martes, 26 de agosto de 2014

COMO NAVEGAR POR EL MAR DE ESTE MUNDO

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios". Romanos 8:14 En su premiado libro titulado Longitud, Dava Sobel describe un dilema que enfrentaban los antiguos marineros. Podían determinar la latitud norte o sur en que se encontraban por la duración de la luz del día o la altura del sol. Pero calcular la longitud este u oeste seguía siendo un tema complejo, hasta que el relojero John Harrison inventó el cronómetro marino. Era «un reloj que podía mantener la hora correcta desde el puerto de salida […] hasta cualquier rincón del mundo», mediante lo cual permitía que los marineros supieran en qué longitud estaban. Mientras navegamos por los mares de la vida, nosotros también tenemos una guía espiritual confiable: El Espíritu Santo. El Señor guió a su pueblo por el desierto: "Jehová iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche. Nunca se apartó del pueblo la columna de nube durante el día, ni la columna de fuego durante la noche" (Éxodo 13:21-22). En el nuevo testamento el apóstol Pablo dice: Romanos 8:14 "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios". ¿Y cómo es esto? Hechos 13:1-3 1 Los profetas y maestros de la iglesia de Antioquía eran Bernabé; Simón, también llamado el Negro; Lucio, de la ciudad de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el gobernante [a], y Saulo. 2 Un día, mientras ayunaban y adoraban al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Aparten a Bernabé y a Saulo para que hagan el trabajo para el cual los he llamado».3 Entonces ellos ayunaron, oraron e impusieron las manos a Bernabé y Saulo, y luego los despidieron. . Luego: Hechos 16:6-10 6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. 9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10 Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. Los Apóstoles no eran ningunos improvisados que iban a predicar donde a ellos les parecía. Los guiaba El Espíritu.Santo. Como los marineros de antaño, hoy necesitamos una guía constante para ayudarnos a encontrar nuestro camino y mantener el curso. Esto es lo que sucede cuando buscamos al Señor todos los días con un corazón abierto y un espíritu dispuesto que declara: Acá estoy Señor, ¿Que debo hacer?, ¡muéstrame! —Con Dios como piloto, vas en la dirección correcta.

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