domingo, 15 de diciembre de 2013

NAVIDAD CANCELADA

Lucas 2:36-38 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. —Lucas 2:33 El año pasado, sentimos que nuestra Navidad iba a cancelarse. En realidad, nuestro vuelo para ver a los familiares en otro estado se canceló debido a la nieve. Desde hace unos años, tenemos la costumbre de celebrar Navidad con ellos, así que nos decepcionamos muchísimo cuando tuvimos que regresar a casa antes de llegar a destino. El domingo, en un mensaje que no habríamos escuchado, el pastor habló sobre las expectativas de la Navidad. Nos llamó la atención esta frase: «Si lo que esperamos de la Navidad son los regalos y el tiempo en familia, estamos apuntando muy abajo. Esas cosas nos gustan y estamos agradecidos por ellas, pero la Navidad es la celebración de la venida de Cristo y la redención que Él llevó a cabo». Simeón y Ana celebraron la venida de Jesús y la salvación cuando José y María llevaron al bebé al templo (Lucas 2:25-38). Simeón, un hombre a quien el Espíritu le había dicho que no moriría antes de ver al Mesías, declaró: «han visto mis ojos tu salvación» (v. 30). Cuando Ana, una viuda que servía al Señor, vio a Jesús, «hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén» (v. 38). Tal vez experimentemos decepciones o angustias durante la época navideña, pero Jesús y la salvación que Él alcanzó nos dan siempre una razón para celebrar. Con el relato de este testimonio podemos pensar: Como siempre y más en este caso debemos ser guiados para saber con quién debemos pasar la Navidad, no olvidemos las palabras del Gran Maestro: ¿quiénes son mi madre y mis hermanos? Es como decir: ¿quiénes son mis familiares con quién pase la celebración de uno de los acontecimientos que dieron verdadero significado a mi vida? Pensamos en regalos, comidas y etc. entre nosotros ¿y al dueño del cumpleaños que le traemos? Lógicamente pensamos que El no necesita nada de nosotros y es verdad, pero de la misma forma que nos esforzamos por agasajar con presentes a nuestros seres queridos que aparentemente no precisan nada…, debe ocurrir con nuestros principales y verdaderos familiares, no olvidemos que lo que vivimos acá abajo es sombra de lo que se vive arriba. Qué lindo sería sorprender a nuestros Principales Familiares con acciones que vengan inspiradas por el Espíritu Santo, ya que El dijo: “Gloria de hombre no recibo” y estoy seguro que esa navidad no cancela. Jesús es siempre un motivo para celebrar.

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