viernes, 10 de octubre de 2008

LA IMPORTANCIA DE LA RESURRECCION DE CRISTO

Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. (1ª Corintios 15:17-19)

En la cruz el Señor Jesús confesó a Dios los pecados de los que le recibieron y le recibirán, como si los hubiese cometido él mismo; los expió mediante su sacrificio. En lugar de ellos él soportó el desamparo de Dios durante las terribles horas de la cruz. Pero luego pudo decir: “Consumado es”.
Después de la obra de la redención ¿podía Cristo permanecer en la tumba? La justicia de Dios que había hecho caer sobre él exigía que saliera de la muerte, ya que la obra había sido acabada. El juicio divino había tenido su pleno efecto, la justicia divina había sido plenamente satisfecha. Por eso Dios le resucitó de los muertos (Efesios 1:20). Si el Señor Jesús no hubiese resucitado, esto dejaría suponer que su obra fue imperfecta; entonces no habría salvación alguna para nosotros. La resurrección se halla en el centro del Evangelio y todo ataque contra esta verdad destruye el mismo fundamento sobre el cual descansa la fe.
En lo que concierne a todos los hombres, Dios concluye: “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, pero agrega en la misma frase: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús…” (Romanos 3:23-24). Y un poco más adelante: Jesús, Señor vuestro… fue entregado por vuestras trasgresiones, y resucitado para vuestra justificación” (cap. 4:25).

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