lunes, 8 de septiembre de 2014
A PREPARARNOS COMO LAS CINCO VÍRGENES PRUDENTES.
(Mateo 25:1-13)
Estad preparados. Lucas 12:36, 40
Esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya. Filipenses 3:20-21
Empezar a hacer las maletas
Una madre respondió así a su hija con respecto a la muerte de su padre: «Dios vino a buscarlo, Rebeca. Un día también vendrá a buscarnos a nosotras; pero no sabemos cuándo». Después de haber reflexionado un poco, la niña dijo: «Mamá, si no sabemos cuándo vendrá por nosotras, quizá no estemos preparadas. Deberíamos empezar a hacer las maletas».
La niña, en cierto sentido, tenía razón. Hace mucho tiempo el profeta Amós también dijo: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios” (Amós 4:12).
Hay dos acontecimientos que pueden interrumpir en cualquier momento la vida terrenal del creyente: su muerte, o la venida del Señor por su Iglesia. Uno u otro pueden producirse en cualquier momento. Por eso Jesús nos dice a todos: “Velad y orad” (Marcos 13:33).
Otra niña, de tres años de edad, días antes de morir se presentó ante su madre con todas sus muñecas vestidas en sus brazos y le dijo: «Mamá, estoy preparada para ir con el Señor Jesús».
Y nosotros, ¿estamos preparados para encontrarnos con Dios? ¿En qué consiste esta preparación? Si le pregunta a la gente que le rodea, probablemente obtenga respuestas muy variadas. Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios? Nos invita a creer en Jesús, el único mediador entre Dios y los hombres, a confesarle nuestros pecados y a confiar en él. Jesús nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
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