, yo mismo las llevaré a descansar. Yo, el Señor, lo afirmo. 16 Buscaré a las ovejas perdidas, traeré a las extraviadas, vendaré a las que tengan alguna pata rota, ayudaré a las débiles, y cuidaré a las gordas y fuertes. Yo las cuidaré como es debido. 17 »Yo, el Señor, digo: Escuchen, ovejas mías: Voy a hacer justicia entre los corderos y los cabritos. 18 ¿No les basta con comerse el mejor pasto, sino que tienen que pisotear el que queda? Beben el agua clara, y la demás la enturbian con las patas. 19 Y mis ovejas tienen que comer el pasto que ustedes han pisoteado y beber el agua que ustedes han enturbiado. 20 Por eso yo, el Señor, les digo: Voy a hacer justicia entre las ovejas gordas y las flacas.21 Ustedes han alejado a empujones a las débiles, las han atacado a cornadas y las han hecho huir. 22 Pero yo voy a salvar a mis ovejas. No dejaré que las sigan robando. Voy a hacer justicia entre las ovejas. 23 Voy a hacer que vuelva mi siervo David, y lo pondré como único pastor, y él las cuidará. Él será su pastor. 24 Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será su jefe. Yo, el Señor, he hablado.25 Voy a hacer una alianza con ellas, para asegurarles una vida tranquila. Haré desaparecer las fieras del país, para que mis ovejas puedan vivir tranquilas en campo abierto y dormir en los bosques. 26 »Yo pondré a mis ovejas alrededor de mi monte santo, y las bendeciré; les enviaré lluvias de bendición en el tiempo oportuno. 27 Los árboles del campo darán su fruto, la tierra dará sus cosechas, y ellas vivirán tranquilas en su propia tierra. Cuando yo libere a mi pueblo de quienes lo han esclavizado, entonces reconocerán que yo soy el Señor. 28 Los pueblos extranjeros no volverán a apoderarse de ellos, ni las fieras volverán a devorarlos. Vivirán tranquilos, sin que nadie los asuste. 29 Les daré sembrados fértiles, y ellos no volverán a sufrir hambre ni las demás naciones volverán a burlarse de ellos.30 Entonces reconocerán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos, y que Israel es mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 31 Ustedes son mis ovejas, las ovejas de mi prado. Yo soy su Dios. Yo, el Señor, lo afirmo.» Salmos 100 El Señor nos hizo y somos suyos (1a) Salmo para la acción de gracias. 100 (1b) ¡Canten al Señor con alegría, habitantes de toda la tierra! 2 Con alegría adoren al Señor; ¡con gritos de alegría vengan a su presencia! 3 Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo y somos suyos; ¡somos pueblo suyo y ovejas de su prado! 4 Vengan a las puertas y a los atrios de su templo con himnos de alabanza y gratitud. ¡Denle gracias, bendigan su nombre! 5 Porque el Señor es bueno; su amor es eterno y su fidelidad no tiene fin. Juan 10:1-16 Dios Habla Hoy El pastor y sus ovejas 10 Entonces Jesús dijo: «Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. 2 Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. 3 El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, 4 y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. 5 En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz.» 6 Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Jesús, el buen pastor 7 Jesús volvió a decirles: «Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. 10 »El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; 12 pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. 13 Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas. 14-15 »Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.

viernes, 12 de agosto de 2016

MENSAJE DEL APÓSTOL PABLO A LOS RELIGIOSOS DE ATENAS

Hechos 17:16-34 16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. 17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. 18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? 20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.) 22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. 29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. 30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. 32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo salió de en medio de ellos. 34 Más algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.

domingo, 7 de agosto de 2016

“Déjame que los destruya…”

A ESTA FRASE SE LA PODRÍAMOS ADJUDICAR A ALGUIEN QUE VINO A MATAR, ROBAR Y DESTRUIR…, SI EMBARGO NO, ES DE DIOS…; Deuteronomio 9:13-14 SI LO RAZONARAMOS LIGERAMENTE NO ENTENDERÍAMOS LA IDEA SABIENDO DE LOS ATRIBUTOS DEL SEÑOR PERO DEBEMOS SABER ANTE TODO QUE EL ES DIOS HACE COMO EL QUIERE CON SU CREACIÓN Y TIENE MISERICORDIA DE QUIEN QUIERE TENER MISERICORDIA… Podríamos hacer un par de lecturas con este texto pero mirémoslo desde la reacción que produce en su siervo… al decir: Éxodo 32:12-14: “¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. 14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo”. Algunos entienden que El Señor quiso probar el amor de su siervo por su pueblo que el no creo ni eligió…, puede ser…, a Dios se le puede adjudicar todo buen pensamiento, sabio e inteligente en su estrategia divina… Pero ¿cómo reacciona Moisés? Intercede por su pueblo… Y esto a Dios le agrada en sobremanera… Varios años después vino su Hijo y perfeccionó como todas las cosas esta intercesión con todo su accionar cerrándola con esta oración: Juan 17:11 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Acá en este mundo hay muchos pobres, desvalidos, desamparados y sumamente necesitados en todas o algunas de sus áreas… ¿Nosotros los que decimos que tenemos a Cristo…, nos ocupamos de ellos, intercedemos…, los defendemos en público y privado…, los perdonamos por sus errores ignorantes…, Nos ponemos de su lado... a su altura…? Señor que podamos entender que ese es tu verdadero evangelio del Reino de los Cielos

domingo, 26 de junio de 2016

¿ME AMAS?

"Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" -- Juan 21: 16 por Charles Haddon Spurgeon Este es un texto muy breve y aparentemente muy sencillo. Algunos pueden pensar que es fácil explicarlo, pero en verdad es un texto con mucho contenido y lleno de significado para que yo pretenda explicarlo todo. Son sólo unas pocas palabras, pero los pensamientos sugeridos son muchísimos. En el original griego hay también muchos significados sutiles dignos de considerar, y alusiones que hay tratar de discernir. Esta vez pretendo limitarme a un solo punto, y pedirles que consideren un solo pensamiento. Que el Espíritu de Dios prepare nuestros corazones para esta meditación e imprima en ellos la Verdad de Dios. Mi único punto es éste: nuestro Señor preguntó a Pedro si amaba Su Persona. No le preguntó si amaba el reino de Dios, o al pueblo de Dios. Empieza y termina con su amor al Hijo de Dios. "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" "¿Te das cuenta ahora de la prudencia de mis advertencias cuando te pedí que velaras y oraras? Simón, hijo de Jonás, ¿A partir de este momento, vas a abandonar la confianza en ti mismo y vas a prestar atención a mis advertencias?" Ni siquiera le pregunta: "¿Crees ahora en mis doctrinas? ¿Confías ahora en Aquél a quien negaste el otro día?" Tampoco le pregunta "¿Te complacen Mis preceptos? ¿Crees todo lo que Yo afirmo? ¿Confesarías aún que soy el Hijo del Altísimo?" No, no le hace ninguna de estas preguntas, sino que la única pregunta es: "¿Me amas? ¿Sientes un vínculo personal por Mí, por mi Persona?" Le llama por su antiguo nombre, el que tenía antes de su conversión, Simón, hijo de Jonás, para recordarle lo que la Gracia había hecho por él y luego sólo le pregunta acerca de su amor. La pregunta se relaciona con un vínculo personal con la persona de Cristo. Ese es mi único punto ahora. Observen que nuestro siempre sabio y tierno Salvador cuestionó a Pedro acerca de su amor en términos muy sencillos. No se anduvo con rodeos. Fue directo al grano, pues no se trata de algo que pueda soportar ambigüedad o duda. Así como el médico toma el pulso de su paciente para evaluar su corazón, así el Señor Jesús tomó de inmediato el pulso del alma de Pedro. No le dijo: "Simón, hijo de Jonás, ¿te arrepientes de tu insensatez?" El arrepentimiento es una Gracia muy bendita y muy necesaria, pero era más sabio medir de inmediato el amor de Pedro, porque es muy cierto que si un discípulo ama a su señor, lamentará profundamente y para siempre haberlo negado. El Señor ni siquiera pregunta a Su discípulo acerca de su fe, que bien pudo haber sido puesta en duda, pues había dicho con juramento: "No conozco al hombre." Habría sido una pregunta sumamente importante, que de todas maneras fue contestada cuando Pedro confesó su amor, pues quien ama, cree, y ningún hombre puede amar a un Salvador en quien no cree. El Señor no incluyó ningún otro punto en Su pregunta, o quizás deba decir más bien que condensó todos los demás puntos en esta única pregunta: "¿Me amas?" Aprendamos de este hecho que una cosa es necesaria: el amor a Jesús es el punto vital y esencial que hay que considerar. El Señor hizo esta pregunta tres veces como para enfatizar que tiene una importancia de primer orden, y de segundo orden y de tercer orden, y que contiene a todo lo demás y, por lo tanto, quería insistir en ella una y otra y otra vez, de la misma manera que los oradores dan énfasis mediante repeticiones y frases enfáticas a los puntos que quieren hacer resaltar ante sus oyentes. Quería dejar un clavo muy bien clavado, insertado en su cabeza dando golpe tras golpe. Con el mismo tono y con la misma mirada, el Señor le preguntó: "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" Esto muestra todo el peso que nuestro Señor daba al asunto de su amor, puesto que le preguntó sobre eso, sobre eso únicamente y sobre eso en tres ocasiones. Cuando ustedes vayan a auto-examinarse, miren fundamentalmente sus corazones y hagan un análisis exhaustivo de su amor. ¿Aman realmente a Jesús? ¿Se encuentran profundamente vinculados con Su persona? ¡Pueden tomar a la ligera cualquier otra cosa, pero sean honestos respecto a esto! Recuerden que el propio Señor Jesús hizo la pregunta y la hizo hasta que entristeció a Pedro. Puesto que era reconocido como un discípulo, Pedro debe haber estado listo para recibir la más severa censura y aun así considerarse tratado con dulzura. Por tanto no era fácil entristecerlo. Nuestro Señor era tardo en toda circunstancia para causar dolor a cualquier corazón verdadero. Sin embargo, en esta ocasión, por sabias razones, Él reiteró Su pregunta hasta tocar las heridas aún abiertas de Pedro, haciéndolas doler. ¿Acaso Pedro no había causado que el corazón de su Señor sangrara? ¿Y no era conveniente que Pedro sintiera heridas en su corazón? Una triple negación exigía una triple confesión y la tristeza que Pedro había causado fue traída a su memoria por la tristeza que sentía ahora. Entonces, esta mañana, si insisto con esta pregunta hasta entristecer a unos cuantos, no seré digno de ninguna censura por hacerlo. Consolarlos sería una obra buena, pero algunas veces puede ser mejor entristecerlos. No siempre lo mejor que podemos presentarles son los alimentos dulces. Algunas veces la medicina amarga es más importante. ¡No habría llevado la pregunta más allá de su legítima esfera si fuera con la intención de sacudir sus corazones hasta la angustia! El verdadero amor contiene una medida de dolor. Solamente el simple hipócrita pasa por el mundo sin ningún cuestionamiento ansioso o sin examinar el fondo de su corazón. ¡Es mucho mejor que ustedes se entristezcan hoy y sean encontrados fieles al fin, que se sientan bien ahora presuntuosamente y que al fin se encuentren con un terrible desengaño! Observamos que la pregunta la hizo el propio Señor. ¿Qué pasaría si el Señor Jesús se encontrara con ustedes hoy y les dijera a cada uno de ustedes: "¿Me amas?" Si la pregunta se hiciera al término de alguno de nuestros sermones, o al concluir una enseñanza, no me sorprendería que nos tomase desprevenidos. Encontrándonos en Su Casa, como lo estamos hoy, después de haber cantado dulces himnos en Su honor, habiendo orado unánimemente, y habiendo participado de todo corazón en Su adoración, sería algo extraño que nos preguntaran acerca de nuestro amor por Él, pero ciertamente no sería algo innecesario. Imaginen, pues, que su Señor los encuentra completamente solos y está de pie frente a ustedes. Piensen que Él los toca con Su mano y les pregunta con ternura: "Después de todo, ¿me amas?" ¿Cómo se sentirían ante tal pregunta? ¿No serían sacudidos por ella, y tal vez comenzarían a temblar llenos de vergüenza y considerarían una docena de razones acerca del por qué una pregunta tan profunda les ha sido sugerida en este momento? Y si el Señor la repitiera tres veces y cada una de esas veces la dirigiera directamente a ti, y solamente a ti, ¿no experimentarías profundas búsquedas en tu corazón? Así es como yo quisiera que recibieran la pregunta. Recíbanla como venida directamente de Jesús. Olvídense que la pregunta es hecha por el ministro, o que está escrita en el texto. ¡Tómenla como hecha por Jesús, por el mismo Jesús que los ha redimido de la muerte y del infierno por medio de Su preciosísima sangre! Él se dirige a ti más que a ningún otro. ¿Acaso no hay una causa? Señalándote a ti de entre todos, te mira fijamente y dice: "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" Tú sabes que existe una causa para cuestionarte. Responde por ti mismo, sólo tú, pues Él te hace la pregunta a ti solamente. Que no te importen ni Natanael, ahora, ni Tomás, ni los dos hijos de Zebedeo. "¿Me amas?" ¿Realmente, verdaderamente tu corazón late por Jesús de Nazaret? Vamos, Pedro, di ¿sí o no? Tú dices que sí, ¿pero es realmente así? ¿Es realmente así? ¿Es realmente así? Quiero que el cuestionamiento venga a mi propia alma así como a la de ustedes esta mañana, como si Jesús realmente estuviese ante cada uno de nosotros y nos preguntara: "¿Me amas?" Que el Señor nos conceda la Gracia para cuestionarnos con solemnidad respecto a esto, para dar un testimonio honesto y una respuesta verdadera que sea la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. I. Nuestra primera observación es esta: EL AMOR HACIA LA PERSONA DE CRISTO PUEDE NO EXISTIR EN NUESTROS CORAZONES. ¡Es un triste pensamiento y sin embargo con toda certeza verdadero! ¡Inclusive nuestros corazones pueden no sentir amor por Cristo! No veo ningún motivo para eximir alguien de esa pregunta necesaria. Nuestros dones y gracias aparentes pueden impedir que nuestros compañeros nos cuestionen, pero nada impide que nos preguntemos a nosotros mismos, porque ciertamente no habrá nada que impida al propio Señor hacernos esa pregunta. Ninguna religiosidad externa hace que esta pregunta sea innecesaria. ¿Profesamos una religión? ¿Asistimos asiduamente a formas externas de culto? ¿Participamos de todo corazón en todas las ceremonias públicas de la Casa de Dios? ¡Sí, pero hay miles que hacen eso, cientos de miles que hacen eso cada domingo y sin embargo no aman a Cristo! Queridos hermanos y hermanas, ¿acaso no hay miles de personas empacadas en formas y ceremonias? Si el servicio agrada a los ojos y a los oídos, ¿acaso no estarán muy contentos? ¡El amor a la Persona de Cristo no se ha dado en las masas que confiesan adorar a Jesús! Conocemos a otras personas para quienes el fin y la esencia de la religión consisten en la enunciación ortodoxa de doctrina. En tanto que la predicación sea acorde con la confesión de fe y cada palabra y cada acto sean piadosamente correctos, ellos están muy complacidos. Pero el amor a Jesús nunca mueve sus corazones. La religión para ellos no es nunca un ejercicio del corazón. Es simplemente un trabajo mental, si acaso. No saben nada del alma viviente que se derrama hacia una Persona viviente, un corazón sangrante entrelazado a otro corazón que sangra, una vida que subsiste por otra vida a la que ama profundamente. Conocemos a algunos hermanos y hermanos que llevan esto muy lejos y si el predicador no está de acuerdo con ellos en un detalle mínimo, se sobrecogen con un horror piadoso ante su falta de corrección doctrinal, y ya no lo quieren escuchar más. Aún si predica a Cristo de una manera preciosa en el resto de su sermón, eso no vale nada, porque el predicador no puede pronunciar correctamente "Shibolet." ¡Qué es la ortodoxia sin amor sino una catacumba en la que se entierra a la religión sin vida! ¡Es una jaula sin ningún pájaro! ¡El amarillento esqueleto de un hombre al que ha abandonado completamente la vida! Me temo que la corriente general de la vida de la iglesia se orienta demasiado hacia lo externo y muy poco hacia el ardiente amor profundo por la Persona de Cristo. Si se predica mucho acerca de la religión emocional y acerca de la piedad que cambia el corazón, quienes profesan la religión a sangre fría te pondrán la etiqueta de místico y comenzarán a hablar de la Señora Guyón y del peligro de la escuela quietista de la religión. No nos importaría tener un poco de ese sabor, aunque se nos culpara por ello, pues, después de todo, ¡conocer a Cristo es la cosa más grandiosa! La fe más bendita es la fe que trata con más plenitud con la Persona de Jesucristo. El arrepentimiento más verdadero es el que llora a la vista de Sus heridas y el amor que es más dulce es el amor que se tiene a la Persona adorable del Bienamado. Yo considero a las doctrinas de la Gracia como los vestidos de mi Señor que exhalan mirra, áloe y casia. Considero Sus preceptos como Su cetro que consiste en una vara con su extremo recubierto de plata. Y me deleito tocándola y encuentro consuelo en su poder. Considero las ordenanzas del Evangelio como el Trono en que Él se sienta y me deleito en ese Trono de marfil con incrustaciones de oro puro. ¡Ah pero Su persona es más dulce que Sus vestidos, más querido que Su cetro, más glorioso que Su Trono! ¡Él en Sí mismo es adorable y amarlo es la verdadera esencia de la religión verdadera! Pero tal vez tú no lo amas después de todo. Podrás tener todos los signos externos de una religión formal y sin embargo no posees el secreto del Señor. ¡Será en vano reverenciar el día del Señor si olvidas al Señor del día domingo! ¡En vano amas al santuario si no amas al Sumo Sacerdote, en vano amas la fiesta de bodas si no amas al Novio! ¿Me amas? Esa es la pregunta. "Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas? Tampoco, hermanos y hermanas, el más elevado oficio dentro de la Iglesia hace innecesaria esta pregunta. Pedro era un apóstol y de ningún modo menor al mayor de ellos. En algunos sentidos él fue la primera piedra de la Iglesia y sin embargo fue necesario preguntarle: "¿Me amas?" Hubo una vez un apóstol que no amó al Señor. Hubo un apóstol que ambicionaba 30 piezas de plata. Un buen precio fue ese en el que vendió al Señor. ¡El nombre de Judas debería sonar los tañidos fúnebres de toda confianza presuntuosa en nuestra posición oficial! ¡Podemos tener una posición muy alta dentro de la Iglesia y sin embargo caer para ser destruidos! Nuestro nombre puede estar en el registro de los líderes religiosos y sin embargo podría no estar escrito en el Libro de la Vida del Cordero. Así que, hermano ministro, diácono o anciano, es necesario que nos hagamos la pregunta: "¿Amas al Señor?" El gozo de los privilegios cristianos más grandes no hace innecesaria la pregunta. Pedro y Santiago y Juan fueron los tres apóstoles más favorecidos. Fueron testigos de algunos de los milagros de nuestro Señor que fueron realizados en secreto y no fueron vistos por ningún otro ojo humano. Ellos contemplaron al Señor en el Monte de la Transfiguración en toda Su Gloria y lo vieron en el huerto de Getsemaní en toda Su agonía y sin embargo, aunque fueron distinguidos de esa manera, su Señor consideró necesario preguntar al líder: "¿Me amas?" Oh hermano mío, has tenido elevados gozos, has estado en el Tabor, iluminado con su luz transportadora y también has tenido comunión con Cristo en Sus sufrimientos, o, al menos piensas que así ha sido. ¡Estás familiarizado tanto con las agonías internas como con los gozos espirituales! Has sido amigo del Señor y has compartido el pan con Él y sin embargo, recuerda, ¡hubo uno que hizo esto y que a pesar de ello levantó su talón en contra de Él! Por tanto es necesario preguntarte a ti, mi hermano: "¿amas al Señor?" ¿Realmente lo amas, después de todo? Pues no es necesariamente cierto que lo amas simplemente por lo que has visto y lo que has gozado. Es fácil inventar una notable experiencia, pero la única cosa necesaria es un corazón que ama. Asegúrate de tener un corazón así. Tampoco, mis queridos hermanos, el celo más intenso previene la necesidad que se haga esta pregunta. Pedro era un discípulo de un corazón ardiente. ¡Cuán listo estaba para actuar y arriesgarse por su Señor! Cuán impetuosamente gritó cuando estaba en el lago de Galilea: "Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas." ¡Qué osadía! ¡Cuánta fe! ¡Qué celo tan vehemente! Y aquí también, en la narración que tenemos frente a nosotros, cuando el Señor estaba junto a ese mismo mar de Tiberias, Pedro, en su temerario celo, no puede esperar que el bote llegue a la costa. Se ciñe la ropa de pescador y se echa al mar para reunirse con el Señor al que ama y sin embargo, a pesar de ese celo temerario ante Él, el Señor le pregunta: "¿Me amas?" ¡Así es, mi joven amigo, eres muy dedicado en la escuela dominical, has buscado la conversión de los pequeñitos y has tenido más éxito que muchos! Tú animas a otros y le das ímpetu a cualquier movimiento en el que te involucras. Y sin embargo debes preguntarte si en toda verdad amas al Señor o no. Quizás, querido hermano, te paras en las esquinas y te enfrentas a la multitud impía y te deleitas en hablar de Jesús, sin importarte que los hombres se opongan. Sin embargo ¿estás seguro que amas a Jesús? Hermana mía, tú visitas a los pobres y cuidas a los necesitados. Te entregas totalmente para el bien de los jóvenes y vibras en todas las cosas que conciernen a la causa del Redentor. Te admiramos y esperamos que tu celo no decaiga nunca. Pero a pesar de todo eso, aun a ti se te debe hacer la pregunta: "¿Amas al Señor Jesús?" Hay un celo que es alimentado por la importancia que se da a las opiniones de los demás y que es sostenido por un deseo de ser considerado celoso y útil. Hay un celo que más bien proviene del ardor de la naturaleza que del santo fuego de la Gracia. Este celo ha permitido a muchas personas hacer grandes cosas y sin embargo, cuando han hecho todo, ¡han sido como metal que resuena, o címbalo que retiñe porque no amaban a Jesucristo! Las acciones más llenas de celo, aunque naturalmente nos lleven a esperar que quienes las realizan aman a Jesús, no son una evidencia concluyente y, por lo tanto, debemos preguntar aún: "¿Aman al Señor?" Sí, queridos amigos, iré un poco más lejos: la mayor abnegación no es prueba de ese amor. Pedro pudo decir: "He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido." Aunque no era mucho, sin embargo era todo lo que Pedro tenía y lo había abandonado todo por la buena causa, sin haber recibido ningún bien terrenal a cambio. Habían abusado de él con frecuencia y le habían recriminado por causa de Jesús, y esperaba aún más reproches, sin embargo era fiel y estaba dispuesto a sufrir hasta el final. Sin embargo el Señor, sabiendo todo lo que Pedro había sacrificado por Su causa, a pesar de eso le preguntó: "¿Me amas?" Es triste aunque extrañamente cierto que los hombres han llevado a cabo sacrificios considerables para ser cristianos que confiesan la fe y sin embargo no han poseído en ellos la raíz del asunto. Inclusive algunos de ellos han sufrido prisión por la Verdad de Dios y sin embargo no han sido cristianos sinceros. Es difícil afirmar esto, pero es de temerse que en los días de los mártires algunos han ofrendado sus cuerpos a la hoguera, pero debido a que no tenían amor, no les sirvió de nada. El amor es esencial. Nada puede compensar su ausencia. ¡Y sin embargo puede ser que esta preciosa joya no esté en sus corazones! ¡Oh Dios, yo tiemblo al pensar que tal vez tampoco esté en mi corazón! Que cada quien oiga la pregunta: "Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?" Debo enfatizar aún más este punto. A menudo es necesario que nos hagamos esta pregunta porque hay otros puntos en la religión además de los aspectos emocionales. El hombre no es sólo corazón. Tiene también un cerebro y el cerebro debe ser consagrado y santificado. Por consiguiente es necesario que estudiemos la Palabra de Dios y nos convirtamos en escribas bien instruidos en el reino del Cielo. Pedro fue a la universidad durante tres años, siendo su tutor Jesucristo, y aprendió muchísimo. ¿Quién no aprendería de tan gran Maestro? Pero después de haber completado sus cursos, su Señor, antes de enviarlo para que cumpliera su ministerio, consideró necesario preguntarle: "¿Me amas?" Hermano, puedes pasar las páginas de tu libro. Puedes digerir doctrina tras doctrina. Puedes abordar propuestas y problemas teológicos y puedes trabajar muy duro para resolver cada dificultad y poder explicar los textos. Puedes responder las preguntas, hasta que, de una forma u otra, tu corazón se va secando como las hojas del libro y la polilla se alimenta de tu alma como si fuera un papel, comiendo todo a su paso hasta llegar al espíritu. Por lo tanto, es algo saludable que el Señor venga al estudio y cierre el libro y le diga al estudiante: "Quédate quieto un rato, y déjame preguntarte: ¿Me amas? Yo soy mejor que cualquier libro y que todos los estudios. ¿Sientes un amor cálido, humano y vivo por Mí?" Espero que muchos de ustedes sean estudiantes diligentes. Si enseñan en la escuela dominical deberían ser diligentes. Si predican en las calles o en grupos congregados en casas, deberían ser diligentes. ¿Cómo pueden llenar a otros si ustedes mismos no están llenos? Pero, al mismo tiempo, presten mucha atención a la condición de su corazónen relación a Cristo. Saber es bueno, pero amar es mejor. Si estudian, pueden resolver todos los problemas. Sin embargo, si no aman, habrán fracasado en captar el misterio de misterios y no conocerán la más excelente de las ciencias. El conocimiento infla, el amor construye. Entonces consideren muy bien la pregunta: "¿Me amas?" Gran parte de la vida cristiana, también, debería dedicarse a una activa labor. ¡Siempre debemos tener alguna actividad! Si se necesitaba hacer algo, Pedro estaba listo para realizarlo. ¡Había ido en misiones para predicar el Evangelio y hasta los demonios se le habían sometido! Pedro había obrado maravillas en nombre de Jesús y había recibido la orden de hacer más grandes maravillas. Sin embargo, a pesar de todo lo que Pedro había hecho, su amor necesitaba ser examinado. Aunque esos pies de Pedro habían caminado sobre el mar, cosa que los pies de ningún otro hombre habían logrado, sin embargo era necesario preguntarle a Pedro: "¿Me amas?" ¡Acababa de arrastrar esa enorme red a la costa con todo su cargamento de peces, ciento cincuenta y tres! Con gran habilidad y con un enorme esfuerzo había arrastrado toda esa pesca a la orilla. Sin embargo, esto no era ninguna prueba de su amor. Hay entre nosotros algunos predicadores del Evangelio que han sacado una red completamente llena hasta la costa. ¡Había muchos peces grandes! Ha habido trabajadores grandes y exitosos, pero esto no es obstáculo para que el Señor examine sus corazones. Les pide que pongan a un lado sus redes por un momento y tengan comunión con Él. Cierren sus himnarios. ¡Guarden la hoja de asistencia al culto y dejen de contar peces! ¡Entren a su aposento pues el Señor quiere preguntarles algo! "En mi nombre has lanzado demonios, pero ¿Me has amado? Arrojaste la red hacia el costado derecho, como te lo indiqué, pero ¿Me has amado? Sacaste todo el producto de la pesca hasta la orilla, pero ¿Me has amado?" Hermanos y hermanas, este es un solemne temor: "no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado." ¡No sea que después de haber traído a otros a Jesús y de haber servido bien a Dios en la escuela, o en alguna otra esfera, resulten reprobados porque no han amado al propio Jesús! Debo hacer la pregunta una y otra vez y pido al Espíritu Santo que cada uno de nosotros sienta su poder. Tal vez hemos sido llamados a contender ardientemente por la fe. Y tal vez hemos estado combatiendo contra los enemigos del Rey aquí y allá, defendiendo la Verdad de Dios como si defendiéramos nuestra propia vida. Es bueno que seamos buenos soldados de Jesucristo, pues nuestra época necesita hombres que no teman soportar reproches por proclamar la Verdad de Dios con palabras fuertes y firmes. Pero a este espíritu es muy importante hacerle la pregunta: "¿Me amas?" Un hombre puede ser un protestante muy firme pero bien puede no amar a Cristo. ¡Puede ser un abogado ardiente de la Verdad divina, pero puede muy bien no amar a Quien es la verdad misma! Puede sostener puntos de vista basados en las Escrituras en relación al Bautismo y puede ser que nunca haya sido bautizado en Cristo. Un hombre puede ser un decidido cristiano independiente (disidente de la iglesia anglicana) y puede ver todos aquellos males para los que su movimiento es una protesta, ¡pero aún así puede estar conformado al mundo, y estar perdido a pesar de toda su disidencia! Es una cosa grandiosa que cada combatiente cristiano revise esta armadura para que pueda responder con prontitud a la pregunta: "Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?" Resumiendo todo, permítanme decirles, queridos hermanos (sin importar cuán eminentes puedan ser en la Iglesia de Dios e independientemente de sus servicios distinguidos o de su sufrimiento) ¡no evadan la pregunta! ¡Abran su corazón para que lo inspeccione el Señor! Contéstenle con valor humilde mientras Él les pregunta, una y otra vez, hasta que ustedes se entristezcan: "Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?" II. Ahora proseguimos al segundo punto. DEBEMOS AMAR LA PERSONA DE CRISTO O DE LO CONTRARIO TODAS NUESTRAS PASADAS PROFESIONES DE FE HAN SIDO UNA MENTIRA. No es posible que un hombre sea un cristiano y que no ame a Cristo. Sin corazón no hay vida. Tu primera verdadera esperanza del cielo te llegó, si alguna vez te ha llegado, por medio de Jesucristo. Amados hermanos, ustedes han oído el Evangelio, pero el Evangelio sin Cristo nunca fue buenas nuevas para ustedes. Ustedes leen la Biblia, pero la Biblia sin un Cristo personal, nunca fue nada más que letra muerta para ustedes. Han escuchado muchas súplicas ardientes pero todas han caído en oídos sordos hasta que vino Jesús y los forzó a entrar. El primer destello de consuelo que alguna vez entró en mi corazón surgió de las heridas del Redentor. Nunca guardé ninguna esperanza de ser salvo hasta que lo miré a Él colgado en el madero en medio de agonías y sangre. Y debido a que nuestra más firme esperanza está ligada, no a ninguna doctrina o a algún predicador, sino a Jesús, nuestro todo en todo, por tanto estoy seguro que aun si acabamos de recibir nuestra primera esperanza, debemos amar a Jesús, de quien nos ha venido esa esperanza. Y no solamente comenzamos con Él, pues cada bendición del Pacto que hemos recibido ha estado relacionada con Su Persona y no se podría haber recibido sin Él. Ustedes han obtenido el perdón, pero ese perdón ha sido por medio de Su sangre. Han sido vestidos con justicia, pero Él es el Señor, la Justicia de ustedes. Él es, Él mismo, la gloria y la belleza de ustedes. Ustedes han sido limpiados de muchos pecados a través de la conversión, pero fue el agua que emana de Su costado abierto la que los lavó. Ustedes han sido hechos hijos de Dios, pero su adopción sólo los ha llevado a sentir más semejanza al Hermano Mayor, mediante quien son hechos herederos de Dios. Ninguna de las bendiciones del Pacto existe fuera de Cristo, y no puede gozarse de ellas sin Él, de la misma manera que la luz y el calor no pueden separarse del sol. Todas las bendiciones nos llegan de Sus manos traspasadas y, por lo tanto, si las hemos recibido debemos amarlo. No es posible haber disfrutado de los dones dorados de Su amor sin límites sin ser llevados a amarlo a Él en reciprocidad. No pueden caminar bajo el sol sin ser calentados por él, ni recibir la plenitud de Cristo sin estar llenos de gratitud. Cada ordenanza de la Iglesia cristiana, desde nuestra conversión, ha sido una farsa si no hemos amado a Cristo en ella. Por ejemplo, el bautismo. ¿No sería simplemente el lavamiento de la suciedad del cuerpo si no fuéramos sepultados con Cristo en el bautismo para muerte? ¡De la misma manera que Él se levantó de los muertos por la gloria del Padre, así nosotros también podemos levantarnos a una vida nueva! ¿Qué es la cena del Señor? ¿Acaso no es solamente comer pan y tomar vino a menos que Cristo esté allí? Pero si nos hemos acercado a la cena del Señor como hombres verdaderos y no como hipócritas de corazón falso, hemos comido Su carne y bebido Su sangre ¿y es posible haber hecho eso sin haberlo amado a Él? ¡No puede ser! Esa comunión con Cristo que es absolutamente esencial en las ordenanzas, va a generar en el corazón, con toda certeza, amor con Quien tenemos comunión. Y así, amados hermanos, ha sucedido con cada acercamiento que hemos hecho para con Dios a lo largo de todos nuestros años de vida cristiana. ¿Oraste, hermano mío? ¿Realmente hablaste con Dios en oración? No podrías haberlo hecho excepto por medio de Jesús el Mediador. Y si has hablado con Dios a través del Mediador, no puedes permanecer sin amor hacia Quien ha sido tu puerta de acceso al Padre. Si has afirmado que profesas una religión, ¿cómo puede ser tu profesión verdadera y honesta a menos que tu corazón sienta un apego profundo hacia el Gran Autor de la salvación? Tienes grandes esperanzas ¿pero qué es lo que esperas? ¿Acaso no está toda tu esperanza envuelta completamente en Él? ¿No esperas que cuando Él aparezca, tú serás como Él es? Esperas morir triunfante, pero no sin que Él haga muy blando tu lecho de muerte como una almohada de plumas. Tú esperas ser levantado otra vez, pero no aparte de Su resurrección, pues Él es los primeros frutos de la cosecha de la resurrección. Tú esperas reinar en la tierra, pero será con Él. No esperas un milenio sin el Rey. Esperas un cielo sin fin, pero ese cielo ha de ser con Jesús, donde Él está, contemplando Su gloria. Entonces, puesto que todo lo que has obtenido (si en verdad lo has recibido del Señor) tiene el sello de Cristo, te ha llegado directamente de sus manos traspasadas. No puede ser que lo hayas recibido a menos que Lo ames. Ahora, cuando hago la pregunta, recuerda que de tu respuesta a esa pregunta pende esta alternativa: un hombre hipócrita o un hombre verdadero, un convertido genuino o alguien que profesa su fe en falso, un hijo de Dios o un heredero de la ira. Por tanto, responde al cuestionamiento, pero hazlo después de una profunda reflexión. Responde la pregunta conscientemente, como si estuvieras ante el tribunal de Él que ahora te pregunta con mucha ternura, pero que después hablará en otros tonos y tendrá otra mirada, con esos ojos que son como llamas de fuego. "Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?" III. Nuestra tercera consideración es esta: DEBEMOS AMAR LA PERSONA DE CRISTO O DE LO CONTRARIO NADA ESTARÁ BIEN EN EL FUTURO. Aún no hemos concluido nuestra vida. Tal vez nos espere un largo peregrinaje. Todo saldrá bien si amamos a Cristo, pero todo saldrá mal si el amor a Jesús está ausente. Por ejemplo, Pedro es llamado a apacentar los corderos y a pastorear las ovejas, pero para un verdadero pastor, el primer requisito es amar a Cristo. Yo deduzco de este incidente y estoy seguro que mi interpretación es razonable, que Jesucristo, queriendo hacer de Pedro un pastor de Sus ovejas y corderos, está comprobando sus verdaderas cualidades. Y no investiga el conocimiento que posee Pedro o sus dones de oratoria, sino más bien acerca de su amor, pues la primera, la segunda y la tercera cualidad de un verdadero pastor es un corazón lleno de amor. Observen, por favor, que lo que es válido para un pastor es también válido para cualquier trabajador útil para Cristo. El amor es esencial, mi querido amigo. No puedes trabajar para Cristo si no Lo amas. "Pero yo puedo enseñar en la escuela," dice alguien. "No, nadie debe enseñar en la escuela dominical, si no tiene amor a Jesús." "Pero yo estoy relacionado con una sociedad muy interesante, que hace mucho bien." "No estás glorificando a Dios a menos que estés relacionado con esa sociedad porque amas a Jesucristo." Deja tus herramientas, pues no puedes trabajar con provecho en la viña de mi Señor a menos que tu corazón sienta amor por Él. Es mejor que la vid se quede sin podar en vez de que sea podada por manos enojadas. Deja a las ovejas en paz. Nunca las podrás cuidar si tu corazón es duro y poco amable. Si no amas al Señor, no sentirás amor por Su obra, o por Sus siervos o por las reglas de Su Casa, y nos podrá ir mejor a todos sin ti que contigo. Tener a un obrero descontento en la Casa del Señor y Su viña sería muy desagradable para toda la familia. El corazón debe tener amor pues el verdadero servicio no puede salir sólo de las manos. Es posible que te espere el sufrimiento, y si tu corazón no es fiel a Cristo, no podrás soportarlo pacientemente en Su nombre. Pronto le llegó a Pedro el tiempo de dar gloria a Dios con su muerte. Pedro tiene que ser vestido y llevado adonde no quiere. ¿Acaso estaría preparado para el martirio si no amase a Jesús? La tradición sostiene que Pedro fue crucificado con su cabeza hacia abajo pues le parecía demasiado honor morir en la misma posición que su Señor. Puede ser. Sin duda fue crucificado y fue más que un conquistador por su amor fuerte y profundo. El amor hace al héroe. Cuando el Espíritu de Dios enciende el amor, Él inspira valor. Comprendan entonces, ustedes que creen, cuánto necesitan del amor para el futuro. Joven cristiano, tendrás que pasar por tribulaciones antes de entrar al cielo. No me importa en qué esfera de la vida te muevas, eres particularmente favorecido si alguien no se burla de ti o te persigue. ¡De aquí al cielo serás puesto a prueba y, tal vez, tus enemigos serán los hombres de tu propia casa! Muchos estarán pendientes de tus tropiezos y aun colocarán obstáculos en tu camino. Para caminar con firmeza tendrás que llevar los fuegos de amor en tu corazón. Si no amas a Jesús intensamente, el pecado será tu amo. Las abnegaciones y las humillaciones son muy fáciles de llevar cuando hay amor, pero sin amor son imposibles. Para trabajar o para sufrir o para morir fielmente, debemos amar a Jesús con todo nuestro corazón. Queridos hermanos y hermanos, si no sentimos amor por la Persona de Jesucristo nuestra piedad carece del elemento adhesivo. Falla en eso que nos ayuda a mantenernos en el viejo camino bueno y sostenernos hasta el fin. Los hombres a menudo abandonan lo que les gusta pero nunca abandonan lo que aman. Los hombres pueden negar aquello en lo simplemente creen como asunto de convicción mental, pero nunca van a negar aquello que sienten que es verdadero y que aceptan con afecto del corazón. Si van a perseverar hasta el fin, debe ser en el poder del amor. El amor es la gran fuerza inspiradora. Muchas obras en la vida cristiana son imposibles de realizar mediante cualquier otra fuerza que no sea el amor. Al servir a Cristo atraviesas alguna dificultad demasiado grande para el criterio, demasiado dura para la prudencia, y la incredulidad se sienta para poder evaluar y calcular. Pero el amor, el poderoso amor, se ríe ante la imposibilidad y puedes atravesar la dificultad, por Jesucristo. El amor penetra en la filas enemigas. El amor salta por encima de los muros y, ¡llevado de la mano por la Fe, es omnipotente! Más aún, por medio del poder de Dios que está en él, el amor todo lo puede por Jesucristo su Señor. Si no tienes amor, tu energía se debilita. Falta la fuerza que llena de energías al hombre y somete a sus enemigos. También, sin amor, no tienes la fuerza transformadora. El amor a Cristo es lo que nos hace semejantes a Él. Los ojos del amor, como ventanas, dejan entrar la imagen del Salvador y el corazón del amor la recibe como una placa sensible hasta que toda la naturaleza lleva su imagen. Eres como aquello que amas, o cada vez te vas pareciendo más a aquello que amas. Si amas a Cristo, gradualmente te vas haciendo semejante a Él. Pero sin amor, jamás reflejarás la imagen de lo celestial. ¡Oh Espíritu de Dios, con alas de amor, cúbrenos hasta que Cristo sea formado en nosotros! Mis hermanos y hermanas, hay aún otra reflexión: sin amor a Cristo no poseemos el elemento que perfecciona. Pronto estaremos con Él. En unas pocas semanas o meses, ninguno de nosotros puede decir cuán pocos son, estaremos en la Gloria. Sí, ustedes y yo. Muchos de nosotros estaremos vestidos de ropas blancas y con palmas en la mano. Tal vez sólo podamos comprar dos o tres almanaques más y después ya no podremos llevar la cuenta de los días, pues estaremos donde el tiempo, con sus pequeños remolinos y corrientes, será olvidado en el arco iris eterno de las edades. Pero si no amamos a Jesús, no estaremos donde Él está. No hay nadie en el cielo que no haya aprendido a amarlo primero aquí abajo. Así que debemos amar a Jesús. El futuro lo demanda imperiosamente y, por lo tanto, hago la pregunta nuevamente con mayor seriedad y vehemencia: "Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?" IV. Pero ahora voy a suponer que he recibido una respuesta de ustedes y que pueden decir que ustedes verdaderamente aman a Jesús. Entonces mi cuarto punto que es también el último debe ser: SI EN VERDAD LO AMAMOS, ¿ENTONCES QUÉ? Si en verdad lo amamos, hagamos algo por Él, pues Jesucristo respondió a Pedro cuando dijo: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo." "Apacienta mis ovejas." Esto fue muy amable de parte del Salvador, porque Él sabía en lo profundo de Su corazón que dondequiera que haya amor hay el deseo de llevar a cabo actividades. Debido a que Jesús amó tanto, Su alimento y Su bebida consistían en hacer la voluntad de Su Padre celestial. Así piensa Jesús: "Pedro me ama y su corazón se dolerá si no le doy alguna actividad. Ve y apacienta mis corderos, ve y pastorea mis ovejas." ¡Hermano, hermana, si amas a Cristo, no desperdicies este domingo por la tarde! ¡Si amas a Cristo, ponte a trabajar! ¿Qué haces? Participo en los medios de la Gracia y recibo muy buen alimento. ¿Eso es todo? Eso es hacer algo para ti mismo. Muchas personas en el mundo están ocupadas alimentándose (y usan ávidamente tenedor y cuchillo) pero no estoy seguro que comer el pan de los hombres sea una prueba de amor por Él. Muchísimos cristianos que profesan su fe no dan ninguna prueba de amor a Cristo excepto que disfrutan los sermones. Pero ahora, si amas a Cristo tal como la afirmas, demuéstralo haciendo el bien a otros: "Apacienta mis corderos." Veo que un grupo de hermanos se ha reunido para tener una conferencia y crecer en la Gracia. Eso es ciertamente excelente. Crezcan, mis hermanos, tan rápido como puedan. Me gustaría verlos como un jardín de flores, con todas ellas creciendo y brillando. Pero cuando hayan hecho todo eso, ruego a Dios para que no estén satisfechos de ustedes mismos como si hubieran llevado a cabo una cosa maravillosa y poderosa, porque no hay nada allí a menos que los lleve a trabajar para los demás. Hacer públicos esos felices eventos es como decir a la pobre gente de Whitechapel que el señor alcalde y el regidor gozaron de un exquisito banquete y comieron sopa de tortuga. Supongan que yo me entero que ustedes han tenido una espléndida serie de reuniones. Pues me alegraría de que ustedes la hayan pasado bien, pero el punto es este: ¡si hay algo bueno en eso, pónganse a trabajar! Si amas a Cristo, apacienta sus ovejas y corderos. Si no, todo sería puras palabras. Si no, sería mucho ruido y pocas nueces. ¡Si no, es simplemente puro bullicio, entonces pónganse a trabajar para ganar almas! ¡Vayan a los pobres y a los necesitados! ¡Vayan donde están los perdidos y los extraviados! ¡Vayan a quienes están en medio de tinieblas y a los ignorantes y proclamen a Cristo como el bálsamo de Galaad y Salvador de los pecadores! Después de todo, esta es la prueba de cuánto han crecido en la Gracia. Esta es la prueba de una vida más elevada. Esta es la prueba de cuánto se asemejan a Jesús. ¿Qué van a hacer por Él? Pues si no van ahora y apacientan Sus corderos y pastorean Sus ovejas, de nada sirve lo que digan o lo que suponen que gozan. No dan ninguna de las pruebas del amor que pide Jesús. Agrego estas palabras finales: cuando enseñen sus clases dominicales o a sus propias familias, háganlo por amor a Jesús. Digan a su corazón: "Amo a Cristo y ahora voy a enseñar por amor a Él." ¡Oh, habrá una clase grandiosa esta tarde, hermana mía! ¡Enseñarás con mucho poder, si lo haces por amor a Él! ¡Cada palabra que pronuncies tendrá mucho poder pues será sugerida por el amor que tienes para Él! Tendrás mucha paciencia con esa niña que hace mucho ruido y que tanto te molesta, por el amor de Él. Ese niño travieso que no aprende la verdad que le enseñas, te cansa porque le dices muchas historias y cuando has terminado quiere otra historia. Con mucha paciencia le dirás otra, por amor a Cristo. Cuando oren con los pequeñitos, oren para tener amor por ellos por Cristo. Si van a predicar, prediquen por amor de Cristo. A veces lo hacemos porque nos corresponde hacerlo, pero nunca debería ser así. Ustedes saben cuánto se deleitarán sus sirvientes en servirles si lo hacen por amor. Han estado fuera unas cuantas semanas y finalmente regresan a casa. ¡Miren su habitación! ¡Qué grata bienvenida es para ustedes! ¡Han destruido casi la mitad del jardín para traerles flores y que la mesita se vea preciosa para recibirlos a ustedes! La cena (es la misma cena que cualquier María o Juana habría cocinado) pero ¡miren cómo está puesta sobre la mesa! Todo parece indicar que se ha hecho por amor al señor y la señora de la casa, para mostrar el afecto y el respeto por ellos. ¡Y ustedes lo gozan de manera indescriptible porque todo ello revela amor! Ahora, mañana y mientras vivan, ¡háganlo todo por amor a Cristo! Cubrirá de flores todo su trabajo y hará que se vea precioso a Sus ojos. Pongan a trabajar dedos de amor, cerebro lleno de amor, ojos de amor, manos de amor. Piensen con amor, oren con amor, hablen con amor, vivan con amor y de esta manera van a vivir con poder y Dios los bendecirá por Cristo nuestro Señor. Amén.