miércoles, 30 de abril de 2014

APROVECHAR LA OPORTUNIDAD DE DIOS QUE ES ÚNICA

Lectura: Hebreos 4:1-11 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. —Hebreos 4:1 Sucede casi todos los semestres. Les digo a mis alumnos de primer año del curso de Lengua y Redacción en la universidad que tienen que mantenerse al día con las numerosas tareas, para aprobar la materia. Pero casi siempre, algunos no me creen. Son los que me envían desesperados e-mails después del último día de clase y me dan múltiples razones por no haber podido cumplir con el trabajo. Detesto hacerlo, pero tengo que decirles: «Lo siento. Es demasiado tarde. Reprobaste la materia». Ya es bastante malo que poco después de haber ingresado a la universidad te des cuenta de que desperdiciaste muchísimo dinero, pero hay un desenlace mucho más grave y permanente que se produce al final de la vida si las personas no se ocuparon de solucionar con Dios el problema del pecado. En esos casos, si alguien muere sin haber puesto su fe en Jesucristo como Salvador, enfrenta una eternidad sin Él. ¡Qué momento terrible sería presentarse delante del Salvador y oírlo decir: «Nunca os conocí; apartaos de mí» (Mateo 7:23)! El autor de Hebreos nos advierte que debemos estar seguros de haber «alcanzado» (4:1) el reposo eterno que Dios nos ofrece. La buena noticia es que aún hay tiempo; no es demasiado tarde. Hoy Jesús nos ofrece gratuitamente salvación y perdón por medio de Él. —El Calvario revela la gravedad de nuestro pecado y la grandeza del amor de Dios.

martes, 29 de abril de 2014

DIOS TIENE CUIDADO DE NOSOTROS

Lectura: Marcos 4:33-41 … ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? —Marcos 4:40 A los 27 años de edad, Rembrandt pintó la escena Cristo en la tormenta en el mar de Galilea, basada en la historia de Marcos 4. Con su distintivo contraste de luz y sombra, el cuadro muestra un bote pequeño que corre peligro de ser destruido por una furiosa tormenta. Mientras los discípulos luchan contra el viento y las olas, Jesús permanece impasible. No obstante, lo más extraño es la presencia en el bote de un décimo tercer discípulo, el cual, según los expertos en arte, se parece a Rembrandt. El evangelio de Marcos describe la impresionante lección que los discípulos aprendieron sobre quién es Jesús y lo que puede hacer. Mientras ellos trataban desesperadamente de impedir que el bote se hundiera, Jesús dormía. ¿No le importaba que estuvieran todos a punto de morir? (v. 38). Después que Jesús calmó la tormenta (v. 39), les hizo esta aguda pregunta: «¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?» (v. 40). Entonces, el temor en ellos aumentó, y se gritaban unos a otros: «¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?» (v. 41). Nosotros podríamos ubicarnos en esta historia y descubrir, tal como lo hicieron los discípulos de Jesús, que Él revela su presencia, compasión y control en todas las tormentas de la vida. —Dios es un refugio seguro en las tormentas de la vida.

lunes, 28 de abril de 2014

CÓMO DEBEMOS AMAR

Lectura: 1 Corintios 13:4-13 El amor es sufrido, es benigno… —1 Corintios 13:4 Cuando Hans Egede fue a Groenlandia como misionero en 1721, no sabía el idioma inuit. Tenía un temperamento a menudo autoritario, y se esforzaba por ser amable con la gente. En 1733, una epidemia de viruela arrasó aquel país, tras lo cual murieron dos tercios de la población inuit e incluso la esposa de Egede. Este sufrimiento compartido ablandó la actitud áspera del misionero, y este empezó a trabajar incansablemente para ocuparse del bienestar físico y espiritual de aquellas personas. Como su vida empezó a representar mejor las historias que les relataba sobre el amor de Dios, los inuit finalmente pudieron darse cuenta de que él también deseaba amarlos. Aun en el sufrimiento, sus corazones se volvieron a Dios. Quizá seas como los inuit de esta historia y no puedas ver al Señor en las personas que te rodean. O tal vez seas como Hans Egede, que le costaba mucho expresar amor de una manera que les enseñara a las personas sobre Dios. Como el Señor sabía que somos débiles y necesitados, nos mostró cómo es el amor: envió a su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados (Juan 3:16). De tal manera nos ama Dios a ti y a mí. Jesús es el ejemplo perfecto del amor descrito en 1 Corintios 13. Al mirarlo a Él, descubrimos que somos amados y, a su vez, aprendemos a amar a los demás. —Señor, que las heridas del pasado no me impidan reflejar tu amor. Que nunca sea yo una barrera que impida que los demás vean a Dios.

sábado, 26 de abril de 2014

DIOS SABE COMO TRATAR A SU CREACIÓN

LEA: Mateo 5:38-48 … vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. —Mateo 5:45 Mientras las lluvias torrenciales golpeaban la cabeza de las petunias que acababa de plantar, sentí pena por ellas. Quería meterlas en la casa para protegerlas de la tormenta. Cuando la lluvia paró, sus caritas miraban al suelo, inclinadas por el peso del agua. Parecían tristes y débiles. Sin embargo, a las pocas horas, se reavivaron y levantaron la cabeza hacia el cielo. Al día siguiente, estaban derechas, firmes y fuertes. ¡Qué transformación! Después de golpearlas en la cabeza, la lluvia corrió por sus hojas, humedeció el suelo y resurgió a través de sus tallos, lo cual las fortaleció para que estuvieran erguidas. Como prefiero la luz del sol, me molesta que la lluvia dañe las plantas que tengo afuera. A veces, me equivoco y considero que la lluvia es algo negativo. Pero los que han experimentado una sequía saben que es una bendición, ya que nutre la tierra para beneficiar tanto a los justos como a los injustos (Mateo 5:45). Aun cuando las tormentas de la vida golpean con tanta intensidad que casi nos derrumbamos ante tal fuerza, la «lluvia» no es un enemigo. Nuestro Padre amoroso ha permitido que ocurra para fortalecernos. Él utiliza el agua que nos azota exteriormente para que maduremos por dentro y podamos pararnos firmes y fuertes. Dios usa para fortalecerte las tormentas que amenazan con destruirte.

viernes, 25 de abril de 2014

COMO OBTENER EL PREMIO EN LA CARRERA DE LA VIDA

LEA: 1 Corintios 9:24-27 Y todo el que compite en los juegos […] lo [hace] para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. —1 Corintios 9:25 lbla Todos los años, en marzo, la carrera Iditarod Trail se lleva a cabo en Alaska. Los conductores sobre sus trineos tirados por perros especiales recorren casi 1.700 kilómetros desde Anchorage hasta Nome. Los equipos competidores cubren esta gran distancia en un lapso de entre 8 y 15 días. En el 2011, John Baker batió el récord al tardar 8 días, 19 horas, 46 minutos y 39 segundos en completar el trayecto. El trabajo de equipo entre los perros y el conductor es extraordinario, y los participantes se esfuerzan tremendamente para vencer. El ganador recibe dinero y una camioneta nueva como premio. Pero después de tanta constancia en condiciones climáticas extremas, los elogios y los galardones tal vez parezcan insignificantes y efímeros. La emoción de una carrera era un concepto conocido para el apóstol Pablo, pero él utilizó la competición para ilustrar un concepto eterno. Escribió: «Y todo el que compite en los juegos se abstiene de todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible» (1 Corintios 9:25 lbla). A veces, somos tentados a darles importancia a las recompensas terrenales, las cuales perecen con el paso del tiempo. Sin embargo, las Escrituras nos instan a centrarnos en algo más trascendente. Honramos a Dios al producir un impacto espiritual que será recompensado en la eternidad. Corre la carrera con la eternidad en vista.

jueves, 24 de abril de 2014

DIOS NUNCA NOS ABANDONA

Lectura: Lamentaciones 3:13-26 … nunca decayeron [las] misericordias [del Señor]. Nuevas son cada mañana… —Lamentaciones 3:22-23 Cuando era niño, uno de mis entretenimientos favoritos era jugar en el sube y baja de un parque cercano. Los chicos se sentaban en ambos extremos del tablón y se balanceaban hacia arriba y abajo. A veces, el que estaba abajo se mantenía allí y dejaba a su compañero de juego detenido en lo alto y gritando para que lo bajara. Pero lo más cruel de todo era bajarse y salir corriendo cuando el otro estaba en el aire… para que cayera de repente contra el suelo y se golpeara. A veces, tal vez sintamos como que Jesús nos está haciendo eso. Confiamos en que estará con nosotros en los altibajos de la vida. Sin embargo, cuando las cosas dan un giro inesperado y nos dejan golpeados y heridos, quizá nos parezca que el Señor se fue y dejó que nos cayéramos y que el dolor nos invadiera. Pero Lamentaciones 3 nos recuerda que «por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias» (v. 22), y que Él es fiel hasta el final, aun cuando todo parezca estar desmoronándose. Esto significa que, en medio de nuestro dolor, aunque tal vez nos sintamos solos, no lo estamos. Y aunque no percibamos su presencia, ¡el Señor está a nuestro lado, como nuestro compañero confiable que nunca se irá ni nos dejará! —Señor, gracias por poder confiar en tu presencia fiel aun cuando nos sintamos solos. Ayúdanos a esperar con paciencia que te manifiestes en nuestra vida. Cuando todos los demás fallan, Jesús es el amigo más confiable.

lunes, 21 de abril de 2014

SI EL SEÑOR TE MANDA A PEDIR ALGO..., ENTRÉGASELO

David C. Egner LEA: Marcos 11:1-11 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. —Marcos 11:3 Hace muchos años, cuando un joven amigo nos pidió prestado el automóvil, mi esposa y yo dudamos un poco al principio. Era nuestro coche. Nos pertenecía y dependíamos de él. Pero de inmediato, sentimos que debíamos compartirlo con él porque sabíamos que Dios deseaba que nos ocupáramos de los demás. Entonces, le dimos las llaves y fue a una iglesia a unos 45 kilómetros, para dirigir una conferencia juvenil. El Señor utilizó la reunión para que los jóvenes conocieran a Cristo como Salvador. Jesús les mandó a sus discípulos que tomaran un asno de otro hombre. El Hijo de Dios les dijo: «Desatadlo y traedlo» (Marcos 11:2). Si alguien les reclamaba, debían aclarar: «El Señor lo necesita», y les permitirían llevarlo. Sobre ese pollino, el Señor Jesucristo entró en Jerusalén, en lo que hoy denominamos Domingo de Ramos. Este hecho tiene una lección para nosotros. Todos tenemos cosas que apreciamos profundamente. Tal vez hemos pensado: Jamás podría desprenderme de esto. Quizá sea un automóvil nuevo, un abrigo, alguna otra posesión o nuestras preciosas horas libres durante la semana. ¿Estaremos dispuestos a entregar algo que tenemos cuando una persona evidentemente lo necesita? Si sientes que el Espíritu Santo está hablándote, entrega tu tiempo o tus bienes, tal como aquel hombre le dio su animal a Jesús. ¡El Señor será entonces glorificado como merece! Dios nos da todo lo que necesitamos; por eso, nosotros podemos dar a quienes necesitan.

domingo, 20 de abril de 2014

CÓMO CANTAR VICTORIA

LEA: Juan 19:28-37 … Consumado es… —Juan 19:30 y ...Mateo 28:6 ... No está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Hace poco, leí sobre Aron Ralston, un excursionista que quedó atrapado solo en el fondo de un remoto cañón. Con escasas posibilidades de que lo encontraran y casi sin fuerzas, tuvo que tomar medidas drásticas para sobrevivir. En un momento de dolor insoportable, dio un grito agónico y de triunfo, ya que se había liberado y tendría la posibilidad de escapar y seguir viviendo. Aquellos que presenciaron la crucifixión de Jesús vieron sus horas de agonía y lo oyeron clamar en alta voz: «… consumado es…», mientras entregaba su espíritu (Juan 19:30). Sus últimas palabras desde la cruz no fueron una exclamación de dolorosa derrota, sino un grito de triunfo, porque había completado todo lo que el Padre lo había enviado a hacer. Cuando Jesús murió, participó de todo lo que nosotros debemos experimentar. Pero mucho más allá de eso, hizo lo que ninguno de nosotros puede hacer: pagó el precio por nuestros pecados, para que podamos ser perdonados y tener vida eterna por medio de la fe en Él. «Consumado es» fue el grito de victoria del Señor Jesucristo, porque ahora, a través de Él, podemos escapar del poder del pecado, vivir y ser libres. Gracias al sacrificio del Señor por nosotros y su victoria sobre el pecado, podemos llamar este día Viernes Santo. Gracias a la resurrección de Jesús podemos vivir en novedad de vida y podemos llamar a éste día Domingo de Gloria. Lanzamos un grito de triunfo sobre el pecado y cantamos victoria al alcanzar nuestra corona como vencedores en ésta vida gracias al Señor de Señores y Rey de Reyes. Jesús murió y resucitó para que nosotros vivamos.

sábado, 19 de abril de 2014

COMO ES UN AMIGO

David H. Roper LEA: 1 Samuel 23:14-18 En todo tiempo ama el amigo… —Proverbios 17:17 La amistad es uno de los regalos más maravillosos de la vida. Los amigos verdaderos siempre procuran lo mejor los unos para los otros. ¡Y qué mejor que conozcan a Dios y que lo amen con todo el corazón, el alma y la mente! El pastor y mártir alemán Dietrich Bonhoeffer declaró: «La voluntad de Dios para la otra persona es lo que determina el objetivo de la amistad». Jonatán, el amigo de David, es un ejemplo excelente de la amistad verdadera. David estaba exiliado y escondido en el desierto de Zif, cuando se enteró de que «Saúl había salido en busca de su vida» (1 Samuel 23:15). Entonces, Jonatán fue a Hores a encontrarse con él. Su intención le otorga importancia a esta escena: ayudó a David a hallar fortaleza en el Señor, o como lo expresa el texto: «fortaleció su mano en Dios» (v. 16). Esta es la esencia de la amistad cristiana. Más allá de los intereses comunes, del afecto, del humor y de la risa, el objetivo supremo es sembrar en otros las palabras de vida eterna, recordarles la sabiduría divina, renovar su alma con expresiones de amor y fortalecer su dependencia de Dios. Ora por tus amigos y pídele al Señor que te dé una palabra oportuna para ayudarlos a renovar sus fuerzas en nuestro Dios y en su Palabra. Un amigo verdadero es un regalo de Dios y alguien que nos hace volver a Él. "El que tiene un amigo verdadero puede decir que posee dos almas. ... "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" ... "Lo que hagas por ti morirá contigo, lo que hagas por los demás perdurará por siempre.

viernes, 18 de abril de 2014

TE AMO…

Anne Cetas LEA: Romanos 6:1-11 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él. —Romanos 6:8 Estábamos con mi esposo en una piscina pública, cuando la gente que nos rodeaba empezó a mirar atentamente hacia arriba. Un pequeño avión formaba letras con el humo que emitía. Mientras observábamos, el piloto escribió: «TE AMO». Todos empezamos a especular. Quizá sea una propuesta matrimonial. Tal vez un hombre romántico está con su novia en un balcón cercano, y pronto le preguntará: ¿quieres casarte conmigo? Seguimos con la mirada hacia arriba: «TE AMO, J-E-». Escuché que unas jovencitas decían: «Apuesto a que es Jerónimo o quizá Jésica». Las letras seguían apareciendo… no, era: «JESÚS». El piloto estaba declarando al mundo su amor por Jesús. Un amigo mío suele terminar sus oraciones diciendo: «Señor, te amo». Y comenta: «No puedo evitar decirle que lo amo, después de todo lo que ha hecho por mí». En Romanos 6:1-11, nuestro pasaje bíblico para hoy, el apóstol Pablo relata algunas de las cosas que Cristo ha hecho por nosotros y por las cuales merece nuestro amor: fue crucificado, sepultado y resucitado. Por esta razón, los que hemos puesto nuestra fe en Él tenemos ahora vida eterna (v. 4), el pecado o el temor a la muerte ya no tienen que someternos (vv. 6, 9), y un día, nosotros también resucitaremos para vivir con el Señor para siempre (v. 8). Con razón, decimos: «¡Te amo, Jesús!». Para mostrar su amor, Cristo murió por nosotros; para corresponder ese amor, vivimos para Él.

jueves, 17 de abril de 2014

¿ASPIRAR O AMBICIÓN?

LEA: Colosenses 3:22-24 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor… —Colosenses 3:23 Ambición: Deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr, especialmente riqueza, poder o fama. Aspirar: Pretender conseguir algo y hacer lo necesario para ello, especialmente cuando se considera que es muy importante. "tenían la obligación de ganar para poder aspirar a las semifinales; su actitud es la de quien aspira a tener buena imagen; aspirar a lo máximo en una profesión" ¿Es mala la ambición? ¿Está mal tener empuje y esforzarse para ser el mejor? Puede ser. La diferencia entre aspirar y ambición es la motivación y el objetivo: si es para la gloria de Dios o para gloria personal. En 1 Tesalonicenses 4:1, Pablo señala que los creyentes deben «agradar a Dios» con su vida. Para algunos, el deseo de agradarlo es una transformación instantánea generada en el momento de la salvación, mientras que para otros, esa transformación está repleta de inconsecuencias y vacilaciones. Ya sea que el cambio ocurra en forma instantánea o gradual, el creyente debe ambicionar las metas divinas, no las propias. Por eso, en relación al trabajo, preguntamos: «¿Cómo me ayudará este cambio de trabajo a servir a los demás y glorificar a Dios?». La aspiración se enfoca en el Señor y en los demás, y siempre considera los talentos que Él nos ha dado y cómo desea utilizarnos. Pablo sugiere que trabajemos «con corazón sincero, temiendo a Dios» (Colosenses 3:22). Todo lo que hagamos en nuestro lugar de trabajo debe ser como un servicio para el Señor (vv. 23-24). Glorificamos más a Dios y nos deleitamos más en su Persona cuando trabajamos con fervor y excelencia para Él, no para nosotros; cuando lo hacemos para servir al Señor y a los demás, no para beneficio personal… porque Él merece todo lo que somos y tenemos. «Nos empequeñecemos al intentar ser grandes». —Eli Stanley Jones, misionero

miércoles, 16 de abril de 2014

COMO SE RECUPERA EL TIEMPO PERDIDO

LEA: Joel 2:21-27 Y os restituiré los años que comió la oruga… —Joel 2:25 Todos tenemos remordimientos. A menudo, nos deslizamos en senderos de malas decisiones (algunos más largos que otros) que pueden dejar secuelas en la mente, el cuerpo y el alma. Un amigo mío pasó años hundido en el alcohol y las drogas. Pero Dios hizo una obra asombrosa en su vida, y hace poco, celebró 25 años de haberse liberado de esas adicciones. Ahora dirige una empresa exitosa, tiene una esposa dedicada e hijos que aman a Cristo. Su pasión es alcanzar a otros que han caído en las profundidades del pecado, y trabaja como un sabio y tierno consejero en esa labor de rescatar vidas. ¡Dios nunca baja los brazos! Aunque en el pasado hayamos tomado malas decisiones que nos pesan, ahora podemos decidir cómo vivir: seguir en el camino de la destrucción, revolcarnos en el remordimiento, o acudir a Cristo, creyendo que Él puede «[restituir] los años que comió la oruga» (Joel 2:25). Cuando nos arrepentimos y buscamos que nos sane y nos libere con su poder, el Señor es misericordioso. Aunque perduren algunas secuelas del pasado, ¡podemos estar seguros de que Dios tiene un futuro bueno y glorioso para los que confían en Él! Dios nunca abandona su tarea de convertir nuestra vida en algo hermoso.

martes, 15 de abril de 2014

COMPARTIR SIEMPRE LOS TESTIMONIOS DE DIOS

LEA: Salmo 78:1-8 … contando a la generación venidera las alabanzas del Señor, y su potencia, y las maravillas que hizo. —Salmo 78:4 En una entrevista para la revista Wired, le preguntaron al director de cine George Lucas cómo quería que lo recordaran. Contestó: «Me recordarán como cineasta […]. Con suerte, algunas de las historias que produje seguirán siendo importantes. […] Si has criado hijos, sabes que hay que explicarles las cosas; de lo contrario, terminarán aprendiéndolas a la fuerza […]. Por eso, las historias antiguas tienen que reiterarse de una manera apropiada a cada nueva generación. No creo que me vaya a alejar mucho de las historias antiguas; me parece que hay que seguir relatándolas». En el Salmo 78, el salmista era consciente de que, posiblemente, la gente se olvidaría de las obras poderosas de Dios y que una generación se perdería; por eso, instó al pueblo de Dios a no cansarse nunca de contarles a las generaciones futuras la antigua historia de la redención (v. 4). El objetivo no era simplemente memorizar datos históricos, sino estimular la confianza, la obediencia y la esperanza en el Señor (v. 7), y evitar que las generaciones siguientes cayeran en la oscuridad de la falta de fe y la rebelión, como había sucedido con sus antepasados (v. 8). Por el poder y la gracia de Dios en nuestra vida, deseamos ser fieles comunicadores de sus historias, para alentar a las generaciones futuras a tener fe y a ser obedientes. Las historias sobre la gracia de Dios en el pasado inspiran los futuros relatos de la fe.

lunes, 14 de abril de 2014

HABLANDO DE DINERO

1 Timoteo 6:6-12 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas […], sino en el Dios vivo… —1 Timoteo 6:17 Hacía poco que Marilina y Esteban se habían casado. Aunque el dinero escaseaba, ella quiso cambiar el cubrecama gastado. Entonces, decidió comprar uno nuevo con la tarjeta de crédito, con la esperanza de conseguir dinero para pagarlo. Se sorprendió cuando su lectura devocional diaria la llevó a Proverbios 22:27: «Porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes» (nvi). Ese día, Marilina decidió no endeudarse por un cubrecama nuevo. Decidir cómo gastar nuestro dinero es una cuestión personal entre nosotros y el Señor, y puede resultar difícil. Pero Dios no nos dejó a la deriva, sino que nos enseña: «Honra al Señor con tus bienes» (Proverbios 3:9), y «no podéis servir a Dios y a las riquezas» (Mateo 6:24). Con estas verdades en mente, buscamos ayuda en su Palabra para usar el dinero sabiamente, y encontramos lo siguiente: «… guardaos de toda avaricia…» (Lucas 12:15); «… el que toma prestado es siervo del que presta» (Proverbios 22:7). Además, en 1 Timoteo, leemos: «… sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos» (6:18). El dinero es un tema importante. Dios, quien suple todas nuestras necesidades, puede mostrarnos cómo usarlo para honrar su nombre. Jamás permitas que el dinero se convierta en tu ídolo.

domingo, 13 de abril de 2014

CALOR DE HOGAR

Juan 14:1-6 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; […] voy, pues, a preparar lugar para vosotros. —Juan 14:2 Una vez, mientras trabajaba como agente de recursos humanos en una empresa de construcción, aceptamos unos trabajos a dos horas de distancia, lo cual implicaba que los obreros tuvieran que viajar cuatro horas todos los días y, además, cumplir una jornada laboral completa. Para facilitar las cosas, hicimos reservas en un hotel durante la semana y contratamos vehículos y chóferes para transportar a los que querían ir y volver diariamente. ¡Casi todos prefirieron el transporte diario! Uno de nuestros obreros más rezongones cambió su habitual conducta al relatar la sorpresa y el entusiasmo de su esposa y sus cuatro hijos la primera noche que volvió. No les había dicho que existía esa posibilidad, y los sorprendió. Más tarde, la esposa llamó al dueño de la empresa para agradecerle y dijo que su familia sería «leal de por vida» con alguien que entiende la importancia del hogar para los trabajadores. Todo aquel que no haya tenido una casa, aun por poco tiempo, comprenderá las consoladoras palabras de Jesús a sus discípulos cuando prometió que les aguardaba un hogar eterno en el cielo (Juan 14:2). Después, para que el gozo fuera completo, les dijo que iría a prepararlo, que los guiaría hasta ese lugar y que, además, Él estaría allí (v. 3). Recuerda el consuelo más maravilloso de esta vida: Jesús prometió que un día iremos a casa a estar con Él. Nada se compara con el hogar; en especial, si ese hogar es el cielo.

sábado, 12 de abril de 2014

SUFRIMIENTO FORTALECEDOR

1 Pedro 5:1-11 Mas el Dios de toda gracia, […] después que hayáis padecido un poco de tiempo, […] os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. —1 Pedro 5:10 En algunas iglesias, los cultos suelen concluir con una bendición. Una de ellas está tomada de las palabras finales de Pedro en su primera epístola: «Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca» (1 Pedro 5:10). A veces, se omite la frase «después que hayáis padecido un poco de tiempo». ¿Por qué? Quizá porque es desagradable hablar del sufrimiento. Sin embargo, enfrentar tribulaciones no debería sorprendernos. El apóstol Pablo, quien sabía muy bien qué significaba sufrir, escribió: «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Timoteo 3:12). Si vivimos en sumisión a Dios (1 Pedro 5:6) y resistimos al diablo (v. 9), podemos esperar que nos difamen, nos malinterpreten y que, incluso, se aprovechen de nosotros. Pero el apóstol Pedro declara que tal sufrimiento tiene un propósito: perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos (v. 10). El sendero de Dios hacia la madurez espiritual del creyente suele llevarnos a través de dificultades, pero estas nos fortalecen para poder soportar las futuras tormentas de la vida. Que el Señor nos ayude a ser fieles a medida que nos esforzamos para vivir una vida que honre su nombre. Las dificultades son el medio de Dios para enseñarnos a ser fuertes.

viernes, 11 de abril de 2014

LO QUE PASÓ..., ¡PASÓ!

Filipenses 3:13-14 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Según la web pasado: es el tiempo que pasó y que en una línea cronológica ha quedado atrás. Se conoce como pasado a dicho tiempo como a las cosas que sucedieron en el. Realmente no sé por qué tantas veces en nuestra nueva vida en Cristo recordamos el pasado y lo tenemos tan presente como si en realidad no hubiera pasado tiempo desde el día en que paso lo que paso, y es que sin duda Pablo sabía que era eso, y en el versículo entiendo que él nos está diciendo que prefiere olvidar el pasado y no seguirlo recordando, que prefiere poner su mirada en el presente y en lo porvenir trabajando en la obra del Señor, siguiendo adelante en los caminos del Señor. No sé qué paso en tu vida en el pasado pero quiero decirte que el pasado es eso pasado y debes dejarlo de lado pues recordar como dice un dicho es volver a vivir porque lo tienes tan presente que sin querer lo vuelves a vivir al recordarlo, tampoco puedes seguirte lamentando por algo que ya paso si ahora eres una nueva criatura en Cristo Jesús pues las cosas viejas pasaron y ahora todas son nuevas, ya no seas como el pueblo de Israel que vivía recordando su antigua vida como esclavos en Egipto cuando Dios los había libertado, Dios a ti ya te liberto, no te empeñes en seguir trayendo a tu memoria momentos o situaciones que te causan dolor, desanimo o frustración, Dios no te llamo para que te lamentes toda tu vida por algo que ya paso, Dios no quiere a personas que vivan en el pasado, Dios quiere a hombres y mujeres valientes, esforzados, dispuestos a cumplir ese llamado que él ha hecho, dispuestos a seguir luchando a pesar de los fracasos, de las decepciones, o por los errores cometidos en el pasado. Te invito a que dejes de lado el pasado porque eso no te sirve de nada, ya no cargues con eso, renueva tu mente, ya no vivas del pasado ni en el pasado. más bien mira el presente, y si en algún momento has sentido que te has quedado estancado o te has sentido desanimado por algo que hiciste en el pasado o por algo negativo que sucedió en el, hoy te animo a que te levantes y dejes ese estado en el que te encuentras y empieces a cumplir ese llamado tan especial que el Señor te ha hecho, sigue sin desmayar porque Dios no te ha traído hasta aquí para que vuelvas atrás, y si le fallaste a Dios en algún momento de tu vida es tiempo que te acerques a Él y con un corazón arrepentido le pidas perdón, el te va a perdonar pero por favor ya no sigas perdiendo tu tiempo pensando en lo que hiciste o dejaste de hacer en el pasado, toma la decisión de dejar lo atrás , suéltalo y veras como sentirás que ese gran peso que sentías ya no está más. Levántate y toma la determinación de seguir avanzando. Oración: Señor Jesús en este día vengo a darte las gracias porque tú me has hecho libre de un pasado que no fue agradable para mi vida y te pido perdón por que yo misma/o me hago daño recordándolo y no me deja ser la persona que tu quieres que yo sea, pero a partir de este día quiero empezar de nuevo y quiero que tú me ayudes por que no es fácil olvidar mi pasado. Hoy quiero soltar eso que me impide ser una persona diferente, ayúdame a vivir mi presente, no quiero retroceder en este caminar y en este día me deposito en tus manos sabiendo que en ti estoy segura/o en el nombre de Cristo Jesús. Amen

jueves, 10 de abril de 2014

ARTESANÍAS DE POLVO

Julie Ackerman Link Génesis 2:1-7 … el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. —Génesis 2:7 Cuando Dios eligió el polvo como su material artístico para crear a Adán (Génesis 2:7), no tuvo que preocuparse de que se agotara. Según Hannah Holmes, autora de The Secret Life of Dust [La vida secreta del polvo], «entre mil y tres mil millones de toneladas de polvo del desierto ascienden al aire anualmente. Mil millones de toneladas llenarían catorce millones de vagones de un tren que rodearía seis veces el ecuador de la Tierra». Nadie tiene que comprar polvo, ya que todos tenemos más del que deseamos. En mi casa, lo ignoro lo más que puedo. Razono: Si no lo molesto, no se nota. Pero, a la larga, se amontona hasta el punto en que no puedo simular que no está. Entonces, tomo los materiales de limpieza y empiezo a quitarlo de donde encontró su morada. Cuando quito el polvo, me veo reflejada en la delicada superficie. Entonces, percibo otra cosa: que Dios tomó algo sin ningún valor, el polvo, y lo convirtió en algo valioso… tú, yo y todas las demás personas (Génesis 2:7). Que Dios haya usado polvo para crear a los seres humanos me hace pensar dos veces antes de catalogar de despreciable a alguien o algo. Quizá eso mismo de lo que quiero librarme (una persona o un problema que me molesta) sea el material artístico que Dios usó para mostrar su gloria. «Al estar todos hechos del mismo material, seamos misericordiosos y justos». —Longfellow

miércoles, 9 de abril de 2014

FIEL HASTA EL FINAL

Hebreos 12:1-4 … corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. —Hebreos 12:1 Después de correr 32 kilómetros (20 millas) en la Maratón Salomon Kielder, en Gran Bretaña, un corredor salió del recorrido y tomó un autobús hasta una zona boscosa cerca de la llegada. Entonces, volvió a entrar en la carrera y reclamó el tercer puesto. Cuando los oficiales lo interrogaron, declaró que había dejado de correr porque estaba cansado. Muchos podemos identificarnos con el agotamiento de un atleta exhausto cuando corremos la carrera de la vida cristiana. El libro de Hebreos nos alienta a correr «con paciencia la carrera que tenemos por delante» (Hebreos 12:1). Correr con paciencia exige dejar de lado el pecado que se presenta en nuestro camino y despojarnos de toda carga que nos frene. Incluso, tal vez tengamos que seguir adelante en medio de la persecución (2 Timoteo 3:12). Para evitar que nuestra alma se canse y se desanime (Hebreos 12:3), la Biblia nos insta a mantenernos enfocados en Cristo. Cuando le prestamos más atención al Señor que a nuestras dificultades, vemos que Él corre a nuestro lado, que nos sostiene cuando tropezamos (2 Corintios 12:9) y nos alienta con su ejemplo (1 Pedro 2:21-24). Mantener la mirada puesta en «el autor y consumador de la fe» (Hebreos 12:2) nos ayudará a permanecer cerca de la fuente de fortaleza y a seguir fieles hasta el final. Podemos terminar con brío si nos mantenemos enfocados en Cristo.

martes, 8 de abril de 2014

LO MEJOR ESTÁ POR VENIR

Efesios 5:15-21 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, […] aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. —Efesios 5:15-16 La vida se parece mucho al clima… es estacional. Nos guste o no, tiende a pasar hacia la próxima estación. Y cuando esto sucede, solemos vacilar e incluso temer lo que pudiera estar por delante. Esto es especialmente cierto en las últimas etapas de la vida, cuando nos asaltan pensamientos tales como: ¿Me quedaré solo? ¿Estaré bien de salud? ¿Me alcanzará el dinero? ¿Mantendré mi lucidez mental? Como en todas las etapas de la vida, tenemos que tomar decisiones: malgastar ese período con ideas atemorizantes o, como dice Pablo: «… [aprovechar] bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:16). Sea cual sea tu edad, puedes contar con la fidelidad de Dios. Él declara: «No te desampararé, ni te dejaré». Por eso, podemos decir valientemente: «El Señor es mi ayudador; no temeré…» (Hebreos 13:5-6). Ya que cuentas con la presencia y la provisión del Señor, saca el mayor provecho de tu tiempo en todas las estaciones, siguiendo a Jesús de cerca, pasando tiempo en su Palabra y en oración, amando y perdonando más que antes, y sirviendo a los demás con gozo y generosidad. Dios nos ha bendecido con la etapa que vivimos ahora… ¡aprovechémosla al máximo! La vida es importante… ¡aprovéchala al máximo!

lunes, 7 de abril de 2014

TE LLAMA

Anne Cetas LEA: 1 Samuel 3:1-10 Y el Señor volvió a llamar otra vez a Samuel… —1 Samuel 3:6 Con dos compañeros de trabajo, acabábamos de pasar por el control de seguridad del aeropuerto e íbamos camino a la puerta de embarque, cuando oí que me llamaban: «Anne Cetas, comunicarse con información». No es un nombre común, así que, sabía que era el mío. Supuse que, sin pensar, había olvidado algo en el mostrador al registrar el equipaje. Le pregunté a un agente y me dijo que tomara un teléfono rojo, que diera mi nombre y preguntara por qué me buscaban. Llamé, pero el operador dijo: «No, a usted no la hemos llamado». Respondí: «Pero estoy segura de que era mi nombre». Él replicó dos veces: «No, nosotros no la buscábamos a usted». Jamás descubrí por qué me habían llamado aquel día. Hace mucho, un joven de nombre Samuel oyó que alguien lo llamaba (1 Samuel 3:4). Las Escrituras dicen que «no había conocido aún al Señor, ni la palabra del Señor le había sido revelada» (v. 7). Por eso, Elí, el sacerdote del templo, lo ayudó a dilucidar quién lo llamaba (vv. 8-9). Entonces, Dios le reveló a Samuel el plan para su vida. El Señor también tiene un plan para nosotros y llama a nuestro corazón, diciendo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). De este modo, Él nos llama para que recibamos el don de su salvación, y reposo y paz. El Salvador nos llama para que acudamos a Él. Cristo llama a los intranquilos para que encuentren tranquilidad en Él.

domingo, 6 de abril de 2014

OFERTAS FANTÁSTICAS

1 Pedro 1:3-9 [… Dios] según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. —1 Pedro 1:3 Me asombra la increíble cantidad de ofertas que inunda mi bandeja de correo electrónico todos los días. Hace poco, sumé los ofrecimientos de dinero gratis que me llegaron en una semana, y mi «recaudación» totalizó 26 millones de dólares. Pero cada una de esas ofertas era un engaño. Todas, desde un premio de un millón hasta un regalo de siete millones, eran tan solo mentiras enviadas por personas sin escrúpulos que querían sacarme dinero. Todos somos vulnerables a las ofertas fantásticas; estafas que, en realidad, lo único que traen son problemas. Se nos ofrecen falsas esperanzas que terminan en sueños hechos trizas. Sin embargo, hay una oferta genuina, aunque parezca increíblemente fantástica. Dios nos ofrece la salvación por medio de la fe en la obra consumada de Cristo en la cruz: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo…» (Hechos 16:31). Este ofrecimiento le costó muchísimo… y nosotros somos los beneficiarios. El libro de Romanos afirma: «[Jesucristo] fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (4:25). Al aceptar la salvación, tenemos esperanza (Tito 1:2), paz (Romanos 5:1), perdón (Efesios 1:7), riquezas incomparables (2:7) y redención (4:30). Esta sí que es una oferta ventajosa. La muerte y la resurrección de Cristo lo garantizan. Para Dios, nuestra salvación fue infinitamente costosa; para nosotros, es absolutamente gratuita.

sábado, 5 de abril de 2014

UN RUEGO POR ORACIONES

2 Tesalonicenses 3:1-5 … hermanos, orad por nosotros… —2 Tesalonicenses 3:1 Hace poco, una misionera visitó el grupo de estudio bíblico al que asisto. Describió lo que había significado embalar las cosas de su casa, despedirse de sus amigos e instalarse en un país lejano. Cuando llegaron, fueron recibidos por un floreciente tráfico de drogas y muchas carreteras peligrosas. La barrera del idioma les generó ataques de soledad, contrajeron varios virus estomacales y la hija mayor casi se mata al caerse por encima del pasamano en una escalera insegura. Necesitaban oración. Como misionero, el apóstol Pablo experimentó peligros y dificultades. Fue encarcelado, sufrió naufragios y azotes. Con razón sus cartas contenían ruegos solicitando que oraran por él. Les pidió a los creyentes de Tesalónica que intercedieran en oración para que tuviera éxito en la extensión del evangelio, para que la Palabra de Dios corriera y fuera glorificada (2 Tesalonicenses 3:1) y para que el Señor lo librara de «hombres perversos y malos» (v. 2). Sabía que necesitaría «abrir [su] boca […] con denuedo» y declarar el evangelio (Efesios 6:19), actividades que también constituían otro pedido de oración. ¿Conoces personas que necesitan ayuda sobrenatural mientras difunden la buena nueva de Cristo? Recuerda la apelación de Pablo: «… hermanos, orad por nosotros…» (2 Tesalonicenses 3:1), e intercede por ellos delante del trono de nuestro Dios poderoso. Intercede por otros en oración; siempre es posible acceder al trono de Dios.

viernes, 4 de abril de 2014

LUCHAS QUE GENERAN CANCIONES

Salmo 31:9-20 Ten misericordia de mí, oh Señor… —Salmo 31:9 En un documental sobre tres guitarristas legendarios, Jack White describió cuál es el elemento primordial para componer una canción: «Si todavía no tienes una lucha en tu interior o a tu alrededor, tienes que inventarla». Las canciones que más nos gustan expresan nuestros sentimientos más profundos. Muchos de los Salmos, que constituyen lo que suele llamarse «el himnario de la Biblia», nacieron de las luchas. Recogen nuestras decepciones y temores, pero siempre nos muestran el amor y la fidelidad de Dios. En el Salmo 31, David escribió: «Ten misericordia de mí, oh Señor, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo» (v. 9). Habla de una red tendida para atraparlo (v. 4), de su pecado (v. 10), de los amigos que lo abandonaron (vv. 11-12) y de las maquinaciones contra su vida (v. 13). Sin embargo, la esperanza de David no yacía en su propia fuerza, sino en la de Dios. «Mas yo en ti confío, oh Señor; digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores» (vv. 14-15). Los salmos nos invitan a abrir nuestro corazón delante de Dios, porque el Señor tiene reservada su bondad para derramarla sobre aquellos que confían en Él (v. 19). En tu necesidad más profunda, descubre el consuelo de Dios en los Salmos.

jueves, 3 de abril de 2014

PREPARARSE SIEMPRE

2 Timoteo 2:19-26 sí que, si alguno se limpia de [la deshonra], será instrumento para honra, […] dispuesto para toda buena obra. —2 Timoteo 2:21 Mientras mi hijo estaba en casa de visita, una mañana, golpeó a la puerta de mi oficina y me preguntó qué estaba haciendo. «Me estoy preparando para la escuela dominical», le respondí. Entonces, pensando en todo el tiempo que pasaba en mi oficina, agregué: «Parece que siempre estoy preparándome para algo». Doy gracias a Dios por las oportunidades que me brinda de interactuar con otros. No obstante, siempre produce un poco de estrés estar siempre preparando algo para alguien. Resulta difícil equilibrar las prioridades cuando la presión para preparar una lección, un mensaje o un documento da vueltas en la mente continuamente. Esta idea de la preparación constante me intrigaba, así que busqué en la Biblia para ver si habla del tema, y encontré que se nos insta a estar preparándonos siempre. Un corazón dedicado a Dios debe prepararse para servirlo (1 Samuel 7:3); tenemos que estar preparados para hacer buenas obras (2 Timoteo 2:21) y para defender la verdad de las Escrituras (1 Pedro 3:15); y Pablo nos recuerda que aun nuestras ofrendas requieren una planificación (2 Corintios 9:5). Esto es solo el comienzo. Vivir una vida agradable al Señor exige preparación mental, espiritual y física. Pero no hay por qué estresarse, ya que Él nos capacita con su poder. Pidámosle que nos guíe mientras nos preparamos para servirlo, honrarlo y hablar a otros de Él. La mejor manera de prepararse para el mañana es utilizar bien el hoy.

miércoles, 2 de abril de 2014

ÁGUILA DORADA

David C. Egner Salmo 145:1-7 … en tus hechos maravillosos meditaré. —Salmo 145:5 Mi hijo Mark y yo salíamos de Clyde Peterson Ranch, en Wyoming, Estados Unidos, para volver a casa. A lo lejos, vimos un pájaro enorme posado en un árbol solitario y contemplando un profundo cañón. Cuando nos acercamos, el águila dio un salto y empezó a volar, mientras el sol matinal se reflejaba en sus alas de rayas doradas. Su inmenso tamaño y belleza nos maravillaron e hicieron que nos sintiéramos privilegiados de poder ser testigos de esta majestuosa demostración de la inmensa creatividad de Dios. La creación exhibe los «hechos maravillosos» de Dios (Salmo 145:5). Y cuando nos detenemos a meditar en esas obras, no podemos evitar asombrarnos mientras nuestra mente y espíritu son impulsados a reflexionar en el carácter del Dios que las hizo. Esa águila dorada nos relató a mi hijo y a mí una historia sobre el genio creativo de nuestro Señor poderoso. Lo mismo hace el pájaro cantor que revolotea, la cierva con su cervatillo juguetón, el embate de las olas, y las delicadas florecillas como el aciano y la lechuga de minero. En los momentos y lugares más inesperados, Dios nos revela su gloria a través de lo creado. Esos instantes providenciales e inesperados son oportunidades para meditar «… en [sus] hechos maravillosos» (v. 5). «Mantente siempre atento a las maravillas». —E. B. White

martes, 1 de abril de 2014

AYER, HOY Y MAÑANA

Josué 4:1-6, 20-24 Para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano del Señor es poderosa… —Josué 4:24 Hace poco, me di cuenta de que todas las fotos y los recuerdos que tengo en mi oficina representan el pasado. Pensé en guardarlos, pero después me pregunté si esas personas, lugares y sucesos podrían servir para algo, aparte de generar nostalgia. Para no atascarme en el ayer de la vida, tenía que descubrir la importancia de todo eso para el hoy y el mañana. Cuando el pueblo de Dios cruzó el Jordán para entrar en la tierra prometida, el Señor le dijo a Josué, el líder, que escogiera doce hombres para que cada uno tomara una piedra del medio del río y la llevara al campamento esa noche (Josué 4:1-5). Josué las colocó como un memorial para que, cuando las generaciones futuras preguntaran qué significaban, sus antepasados les contaran sobre la fidelidad de Dios al detener el agua mientras ellos cruzaban (vv. 6-7). Como cristianos, es bueno que tengamos pruebas tangibles de la ayuda de Dios en el pasado. Esos recordatorios traen a la mente que su fidelidad continúa hasta hoy y que podemos seguirlo con confianza en el futuro. Nuestras «piedras» también pueden ayudar a otros a saber que la mano de Dios es poderosa, ya que nos estimulan para que temamos al Señor siempre (v. 24). Los recordatorios de las obras del Señor a nuestro favor pueden convertirse en ladrillos para construir el hoy y el mañana. Los preciosos recuerdos del ayer pueden fortalecer nuestra fe hoy y mañana.