domingo, 20 de abril de 2014

CÓMO CANTAR VICTORIA

LEA: Juan 19:28-37 … Consumado es… —Juan 19:30 y ...Mateo 28:6 ... No está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Hace poco, leí sobre Aron Ralston, un excursionista que quedó atrapado solo en el fondo de un remoto cañón. Con escasas posibilidades de que lo encontraran y casi sin fuerzas, tuvo que tomar medidas drásticas para sobrevivir. En un momento de dolor insoportable, dio un grito agónico y de triunfo, ya que se había liberado y tendría la posibilidad de escapar y seguir viviendo. Aquellos que presenciaron la crucifixión de Jesús vieron sus horas de agonía y lo oyeron clamar en alta voz: «… consumado es…», mientras entregaba su espíritu (Juan 19:30). Sus últimas palabras desde la cruz no fueron una exclamación de dolorosa derrota, sino un grito de triunfo, porque había completado todo lo que el Padre lo había enviado a hacer. Cuando Jesús murió, participó de todo lo que nosotros debemos experimentar. Pero mucho más allá de eso, hizo lo que ninguno de nosotros puede hacer: pagó el precio por nuestros pecados, para que podamos ser perdonados y tener vida eterna por medio de la fe en Él. «Consumado es» fue el grito de victoria del Señor Jesucristo, porque ahora, a través de Él, podemos escapar del poder del pecado, vivir y ser libres. Gracias al sacrificio del Señor por nosotros y su victoria sobre el pecado, podemos llamar este día Viernes Santo. Gracias a la resurrección de Jesús podemos vivir en novedad de vida y podemos llamar a éste día Domingo de Gloria. Lanzamos un grito de triunfo sobre el pecado y cantamos victoria al alcanzar nuestra corona como vencedores en ésta vida gracias al Señor de Señores y Rey de Reyes. Jesús murió y resucitó para que nosotros vivamos.

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