martes, 16 de diciembre de 2014

DESTRUCCIÓN TOTAL DE NÍNIVE

Nahúm 2:13-3:1-19 Dios Habla Hoy 13 (14) El Señor todopoderoso afirma: «Aquí estoy contra ti: voy a quemar tus carros de guerra y a convertirlos en humo; voy a matar tus cachorros; acabaré con el robo que hay en tu tierra, y no se oirá más la voz de tus mensajeros.» 3 ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, llena de mentira y violencia; tu rapiña no tiene fin! 2 ¡Chasquido de látigo, estruendo de ruedas! ¡Galopar de caballos, carros que saltan! 3 ¡Carga de caballería! ¡Brillo de espada, resplandor de lanza! ¡Miles de heridos, montones de muertos! ¡Cadáveres sin fin! ¡La gente tropieza con ellos! 4 Y todo por culpa de las prostituciones de esa ramera llena de gracia y hermosura, maestra en brujerías, que con sus prostituciones y hechizos embaucaba a pueblos y naciones. 5 El Señor todopoderoso afirma: «Aquí estoy contra ti: te voy a levantar el vestido hasta la cara, para que las naciones te vean desnuda y los reinos vean tu vergüenza. 6 Y echaré suciedad sobre ti; te cubriré de deshonra y haré de ti un espectáculo. 7 Todos los que te vean huirán de ti diciendo: “¡Nínive está destruida! ¿Quién le tendrá compasión? ¿Dónde hallar quien la consuele?” 8 ¿Acaso eres tú mejor que Tebas, la ciudad junto al río Nilo, rodeada de muchas aguas, con el río por barrera y el agua por muralla? 9 Etiopía y Egipto eran su fortaleza sin límite; los de Fut, los libios, eran sus aliados. 10 Sin embargo, Tebas fue llevada al destierro; sus niños fueron estrellados en las esquinas de las calles; sobre sus nobles echaron suertes y sus caudillos fueron encadenados. 11 También a ti te van a emborrachar; aturdida, te esconderás buscando refugio de tu enemigo. 12 Todas tus fortalezas son como higueras cargadas de higos tiernos, que caen, si la sacuden, en la boca de quien los come. 13 Tu ejército parece formado de mujeres; las puertas del país están abiertas para el enemigo; el fuego ha destruido tus cerrojos. 14 Prepara agua, para que puedas resistir el sitio; refuerza tus defensas. Métete en el lodo, pisa el barro, toma el molde de tus ladrillos. 15 Allí te consumirá el fuego, y la espada, como langosta, te exterminará por completo. ¡Multiplícate como las langostas! ¡Multiplícate como los saltamontes! 16 Tus comerciantes se hicieron más numerosos que las estrellas del cielo. (La langosta cambia de piel y vuela.) 17 Tus guardianes son como langostas; y los encargados de reclutar tus tropas son como nubes de insectos: cuando hace frío, se posan en las paredes; cuando sale el sol, se van; nadie sabe dónde. 18 »¡Cómo duermen tus pastores, oh rey de Asiria! Tus oficiales descansan, tus tropas andan dispersas por los montes y no hay quien las reúna. 19 ¡No hay remedio para tu herida; tu llaga es incurable! Todos los que oyen de tu desgracia aplauden de alegría, pues, ¿quién no sufrió tu maldad sin fin?»

lunes, 8 de diciembre de 2014

EXHORTACIÓN A EDIFICAR EL TEMPLO

Hageo 1:1-15 Dios Habla Hoy 1 En el año segundo del gobierno del rey Darío, el día primero del sexto mes, el Señor, por medio del profeta Hageo, se dirigió al gobernador de Judá, Zorobabel, hijo de Salatiel, y al jefe de los sacerdotes, Josué, hijo de Josadac. 2-3 Y esto es lo que dijo el Señor todopoderoso por medio del profeta: «Esta gente dice que todavía no es tiempo de reconstruir mi templo. 4 ¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas? 5 Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. 6 Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto. 7 Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. 8 Vayan a las montañas, traigan madera y construyan de nuevo el templo. Yo estaré allí contento, y mostraré mi gloria. 9 Ustedes buscan mucho, pero encuentran poco; y lo que guardan en su casa, yo me lo llevo de un soplo. ¿Por qué? Pues porque mi casa está en ruinas, mientras que ustedes sólo se preocupan de sus propias casas. Yo, el Señor, lo afirmo. 10 Por eso no cae para ustedes la lluvia, ni la tierra les da sus productos. 11 Yo fui quien trajo la sequía sobre los campos y sobre los montes, sobre el trigo, los viñedos y los olivares, sobre las cosechas del campo, sobre los hombres y los animales, y sobre todas sus labores.» 12 Zorobabel, Josué y el resto de la gente sintieron miedo cuando oyeron lo que el Señor les decía por medio del profeta Hageo, esto es, lo que Dios el Señor le había encargado que dijera. 13 Entonces Hageo, el mensajero del Señor, les habló en nombre de Dios, diciéndoles: «El Señor dice: “Yo, el Señor, lo afirmo: Yo estoy con ustedes.”» 14-15 De esta manera animó el Señor a Zorobabel, gobernador de Judá, a Josué, jefe de los sacerdotes, y al resto de la gente, y el día veinticuatro del sexto mes del año segundo del reinado de Darío empezaron a reconstruir el templo de su Dios, el Señor todopoderoso.