lunes, 16 de marzo de 2015

EN LA CASA DEL JUSTO HAY MUCHAS RIQUEZAS, PERO EN LAS GANANCIAS DEL IMPÍO HAY TURBACIÓN

De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas… —Proverbios 22:1 Proverbios 10:2-15 Deuteronomio 28-29;Marcos 14:54-72 El nombre de Charles Ponzi siempre se asociará con el fraude financiero que él transformó en un estilo de vida. Después de varios delitos financieros menores y breves encarcelamientos, a principios de la década de 1920, comenzó a ofrecerles a los inversores una ganancia del 50% sobre lo invertido en un plazo de 45 días, y del 100% en 90 días. Aunque parecía demasiado bueno para ser verdad, el dinero empezó a llover de todas partes. Ponzi utilizaba el capital de nuevos inversores para pagarles a los anteriores y así financiar su lujoso estilo de vida. Cuando su fraude fue descubierto en agosto de 1920, los inversores ya habían perdido 20 millones de dólares y 5 bancos habían cerrado. Ponzi pasó tres años en prisión, lo deportaron a Italia y murió sin un centavo, en 1949, a los 66 años. El libro de Proverbios, en el Antiguo Testamento, suele contrastar la reputación de la gente sabia con la de la necia: «La memoria del justo será bendita; mas el nombre de los impíos se pudrirá. […] El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado» (Proverbios 10:7, 9). Salomón lo resume afirmando: «De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro» (22:1). Buscamos tener un buen nombre, pero no para honra personal, sino para glorificar a Cristo nuestro Señor, cuyo nombre es sobre todo nombre. —Un buen nombre honra a nuestro gran Dios.

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