viernes, 20 de junio de 2008

MOISES Y JOSUE

Dios levanta, entonces, un hombre llamado Moisés, a través de quien, con milagros, señales y prodigios, libra a su pueblo de la esclavitud de Egipto. El Mar Rojo se abrió ante el pueblo para darle paso hacia el desierto. Allí Dios les da la Ley, las ordenanzas tocantes a los sacrificios, a la construcción del Tabernáculo y al orden sacerdotal, y la promesa que iban a entrar a poseer la tierra de Canaán. Sin embargo, por la dureza de sus corazones y por su incredulidad vagan cuarenta años en el desierto, y esa generación no hereda la tierra prometida.
Josué se convierte en el sucesor de Moisés, y es instrumento en las manos de Dios para que el pueblo de Israel –la nueva generación- entre a la tierra de promisión.
Los cinco primeros libros de la Biblia trazan la historia del pueblo de Israel desde Abraham (Génesis 12) hasta la llegada a las puertas de Canaán. Luego sigue el libro de Josué, sucesor de Moisés. Allí relata la entrada a Canaán y la liberación que Dios les da, por mano de Josué, de las naciones que habitan la tierra prometida.

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