viernes, 18 de julio de 2008

UN REY DECORATIVO

Algunos describen a la iglesia contemporánea como a “la Inglaterra espiritual”. Quedan ya pocos países gobernados por un régimen monárquico. Gran Bretaña es uno de ellos. Por perpetuar su tradición histórica, los británicos siguen conservando esa estructura. Es el Reino Unido de Gran Bretaña. Tiene un rey –en la actualidad, una reina- con su trono, su pompa, su palacio, su corte, su séquito. Ella recibe el aplauso, la gloria y el homenaje del pueblo. Sin embargo, dicen los mismos súbditos, “El rey reina, pero no gobierna”.
El rey es un personaje tradicional, una figura decorativa. Todos aclaman: ¡Viva el rey! Todos honran su figura. Pero no gobierna. No es la autoridad suprema. Hay un primer ministro, existe la Cámara de los Lores y la de los comunes, y son ellos quienes gobiernan al país como creen mejor. Con esto no queremos dar a entender que esté bien o mal lo que hacen en Inglaterra: simplemente deseamos señalar porqué llamo a la iglesia “la Inglaterra espiritual”.
En la iglesia, ¿quién no reconoce que Cristo es el Rey? Cualquier iglesia protestante, ortodoxa o católica, declara: “Cristo es el Rey”. Todos decimos Amén, y le cantamos alabanzas. Pero la triste realidad que vivimos hasta hoy en nuestras iglesias es que Cristo reina, pero no gobierna. El es el Rey, pero es el Primer Ministro el que maneja las cosas. Dios quiere traer su reino primeramente a la iglesia, y luego extenderlo a todos los demás.
Conviene reflexionar un momento. Dios ha prometido salvar a multitudes en distintas ciudades, pueblos y naciones. El ha dicho que derramará su Espíritu sobre toda carne, y habrá salvación, y que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Los miles que se conviertan serán sumados a la iglesia, a la comunidad que ya existe. Si entre nosotros, que ya formamos parte de esa iglesia, Cristo no gobierna, en ellos tampoco gobernará. De allí el énfasis, la insistencia del Señor en que Cristo sea el rey de esta comunidad, la iglesia actual, y quien la gobierne en la práctica, como también en que sea el Señor sobre todos los aspectos de nuestra vida.

No hay comentarios: