lunes, 7 de octubre de 2013

¿ERES HOSPITALARIO?

“HOSPEDAOS LOS UNOS A LOS OTROS SIN MURMURACIONES” (1 Pedro 4:9) Cierta familia que tenía invitados a cenar le pidió a la hija de 5 años que diera las gracias. Perpleja, la niña preguntó: “¿Qué voy a decir?”. Su madre le respondió: “Simplemente di lo que yo digo siempre”. Así que, inclinando la cabeza, la niñita oró así: “Señor, ¿pero por qué tuve que invitar a esta gente a cenar?”. Seamos sinceros, ¡la hospitalidad es un trabajo duro! ¡Requiere sacrificio! A pesar de todo, debes hacerlo “…sin murmuraciones…” (1 Pedro 4:9), cordialmente y con gentileza, sin quejarte, representándolo a Él. ¿A quién? ¡A Dios! Eso cambia las cosas, ¿verdad? Pablo escribió: “…practicad la hospitalidad” (Romanos 12:13). Pedro escribió: “Hospedaos… [hospedad... con afecto fraternal... a huéspedes desconocidos... a los extranjeros, a los pobres y a todos los demás]” (1 Pedro 4:9). ¿Has invitado a cenar a algunas personas desconocidas, extranjeros, o gente pobre recientemente? Hace poco, cierto hombre hizo una encuesta en las iglesias y escribió a un columnista de consejos espirituales, diciendo: “De las ciento noventa y cinco iglesias que visité, sólo -aparte del encargado de dar la bienvenida- me dirigieron la palabra en una, ¡y eso fue para pedirme que quitara los pies de en medio!”. Es fácil brindar hospitalidad a personas que conoces, pero Jesús dijo: “Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” (Mateo 5:46). Entonces, ¿qué hay de aquellos que no conoces, y de los que no encajan en tu círculo social? Claro que puedes encontrar excusas… estás demasiado ocupado, no quieres involucrarte, y te sientes incómodo con los desconocidos. Pero Dios dice que eres su representante; eso significa: (a) Sacrificar tu agenda personal (b) Dar de tu tiempo y de tu dinero (c) Aventurarte con gente que no conoces, o que ni siquiera te gusta (d) Ver a otros con los ojos del Señor. Así que, ¿eres hospitalario?

No hay comentarios: