martes, 31 de diciembre de 2013

INGREDIENTES SALUDABLES

Proverbios 4:14-27 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. —Proverbios 4:23 Mi esposa Martie es muy cuidadosa cuando se trata de comprar alimentos saludables y nutritivos. Sin importar cuán atractivo sea el paquete, ella revisa la lista de ingredientes en el dorso de la caja. Muchísimas palabras difíciles de pronunciar suelen indicar la presencia de conservantes que no ayudan a una buena nutrición. Siempre los coloca de vuelta en el estante y sigue buscando etiquetas con listas de productos naturales beneficiosos para la salud. Suelo pensar que sus hábitos para las compras se parecen mucho a lo que Dios busca en nuestra vida: lo que cuenta es lo que está adentro, independientemente de cuán atractivo pueda ser el exterior. No es extraño que el narrador de la sabiduría de Proverbios nos advierta sobre lo que entra en nuestro corazón, «porque de él mana la vida» (Proverbios 4:23). Vestirnos según la moda y mantenernos jóvenes tiene poca importancia si interiormente abrigamos avaricia, odio, mal humor, autoconmiseración y otros elementos contraproducentes. Así que, pregúntate: Cuando los demás observan el envoltorio de mi vida, ¿ven un corazón lleno de ingredientes saludables y que honran al Señor? Añadiendo gracia, bondad, paciencia y compasión, reflejaremos la naturaleza maravillosa de Cristo. El contenido de tu corazón es más importante que el envoltorio.

lunes, 30 de diciembre de 2013

MARAVILLOSO

Job 42:1-6 … yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. —Job 42:3 Cuando nuestro avión empezó a descender, la azafata leyó la larga lista con información para el aterrizaje como si estuviera haciéndolo por millonésima vez durante ese día: sin ninguna emoción ni interés mientras anunciaba nuestra inminente llegada. Después, con la misma voz cansada y monótona, concluyó: «Que tengan un hermoso día». La sequedad de su tono contrastaba con sus palabras. Dijo «hermoso», pero de un modo completamente carente de asombro. A veces, me temo que abordamos nuestra relación con Dios de la misma manera: rutinaria, aburrida, apática, desinteresada. Por medio de Cristo, tenemos el privilegio de ser adoptados en la familia del Dios vivo, pero con frecuencia, parece haber poco de ese sentimiento de asombro que debería acompañar semejante realidad. Job cuestionó a Dios por su sufrimiento, pero cuando el Señor lo desafió, quedó humillado ante la maravilla de su Creador y de lo creado por Él. Entonces, respondió: «¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía» (Job 42:3). Yo anhelo que la maravilla del Señor se haga presa de mi corazón. Adoptado por Dios… ¡qué realidad maravillosa! Nada puede llenar más nuestro corazón que la maravilla de Dios y su amor.

domingo, 29 de diciembre de 2013

CARTA A UN NIÑO

3 Juan No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad. —3 Juan 4 También al final de su vida, C. S. Lewis mostró interés en el crecimiento espiritual de los creyentes que hacía poco habían aceptado a Cristo como Salvador. Aunque su salud estaba muy deteriorada, dedicó un tiempo para contestar la carta de un niño llamado Felipe. Tras elogiar la buena redacción del muchachito, Lewis señaló que estaba encantado de que entendiera que, en Las crónicas de Narnia, el león Aslan representaba a Jesucristo. Al día siguiente, Lewis murió en su casa en The Kilns, en Oxford, Inglaterra, una semana antes de cumplir 65 años. En sus últimos años, el apóstol Juan envió una carta a sus hijos espirituales. En ella, vemos el gozo de un creyente maduro que anima a sus discípulos espiritualmente más jóvenes a continuar andando en la verdad y siguiendo a Cristo. Juan escribió: «No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad» (3 Juan 4). Breve según los parámetros del Nuevo Testamento, esta carta del apóstol demuestra el gozo que genera incentivar y observar el crecimiento espiritual de la próxima generación. Fomentar el discernimiento espiritual en la generación que viene debe ser el objetivo de los creyentes maduros. Enviar una nota de agradecimiento, ofrecer una palabra de estímulo, orar o brindar un consejo sano pueden ser formas de ayudar a otros en la travesía espiritual con Dios. La travesía es mejor con alguien que conoce el camino.

viernes, 27 de diciembre de 2013

AMADOS PARA AMAR

Deuteronomio 10:12-22 … ¿qué pide el Señor tu Dios de ti, sino que […] andes en todos sus caminos, y que lo ames…? —Deuteronomio 10:12 «El corazón no se juzga por cuánto amas, sino por cuánto te aman los demás». Vi esta cita atribuida al Mago de Oz en una placa en la pared de una tienda de regalos. El Mago de Oz tal vez sea una buena historia, pero no es una fuente confiable de información espiritual. Dios dijo algo muy diferente. Según Él, el mayor mandamiento es amar… amarlo a Él primero y después a los demás (Marcos 12:29-31). Las Escrituras no alientan a esperar que ese amor sea retribuido. En realidad, Jesús declaró lo opuesto en su sermón más famoso: «Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos…» (Mateo 5:11-12). En lo que respecta a amar, lo que necesitamos saber es esto: Todo el amor empieza con Dios (1 Juan 4:19). Como Moisés les dijo a los israelitas, Dios se deleitaba en ellos para amarlos (Deuteronomio 10:15), y debido a esto, ellos tenían que amar a los demás, incluso a los extranjeros (v. 19). La intención de Dios es que todos aquellos que reciben su amor se conviertan en canales de ese amor hacia los demás. Fuera de Dios, quien es amor en sí mismo, ninguno de nosotros podría amar ni ser amado de verdad (1 Juan 4:7-8). El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. —1 Juan 4:8

jueves, 26 de diciembre de 2013

SALTAR LA PARED

Romanos 12:14-21 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua. —Proverbios 25:21 El sargento Richard Kirkland fue un soldado confederado durante la Guerra Civil en los Estados Unidos (1861-1865). Cuando el fracaso del ejército de la Unión durante la Batalla de Fredericksburg dejó abandonados a los soldados en tierra de nadie, Kirkland consiguió permiso para socorrerlos. Con varias cantimploras, saltó la pared de piedra y se inclinó para ayudar al primer soldado. Corriendo gran riesgo, el «Ángel de Marye’s Heights» extendió la misericordia de Cristo a soldados enemigos. Si bien pocos nos enfrentaremos a enemigos en un campo de batalla, sí hallaremos personas sufrientes por todas partes, que luchan contra la soledad, la pérdida, los problemas de salud y el pecado. Sus clamores, silenciados por nuestras numerosas distracciones, ruegan pidiendo misericordia y consuelo, esperanza y auxilio. El ejemplo de Kirkland al demostrar la compasión de Cristo puso en práctica el mandato de amar a los enemigos (Mateo 5:44). Pablo amplió este tema al citar Proverbios 25:21: «Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber» (Romanos 12:20). «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal», fue su instrucción (v. 21). El desafío de Pablo nos insta a imitar al sargento Kirkland. Hoy es el día de «saltar la pared» de la seguridad para brindar el consuelo de Dios a los necesitados.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

BIENVENIDO DE REGRESO

Nehemías 9:7-21 … tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso… —Nehemías 9:17 Santi decidió seguir a Cristo a los diez años. Quince años después, su compromiso se había desvanecido. Había adoptado una filosofía de vivir solamente el momento y desarrollado malos hábitos. Al cabo de un tiempo, todo parecía caerse a pedazos: tuvo problemas en el trabajo y tres miembros de su familia murieron casi simultáneamente. Temores y dudas comenzaron a invadir a Santi, y nada parecía ayudar… hasta que un día, leyó el Salmo 121:2: «Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra». Estas palabras penetraron el temor y la confusión de su corazón. Recurrió a Dios en busca de ayuda, y el Señor lo recibió con agrado. La travesía espiritual de Santi me recuerda la antigua historia de Israel. Los israelitas tenían una relación singular con Dios: eran su pueblo escogido (Nehemías 9:1-15). No obstante, pasaron muchos años en rebeldía e ignorando la bondad del Señor, y alejándose para seguir sus propios caminos (vv. 16-21). Sin embargo, cuando se volvieron a Él y se arrepintieron, Dios se mostró perdonador, «clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia» (v. 17). Estas cualidades divinas nos animan a acercarnos al Señor… aun después de habernos alejado de Él. Cuando humildemente abandonamos nuestras conductas rebeldes y volvemos a consagrarnos a sus caminos, Dios muestra compasión y nos recibe con agrado de regreso a la comunión con Él.

martes, 24 de diciembre de 2013

MARAVILLA NAVIDEÑA

1 Crónicas 16:7-13 Haced memoria de las maravillas que ha hecho… —1 Crónicas 16:12 Cuando terminé de cursar el primer semestre en el seminario, nos dieron pasajes en avión para toda la familia para ir a casa en Navidad. La noche antes del vuelo, nos dimos cuenta de que teníamos menos de 20 dólares para el viaje. Sin duda, el estacionamiento, el transporte y otros gastos costarían más que eso. Descorazonados, decidimos orar. Aunque nuestros hijos eran pequeños (seis y dos años), los incluimos en el momento de oración. Mientras orábamos, oímos pasos en el pasillo del edificio, y después, un «juic»: el ruido de un sobre que se deslizó por debajo de la puerta. Contenía una ofrenda anónima de 50 dólares. El asombro en el rostro de nuestra hija de seis años igualaba al de nuestro corazón. El Dios poderoso escribía su nombre en el corazón de una niñita al escuchar y responder nuestra oración al instante. ¡Y nosotros, como el salmista David, pudimos así «[hablar] de todas sus maravillas» (1 Crónicas 16:9). Lo mismo sucedió la noche de aquella primera Navidad, cuando el Dios altísimo, omnisciente y omnipotente escribió su nombre en el corazón de la humanidad y nos dejó pasmados con la generosidad del perdón y el gozo de un amor incondicional. El nacimiento de Cristo es la respuesta a nuestras oraciones más fervientes por amor y perdón. ¿Sientes ese asombro? Nuestra vida se llena de asombro cuando conocemos al Cristo de la Navidad.

lunes, 16 de diciembre de 2013

VIVIR AL REVÉS

Mateo 16:21-28 … todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. —Mateo 16:25 El Río Chicago es extraño porque corre en sentido inverso. Hace más de un siglo, unos ingenieros revirtieron la dirección del agua porque los habitantes de la ciudad lo usaban como basurero. El agua sucia de las casas, de las cloacas y de las industrias se canalizaba hacia el río, el cual desembocaba en el Lago Michigan. Como el lago suministraba el agua para consumo en la ciudad, miles de personas se enfermaron y murieron antes de que las autoridades decidieran cambiar la dirección de la corriente del río, para que no fluyera hacia el lago. Cuando observamos la vida de Jesús, podría parecer al revés de lo que uno espera. El Rey de gloria vino al mundo como un bebé vulnerable. Al Dios encarnado lo acusaron de blasfemar. El único sin pecado fue crucificado como criminal. Pero Jesús vivió en la Tierra conforme a la voluntad de Dios (Juan 6:38). Como seguidores de Cristo, vestirnos de las actitudes y las acciones de Jesús puede parecer «al revés». Bendecir a nuestros enemigos (Romanos 12:14), priorizar la piedad sobre la riqueza (1 Timoteo 6:6-9) y gozarnos en las dificultades (Santiago 1:2) tal vez parezca contrario a la sabiduría terrenal. Sin embargo, Jesús afirmó: «… todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará» (Mateo 16:25). No te preocupes si la vida que llevas implica a veces actuar al revés. Dios te dará la fuerza para honrarlo y seguir avanzando. Vestirnos de las actitudes y las acciones de Cristo muestra su presencia en nuestra vida.

domingo, 15 de diciembre de 2013

NAVIDAD CANCELADA

Lucas 2:36-38 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. —Lucas 2:33 El año pasado, sentimos que nuestra Navidad iba a cancelarse. En realidad, nuestro vuelo para ver a los familiares en otro estado se canceló debido a la nieve. Desde hace unos años, tenemos la costumbre de celebrar Navidad con ellos, así que nos decepcionamos muchísimo cuando tuvimos que regresar a casa antes de llegar a destino. El domingo, en un mensaje que no habríamos escuchado, el pastor habló sobre las expectativas de la Navidad. Nos llamó la atención esta frase: «Si lo que esperamos de la Navidad son los regalos y el tiempo en familia, estamos apuntando muy abajo. Esas cosas nos gustan y estamos agradecidos por ellas, pero la Navidad es la celebración de la venida de Cristo y la redención que Él llevó a cabo». Simeón y Ana celebraron la venida de Jesús y la salvación cuando José y María llevaron al bebé al templo (Lucas 2:25-38). Simeón, un hombre a quien el Espíritu le había dicho que no moriría antes de ver al Mesías, declaró: «han visto mis ojos tu salvación» (v. 30). Cuando Ana, una viuda que servía al Señor, vio a Jesús, «hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén» (v. 38). Tal vez experimentemos decepciones o angustias durante la época navideña, pero Jesús y la salvación que Él alcanzó nos dan siempre una razón para celebrar. Con el relato de este testimonio podemos pensar: Como siempre y más en este caso debemos ser guiados para saber con quién debemos pasar la Navidad, no olvidemos las palabras del Gran Maestro: ¿quiénes son mi madre y mis hermanos? Es como decir: ¿quiénes son mis familiares con quién pase la celebración de uno de los acontecimientos que dieron verdadero significado a mi vida? Pensamos en regalos, comidas y etc. entre nosotros ¿y al dueño del cumpleaños que le traemos? Lógicamente pensamos que El no necesita nada de nosotros y es verdad, pero de la misma forma que nos esforzamos por agasajar con presentes a nuestros seres queridos que aparentemente no precisan nada…, debe ocurrir con nuestros principales y verdaderos familiares, no olvidemos que lo que vivimos acá abajo es sombra de lo que se vive arriba. Qué lindo sería sorprender a nuestros Principales Familiares con acciones que vengan inspiradas por el Espíritu Santo, ya que El dijo: “Gloria de hombre no recibo” y estoy seguro que esa navidad no cancela. Jesús es siempre un motivo para celebrar.

sábado, 14 de diciembre de 2013

UNA NUEVA FUERZA

Lucas 2:25-35 Porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos. —Lucas 2:30-31 Cuando Matteo Ricci fue a China en el siglo xvi, llevó muestras de arte religioso para ilustrar la historia cristiana a personas que no la conocían. Sin problemas, aceptaron retratos de María sosteniendo al niñito Jesús; pero cuando mostró cuadros de la crucifixión y trató de explicar que el niño Dios había venido para ser ejecutado, sus oyentes reaccionaron con desagrado y horror. No podían adorar a un Dios crucificado. Cuando miro mis tarjetas de Navidad, me doy cuenta de que nosotros hacemos algo muy parecido. En las fiestas que celebramos, quizá no pensamos que la historia que empezó en Belén terminó en el Calvario. En el relato de Lucas sobre Navidad, al parecer, una sola persona, el anciano Simeón, capta la naturaleza misteriosa de lo que Dios había puesto en funcionamiento. «He aquí, [este niño] está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha…», le anunció a María, y después predijo que una espada traspasaría su alma de madre (2:34-35). Simeón sabía que, aunque pocas cosas habían cambiado en apariencia (Herodes seguía gobernando y las tropas romanas continuaban ocupando Israel), detrás de escena, todo era distinto: la promesa de Dios en cuanto a la redención se había cumplido. El pesebre sin la cruz hace que el nacimiento de Cristo pierda su verdadero significado.

viernes, 13 de diciembre de 2013

¿DISFRAZ O UNIFORME?

Romanos 13:11-14 … vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. —Romanos 13:14 En una inspiradora charla sobre el discipulado cristiano, Eunice McGarrahan declaró: «Un disfraz es algo que te pones, y simulas ser lo que tal vestimenta representa. Por el contrario, un uniforme te recuerda que eres exactamente lo que llevas puesto». Su comentario me hizo recordar el día que llegué al entrenamiento básico del ejército, cuando nos dieron una caja y nos ordenaron que pusiéramos adentro toda nuestra ropa de civil. La caja fue enviada por correo al domicilio particular de cada uno. Después, nuestro uniforme nos recordaba que nos habíamos incorporado a un período de entrenamiento disciplinado cuyo propósito era cambiar nuestras actitudes y acciones. El apóstol Pablo les dijo a los seguidores de Jesús que vivían en Roma: «Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz» (Romanos 13:12). A continuación, instruyó: «vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne» (v. 14). La meta de todo este desechar y vestirse es obtener una nueva identidad y transformar la vida (v. 13). Cuando decidimos seguir a Cristo como Señor, Dios inicia el proceso de hacernos cada día más semejantes a Él. No se trata de simular ser algo que no somos, sino de convertirnos cada vez más en lo que sí somos en Cristo. «El discipulado es gratis… pero te costará la vida». —Dietrich Bonhoeffer

miércoles, 11 de diciembre de 2013

LUCES NAVIDEÑAS

El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció. —Mateo 4:16 Todos los años, en diciembre, un vecindario formado por trece familias, cerca de donde nosotros vivimos, arma una deslumbrante exhibición de 300.000 luces navideñas. La gente viaja desde lejos y forma fila durante horas para ver las luces coloridas y titilantes, y escuchar la música programada como acompañamiento. El despliegue de sonidos y luces es tan elaborado que exige una red de 64 computadoras para mantener todo sincronizado. Cuando pienso en esas luces festivas, me viene a la mente la Luz que hace que la Navidad sea una celebración para muchos; una Luz sencilla, pero tan brillante que ilumina al mundo entero con verdad, justicia y amor. Esta Luz, Jesucristo, es todo lo que la humanidad anhela y busca (Isaías 9:2, 6-7). Y Él les dijo a sus seguidores que exhibieran esa luz, para que otros vean y glorifiquen a Dios (Mateo 5:16). Imagina si los creyentes trabajaran con tanto esfuerzo para hacer brillar y sincronizar la luz del amor de Dios como hacen las familias de aquel vecindario para iluminar sus calles con luces navideñas. Quizá así, las personas que aún viven en la oscuridad harían un esfuerzo para ver esta gran Luz. Cuando los creyentes trabajen unidos para mostrar el amor de Dios, el evangelio brillará con más intensidad y atraerá más personas a Cristo, la Luz del mundo. Nuestro testimonio de Cristo es una luz en medio de un mundo oscuro.

martes, 10 de diciembre de 2013

QUIEN DA MAS

2 Corintios 9:6-15 ¡Gracias a Dios por su don inefable! —2 Corintios 9:15 Durante la época de Navidad, una publicidad de televisión que me gusta muestra a dos vecinos que compiten amigablemente para ver quién transmite mejor el espíritu navideño. Cada uno mira con atención mientras el otro decora su casa y los árboles con luces. Después, va mejorando su propiedad para que luzca mejor que la del otro. A continuación, empiezan a competir sobre quién da regalos entre los vecinos de manera más extravagante, corriendo alegremente mientras los reparten. El pueblo de Dios no está compitiendo para ver quién da más, pero se nos llama a ser «dadivosos, generosos» (1 Timoteo 6:18). El apóstol Pablo instruyó a la iglesia de Corinto: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:7). Durante la época navideña, mientras compartimos regalos con otras personas, recordemos cuán generoso ha sido Dios con nosotros: nos dio a su Hijo. Ray Stedman afirmó: «Jesús dejó de lado sus riquezas y entró como pobre en su creación, para enriquecernos a todos por su gracia». Ningún regalo que demos podría competir nunca con la profusión del Señor. ¡Démosle gracias por el don inefable de Jesús! (v. 15). Ningún regalo es mejor que Cristo mismo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

AJUSTA TU DESEO

Filipenses 4:4-13 … he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. —Filipenses 4:11 Cuando mi esposa era joven, Carlyle Marney era vecino, pastor y amigo de su familia. Una de sus apreciaciones sobre estar satisfecho se convirtió en una de las frases inolvidables de ellos: «Necesitamos ajustar nuestros deseos». Es tan fácil querer más de lo que necesitamos y concentrarnos primeramente en recibir en lugar de dar. Poco después, nuestros deseos dictan nuestras acciones. Cuando el apóstol Pablo les escribió a los seguidores de Jesús en la ciudad de Filipos, declaró: «… he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. […] en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad» (Filipenses 4:11-12). En realidad, estaba diciendo: «Me ajustaron mis “deseos”». Es importante señalar que Pablo no nació satisfecho, sino que aprendió a estarlo en las difíciles circunstancias cotidianas. Durante esta época del año, cuando hacer compras suele ocupar el centro de la escena en muchos países y culturas, ¿por qué no decidimos enfocarnos en estar satisfechos con nuestra situación actual? Puede parecer difícil, pero Pablo, al hablar sobre aprender a estar contento, afirmó: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (v. 13). La satisfacción empieza cuando deseamos menos.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

LAS SEMILLAS DE PAZ EN LA BIBLIA Y TU VIDA CRISTIANA

“…EL FRUTO DE JUSTICIA SE SIEMBRA EN PAZ PARA AQUELLOS QUE HACEN LA PAZ” (Santiago 3:18) Si quieres presenciar un milagro, siembra una semilla y mira como lucha contra todo obstáculo para germinar. Dios se refiere a este principio cuando dice: “…el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Santiago 3:18). Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa estaba “infectada” de antisemitismo, un niño de 11 años llamado Heinz aprendió acerca de “sembrar semillas de paz”. Confrontado por los gamberros de Hitler que transitaban las calles en busca de problemas, Heinz no contraatacó ni tampoco se marchó. En vez de eso, presenció de primera mano cómo la lengua puede producir paz. En cualquier momento que un golpe parecía inevitable, él utilizaba palabras para convencer a sus enemigos de lo innecesario de la pelea. Años más tarde, después de que su familia había escapado a América, el nombre de Heinz llegó a ser sinónimo de negociaciones de paz. De hecho, ganó el Premio Nóbel de la Paz en 1973. Quizás lo conocerás mejor como el ex-Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. Aunque generalmente trató de quitar importancia a sus experiencias anteriores, debes preguntarte si su entrenamiento no comenzó tiempo atrás en las calles de Europa. Aunque no leemos de Jesús resolviendo muchas disputas, lo que sí sabemos es que Él “construyó puentes” al traer paz y sanar dolencias. Lo hizo por medio de actos de amor tales como: (a) lavar los pies de sus traidores, (b) comer con un cobrador de impuestos despreciado y (c) darle esperanza a una mujer a la cual la sociedad había descartado. Las palabras de paz son como semillas; no producen fruto de la noche a la mañana, sino despacio, silenciosamente trabajan bajo la superficie, cambiando los corazones, las mentes, las actitudes, y el futuro. Así que, ¿por qué no intentas tú sembrar algunas “semillas de paz” hoy? “SUBIRÁ CUAL RENUEVO DELANTE DE ÉL, COMO RAÍZ DE TIERRA SECA…” (Isaías 53:2) Un Comité del Congreso le preguntó al Dr. Robert Oppenheimer, el notable físico que inventó la bomba atómica, si había alguna defensa contra esta arma. Ante un público acallado, Oppenheimer respondió: “¡Sí, la paz!”. Piensa un momento; si la paz puede contrarrestar una bomba atómica, ¿qué puede hacer en las vidas de las personas con las que entras en contacto? La Biblia dice: “…el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Santiago 3:18). A todo tu alrededor hay personas atemorizadas, desesperanzadas, y solas que necesitan desesperadamente “una palabra de paz”. ¿Tienes una? Cuando el mundo estaba a oscuras y necesitaba un milagro, Dios plantó su semilla en el vientre de una chica judía y creció “…cual renuevo delante de Él, como raíz de tierra seca” (Isaías 53:2). Jesús dedicó su vida quitando los obstáculos que amenazaban con destruir a la gente: (a) Obstáculos religiosos que les sobrecargaban; (b) Obstáculos de opresión que quebrantaban su espíritu; (c) Obstáculos de prejuicio que les dejó fuera. Justo cuando parecía que el último obstáculo iba a ser insuperable, Él venció, ¡victorioso sobre la misma muerte! Si quieres experimentar tu propio milagro hoy, intenta sembrar una semilla de ánimo en el corazón de alguien que está a punto de “tirar la toalla”. Dile una palabra de paz a aquella persona cuya vida está en “un torbellino” debido a problemas familiares, de salud o financieros. Cada vez que “siembres semillas de paz”, estás “poniendo fecha” para una cosecha de esperanza, amor y alegría en la vida de aquella persona, ¡y en la tuya también! Fuente: www.devocionalescristianos.org

lunes, 2 de diciembre de 2013

LOS ÁNGELES DE DIOS TE CUIDAN

“…LOS ÁNGELES… SON… ESPÍRITUS…, ENVIADOS PARA SERVICIO A FAVOR DE LOS QUE SERÁN HEREDEROS DE LA SALVACIÓN (Hebreos 1:13,14) Algunos de nosotros tenemos problemas con el hecho de que hay ángeles que nos cuidan. ¿Y cuál es el resultado? Escucha: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2). ¿Es posible que hayas perdido la oportunidad de verlos? “Dime otra vez lo que se supone que hacen los ángeles”, me dirás. Bien, mantén una mente abierta; ¡estás a punto de ver con una nueva percepción! (a) Los ángeles son el detalle protector de Dios para cuidarte constantemente. La detección precoz de un cáncer, el escapar en el último momento… no fueron simples casualidades fortuitas. Escucha: “…a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos” (Salmo 91:11); (b) Hay ángeles especiales asignados para vigilar a nuestros hijos. Ahora sabes por qué los niños sobreviven a cosas que hacen a los padres temblar por las rodillas. Escucha: “…no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los Cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los Cielos…” (Mateo 18:10). El Ángel del Señor fue delante del ejército de Israel y le garantizó victoria (ver Éxodo 23:20). Un ángel cerró la boca de los leones para proteger a Daniel (ver Daniel 6:22). Un ángel abrió las puertas de la cárcel para Pedro, salvando su vida en la víspera de su ejecución (ver Hechos 12:1-10). Durante una tormenta, un ángel apareció para que Pablo supiera que estaría a salvo (ver Hechos 27:13-24). ¿Qué crees, acaso quitó Dios de repente “su Departamento de Servicio Secreto”? ¿Reciben los ángeles pagas de desempleo en algún lugar del Cielo? No, todavía están haciendo su trabajo. Sencillamente, necesitamos ser lo suficientemente sabios y humildes para poder reconocerlos… Fuente: www.DevocionalesCristianos.org

miércoles, 27 de noviembre de 2013

LA AUTO-DISCIPLINA EN LA BIBLIA

“…LO PONGO EN SERVIDUMBRE…” (1 Corintios 9:27) Controlarte a ti mismo va a ser siempre tu mayor desafío. Para conseguirlo debes seguir estos 3 pasos simples: (1) Conocerte Pablo escribió: “…golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:27). Si Pablo hacía frente a esta posibilidad, es mejor que aprendas a reconocer “las minas” que hay en tu propio camino. (2) Eliminar excusas Lucha contra toda tendencia interior a poner excusas. Lo que era bueno para otros, no lo era para Pablo porque él entendió su misión. Escucha: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene… para recibir una corona… incorruptible” (1 Corintios 9:25). (3) Concentrarte en las recompensas Un matrimonio anciano había pasado un par de días en un camping cuando una familia llegó a su lado. Tan pronto el vehículo paró, salió un matrimonio con sus tres hijos. Un niño empezó rápidamente a bajar neveras, mochilas y otros enseres, mientras los otros dos montaban de prisa las tiendas de campaña. El lugar quedó listo en quince minutos. El matrimonio de ancianos estaba perplejo. “Está claro que trabajáis muy bien juntos”, dijo el viejo señor. “Sólo con el sistema de recompensa adecuado”, contestó el padre. “¡Nadie va al baño hasta que esté montado el campamento!”. ¡Nada nos motiva más que las recompensas! Así que la próxima vez que estés tentado a hacer lo que es fácil en vez de lo que es correcto, cambia tu enfoque; ¡piensa en las recompensas en vez de los inconvenientes!

martes, 26 de noviembre de 2013

CARTAS VIVIENTES

2 Corintios 3:1-11 Siendo manifiesto que sois carta de Cristo […], escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo… —2 Corintios 3:3 En noviembre de 1963, el mismo día en que el presidente John F. Kennedy fue asesinado, murió otro líder: Clive Staples Lewis. Este erudito de Oxford, convertido del ateísmo al cristianismo, fue un prolífico escritor. De su pluma surgieron libros sobre temas intelectuales, ciencia ficción, fantasías infantiles y mucho más, con un poderoso mensaje cristiano, los cuales Dios ha utilizado para la salvación de muchos, incluidos un político y un científico ganador del premio Nobel. Algunas personas son llamadas a hablarles de Jesús a otros mediante sus escritos, pero todos los creyentes somos llamados a ser «cartas» de Cristo al dar testimonio de Él con nuestra vida. Pablo afirma: «Siendo manifiesto que sois carta de Cristo […], escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo… (2 Corintios 3:3). Sin duda, el apóstol no está diciendo que somos trozos de papel en donde se ha escrito el mensaje de Dios. Pero como cartas vivientes, podemos demostrar que Jesucristo marca una diferencia en cómo tratamos a los demás y nos esforzamos para vivir con integridad. Pocos impactarán a otros como lo hizo C. S. Lewis, pero ¡todos somos llamados a dar gloria a Aquel que nos ama y nos ha redimido! —HDF Somos «cartas de recomendación» de Cristo para todos los que leen nuestra vida.

lunes, 25 de noviembre de 2013

CUBIERTOS

Lucas 1:26-38 … El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra… —Lucas 1:35 Hoy hace 50 años, el asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy dejó pasmado al mundo entero. El día después de que le dispararon, un artículo del periódico londinense The Times habló de las repercusiones del hecho en los mercados financieros en todo el planeta. Se titulaba: «Todos los otros eventos quedaron relegados por la tragedia en los Estados Unidos». Hay momentos en nuestra vida cuando una muerte, una tragedia o un repentino giro de los acontecimientos eclipsan todo lo demás. Le sucedió a una joven soltera a quien se le dijo que se convertiría en la madre del Mesías prometido, el Hijo de Dios (Lucas 1:26- 33). Cuando preguntó en qué momento ocurriría, el ángel Gabriel declaró: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra» (v. 35). La imposibilidad en la vida de María no fue cubierta por la oscuridad, sino por la brillantez de la gloria y el poder de Dios. Su respuesta sigue dejándonos asombrados: «Hágase conmigo conforme a tu palabra» (v. 38). Durante las semanas siguientes, mientras volvemos a leer la historia de la Navidad y pensamos en el nacimiento de Jesús en nuestro mundo, vale la pena reflexionar en la palabra cubrirá, ya que habla de una manera sumamente poderosa de la presencia del Señor en nuestro corazón y su capacidad de hacer relumbrar los momentos más oscuros. En toda situación, el amor y el poder de Dios nos cubren.

sábado, 23 de noviembre de 2013

INTERÉS GENUINO

Filipenses 2:1-5 No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. —Filipenses 2:4 La primera noche del campamento para familias, el director comunicó el programa de la semana. Cuando terminó, preguntó si alguien quería decir algo. Una joven se puso de pie e hizo un conmovedor pedido de ayuda. Habló de su hermanito (un niño con necesidades especiales) y el desafío que implicaba cuidarlo. La familia estaba agotada, y nos pidió a todos que ayudáramos a cuidarlo durante la semana. Fue un pedido motivado por un interés genuino por su hermano y sus padres. A medida que pasaba la semana, era maravilloso ver cómo todos ayudaban a esta familia. Su pedido fue un sutil recordatorio de cuán fácilmente podemos encerrarnos en nuestro mundo, vida y problemas… hasta el punto de no ver las necesidades de los demás. Pablo describe así nuestra responsabilidad: «No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros» (Filipenses 2:4). El versículo siguiente nos recuerda que esto es parte del ejemplo de Cristo: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús». Nuestra ayuda manifiesta un interés semejante al de Cristo por aquellos que sufren. Apoyémonos en la gracia de Dios y confiemos en Él a fin de que nos capacite para servir a otros durante sus necesidades. Nada cuesta tanto como el interés… excepto el desinterés.

viernes, 22 de noviembre de 2013

COMPAÑERO DE VIAJE

Salmo 39 … Porque forastero soy para ti, y advenedizo, como todos mis padres. —Salmo 39:12 Hace poco, miré la lista de quienes se habían graduado conmigo en el seminario y descubrí que muchos de mis amigos ya habían muerto. Fue un aleccionador recordatorio de la brevedad de la vida. Alrededor de los 70, años más años menos, ya no estamos (Salmo 90:10). El poeta israelita tenía razón: Aquí solamente somos forasteros y advenedizos (39:12). La brevedad de la vida me hace pensar en nuestro «final»: la extensión de nuestros días y la rapidez con que pasan (v. 4), un sentimiento que se hace más real a medida que nos acercamos al final de nuestra vida. Este mundo no es nuestro hogar; aquí somos extranjeros y peregrinos. Sin embargo, no estamos solos en el viaje. Somos forasteros y advenedizos con Dios (39:12), un concepto que torna esta travesía en algo menos inquietante, menos atemorizante, menos preocupante. Atravesamos este mundo para entrar en el próximo con un Padre amoroso que nos acompaña y nos guía permanentemente. Aquí en la Tierra, somos extranjeros, pero nunca estamos solos en el recorrido (73:23-24). Tenemos a Aquel que afirma: «Yo estoy con vosotros todos los días» (Mateo 28:20). Podemos perder de vista a padre, madre, cónyuge y amigos, pero siempre sabemos que Dios está caminando a nuestro lado. Un antiguo adagio lo expresa de este modo: «Ir bien acompañado hace que el camino parezca más fácil». Mientras recorres el cansador camino de la vida, deja que Jesús levante tu pesada carga.

jueves, 21 de noviembre de 2013

EL AUTO-PERDÓN EN LA BIBLIA - Parte 1

“…ACEPTOS EN EL AMADO… TENEMOS… PERDÓN…” (Efesios 1:6,7) Es cierto que eres un producto de tu pasado, ¡pero no tienes por qué ser prisionero de él! Cuando te niegas a perdonarte a ti mismo, estás tomando la decisión de ser infeliz el resto de tu vida. Éstas son algunas consecuencias que a lo mejor nunca has considerado: (1) No sólo te concierne a ti. A la desdicha le gusta la compañía. Cuando persistes en hacerte daño, tus seres queridos también serán dañados. Es inevitable, porque cuando “te revuelcas” en sentimientos de culpabilidad, eres más retraído y crítico, y menos abierto y cariñoso. Como consecuencia de ello, tu pareja, tus hijos, tus parientes, tus compañeros de trabajo y tus amigos (¡incluso hasta tu perro!) sufren juntamente contigo. (2) Tu mente afecta a tu cuerpo. Los médicos dicen que la falta de perdón genera substancias químicas que afectan directamente a los órganos vitales. Incrementan el ritmo cardíaco, aumentan la presión sanguínea, provocan malestares digestivos, tensan los músculos, descargan colesterol en el flujo sanguíneo y reducen la habilidad para pensar con claridad. Cada vez que vuelves a “visitar” tu pasado, aquellos sentimientos negativos envían una descarga de substancias químicas corrosivas. Sólo ahora es cuando la ciencia está confirmando lo que Dios ha sabido siempre, es decir, que aquellos que no se perdonan a sí mismos ni a los demás son más propensos a padecer ataques de corazón, depresiones, hipertensión y otras enfermedades graves. (3) Te quedas atrapado en el pasado. El Señor dice: “Todo tiene su tiempo…” (Eclesiastés 3:1). Una vez que te has arrepentido y has sido perdonado, el tiempo de lamentarse ha terminado. Necesitas empezar a mirar hacia delante, de lo contrario te quedarás permanentemente atrapado en el lodo de tu propio pantano. La Biblia dice: “…aceptos en el Amado… tenemos… perdón…” (Efesios 1:6,7). Por lo tanto, perdónate a ti mismo y a todo aquel que tengas que perdonar, y sigue adelante con tu vida. “MIENTRAS CALLÉ, SE ENVEJECIERON MIS HUESOS EN MI GEMIR TODO EL DÍA…” (Salmo 32:3) Perdonarse a uno mismo es particularmente difícil: (a) por haber fracasado en algún gran proyecto de tu vida, como por ejemplo un matrimonio, o una carrera; (b) cuando tus acciones han herido a otras personas; (c) cuando tu estilo de vida te ha dañado; (d) por no haber hecho algo a pesar de que sabías que debías hacerlo. Por ese motivo, aquí hay algunas sugerencias: (1) Confiesa lo que has hecho. Si piensas que eres “único”, esto impedirá que te des un respiro. Además, la confesión evita que caigas en la negación. Una vez que has obtenido el perdón de Dios, busca el apoyo de un amigo en quien puedas confiar. David dijo: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día… Dije:’Confesaré mis rebeliones al Eterno’, y Tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Salmo 32:3,5). (2) Pulsa el botón “Stop”. A menudo, no es la ofensa en sí misma la que hace sentirte mal, sino la culpa y el estrés asociados al recuerdo de tus acciones. Tu reacción habitual es el verdadero problema. El análisis continuo de tus fracasos no te llevará a ningún lado; lo único que hace es ofender a un Dios misericordioso. Así pues, cuando te “pilles” haciendo eso, pulsa el botón “Stop” y “cambia de canal”. Céntrate en el hecho de que Dios te ha perdonado, y deja atrás el asunto. (3) Reemplaza el sentimiento de culpa por el de gratitud. No es difícil de hacer; sólo tienes que meditar sobre la bondad del Señor. Entra en cualquier supermercado y dale gracias por la abundancia de los buenos alimentos que puedes disfrutar. O bien haz una visita a un hospital o un centro de rehabilitación y sé agradecido por tu salud. Cuando las busques, encontrarás muchas cosas por las que puedes darle gracias a Dios hoy. “ESCUDRIÑEMOS NUESTROS CAMINOS… Y VOLVÁMONOS AL ETERNO” (Lamentaciones 3:40) Negarse a perdonarse a uno mismo es igual que intentar conducir tu coche pisando el freno: impide cualquier avance. Aquí hay algunas causas: (1) Expectativas irreales. Todos tenemos una serie de reglas subconscientes para saber cómo debemos comportarnos. Muchas provienen de la infancia y ya no nos sirven. Por ejemplo, ¿es realista pensar que puedes trabajar doce horas al día, acudir a todos los actos del colegio, atender una casa a la perfección, tener descanso suficiente, y aún así tener tiempo para Dios y tu familia? Escucha: “Escudriñemos nuestros caminos… y volvámonos al Eterno” (Lamentaciones 3:40). (2) Sentirte mal, en vez de hacer el bien. Escucha: “…Probaos a vosotros mismos” (2 Corintios 13:5). Si te sientes fracasado/a como padre o madre, esfuérzate para convertirte en un/a abuelo/a estupendo/a, o trata de ayudar a algún niño o adolescente que necesita ayuda. Hay muchísimas oportunidades a tu alrededor. Recuerda, “…el que sacie a otros, también él será saciado” (Proverbios 11:25). “Las raíces” de la felicidad crecen en “la tierra” del servicio, así que: “¡Manos a la obra!”. (3) No tener las cosas claras. En vez de decirte que eres una mala persona, recuerda las cosas buenas que has hecho. Si no se te ocurre alguna, trata de hacer memoria. Si hay gente que lo puede hacer, ¿por qué no tú también? Ante todo, ten siempre en mente estas palabras: “…cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia…” (Romanos 5:20). Eso significa que no importa en cuántos líos te hayas metido, Dios está ahí, listo para darte “un nuevo amanecer”.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿CRISTIANO ESTÁS DESENFOCADO HOY?

“HE SENTIDO UN VIVO CELO POR JEHOVÁ…SÓLO YO HE QUEDADO Y ME BUSCAN PARA QUITARME LA VIDA” (1 Reyes 19:14) Park Tucker contó que un día iba caminando con un sentimiento de tristeza, cuando vio este anuncio en el escaparate de una funeraria: “¿Por qué dar vueltas por las calles sintiéndote medio muerto? Te podemos enterrar por 69,50 dólares y, encima, ¡te daremos puntos de regalo!”. ¡Ese humor era precisamente “la medicina” que necesitaba aquel día! Servir a Dios puede ser muy fatigoso; a veces das lo mejor de ti mismo y acabas agotado. Le ocurrió a Elías. Después de que el Señor le había usado para que bajara fuego del Cielo, su entusiasmo quedó inmediatamente apagado por las amenazas de muerte de Jezabel. Huyendo para salvar “el pellejo”, exhausto y deprimido, se quejó: “He sentido un vivo celo por el Señor… [a pesar de eso,] sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1 Reyes 19:10). En el momento que Elías dejó de mirar a Dios para fijarse en el enemigo, se sintió abrumado. Así que, Él tuvo que hablarle de nuevo. Esta vez no fue con un despliegue espectacular de poder; en lugar de eso, vino en “un silbo apacible y delicado” (versículo 12b), y apartó a Elías para descansar y pasar tiempo con Él. La próxima vez que el pueblo de Israel vio a Elías, él estaba espiritualmente “en la cumbre” otra vez, restaurado y reenfocado. ¿Has cambiado la postura del enfoque que tenías con Dios por lo que tienes que hacer? Si es así, necesitas retirarte y estar un tiempo a solas con Él. Cuando el Señor te llama aparte para descansar, obedece. Y otra reflexión más: Él mismo que Dios envió a Eliseo para que ayudara a Elías, Él puede enviar a la persona adecuada para ayudarte a ti también. Él Señor sabe exactamente lo que tiene que hacer hoy para que de nuevo te pongas “en marcha”.

martes, 19 de noviembre de 2013

3 PASOS SENCILLOS PARA APRENDER A DECIR "¡NO!"

“…VUESTRO ‘NO’ SEA [UN SENCILLO] NO” (Santiago 5:12) A menudo nos resulta difícil decir “no”, porque tememos que vamos a desagradar a la gente o creemos que para ser “buenos cristianos” tenemos que decir siempre “sí” a todo. Las personas que nunca aprenden a decir “no”, acaban por no gustarse a sí mismas – y también a las que intentan agradar. La Biblia dice: “…vuestro ‘no’ sea [un sencillo] no, para que no caigáis en condenación” (Santiago 5:12). Sólo cuando encuentras la valentía para decir “no”, dejas de mentir acerca de tus verdaderas necesidades y empiezas a respetarte. Con el tiempo, los demás también lo harán. Si tienes problemas en este aspecto, aquí tienes algunos consejos: (1) Resiste a la presión de dar una respuesta inmediata. En primer lugar, desarrolla una táctica de no comprometerte sin consultar tu agenda y orar por ello. La Biblia dice: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios… y le será dada” (Santiago 1:5). Es sencillo: Párate y pídesela a Él. (2) Pon límites a lo que dices “sí” y después, persevera en ello. Si ya te has comprometido demasiado, no te metas en más cosas porque te sientas presionado, culpable, o indispensable. Descubrirás que sólo eres indispensable hasta que digas “no” (o te mueras). (3) Utiliza tus dones. El Señor nos ha dado a cada uno dotes y talentos que son únicos. Si tienes que escoger entre cantar en el coro o sentarte con los que administran los bienes, ve a donde tus talentos sean mejor usados. ¿Es fácil eso? ¡No! Pero a no ser que aprendas a hacerlo, acabarás invirtiendo demasiado en lo que parece importante mientras que, en realidad, descuidas lo que Dios te ha llamado a hacer…

lunes, 18 de noviembre de 2013

TU IMPORTANCIA Y SEGURIDAD EN DIOS

“…SOMOS HIJOS DE DIOS Y AÚN NO SE HA MANIFESTADO LO QUE HEMOS DE SER…” (1 Juan 3:2) Todos nosotros anhelamos ser valorados por lo que somos, y no solamente por lo que hacemos. De manera que buscamos la aprobación de los demás. Cuando eso no ocurre, buscamos aceptación adquiriendo más objetos, negocios, actividades interminables, obsesión por las apariencias, comida, o dinero. ¿Te suena eso familiar? Mientras buscas tu importancia y seguridad en cualquier otra fuente que no sea Dios, te estás preparando para llevarte una gran decepción, porque ciertas personas, lugares y cosas siempre tendrán la habilidad de desviarte. Así que, ¡sé inteligente! Identifica tus áreas de peligro y protégete. La verdad es que, a no ser que cambies tu definición de importancia y seguridad y la transfieras al Único que te puede proporcionar ambas cosas, nunca las experimentarás. Hacer esa “transferencia” implica dos pasos: (1) Identificar las cosas y las personas de las cuales sacas tu importancia y seguridad; (2) Reemplazarlas con la verdad de que tu importancia y seguridad están basadas en tu relación con Dios, y nada más. Pregunta: ¿Tiendes a “meter la pata” cuando estás rodeado de ciertas personas, en determinadas situaciones, cuando estás en cierto estado de ánimo? Si es así: (a) Ora más, haciendo que Jesús sea Señor sobre tus relaciones, deseos y estados de ánimo; (b) Aprovecha mejor el tiempo; (c) Deja de construir el futuro sobre tu pasado. Si has fracasado y has caído (¿y quién no?), levántate de nuevo. Escucha: “…somos hijos de Dios” (1 Juan 3:2). ¿De quién eres hijo? ¡De Dios! ¡Menudo parentesco! Escucha otra vez: “…y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser” (1 Juan 3:2b). ¡Caramba! ¡Tus mejores días están aún por llegar! Eres importante y estás seguro ¡porque eres del Señor!

viernes, 15 de noviembre de 2013

CRISTIANO ESCUCHA A TU CORAZÓN

“…EL HOMBRE SE REFLEJA EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE” (Proverbios 27:19) ¿Quieres descubrir lo que Dios te ha asignado? ¡Escucha a tu corazón! De los más de seis billones de personas que hay en el mundo, a nadie le late el corazón del mismo modo que a ti. De la misma manera, el Señor te ha dado un latido emocional que se acelera cuando piensas en ciertos temas y actividades. ¿Te importan instintivamente más algunas cosas que a otros? Ésas son pistas de en qué deberías servir. ¡No las ignores! Escucha: “…sirviéndole con todo vuestro corazón…” (Deuteronomio 11:13). El Señor quiere que Le sirvas apasionadamente, no sumisamente. Raras veces destacamos en tareas por las que no nos apasionamos. Escuchar a “tus impulsos interiores” te puede conducir al ministerio que Dios quiere para ti. ¡El entusiasmo es una señal de ello! Cuando haces lo que te encanta hacer, nadie tiene que motivarte, controlarte, aplaudirte o recompensarte; lo haces por el mero placer de hacerlo. Es más, cuando hagas lo que el Señor te ha asignado, destacarás en ello. La pasión lleva al progreso. Si no te importa alguna cosa, no serás bueno en ella. Las personas con grandes logros en cualquier campo son aquéllas que lo hacen con pasión, y no por deber o provecho.

jueves, 14 de noviembre de 2013

4 COSAS MARAVILLOSAS QUE APRENDES EN MEDIO DE LAS PRUEBAS

“[LAS] PRUEBAS Y DIFICULTADES… NOS AYUDAN…” (Romanos 5:3) Todos queremos “…la corona de vida…” que Dios promete (Santiago 1:12), pero no queremos los “problemas y tribulaciones” que desarrollan nuestro carácter (Romanos 5:4). Pero eso es imposible. En los tiempos difíciles aprendes 4 cosas maravillosas que son: 1) Gozo. “…Gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas” (Santiago 1:2). Una vez que hayas pasado la prueba, Dios te llenará de Su gozo. Por lo tanto, elimina las quejas de tus oraciones y añade algunos “Aleluyas”. Recuerda que la aflicción es inevitable pero sentirte abatido es opcional. 2) Crecimiento. Escribió el salmista: “…Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar…” (Salmo 4:1 RV 1960). Las cosas que mejor asimilamos, suelen ser las que aprendemos en momentos de pruebas. Nuestro mayor progreso se produce gracias a las tribulaciones; por eso Dios no nos las evita, sino que nos fortalece en medio de ellas. 3) Discernimiento. La Biblia dice: “Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos…” (Salmo 112:4). No nos damos cuenta de lo poco que sabemos hasta que caminamos en la oscuridad de la vida y Dios nos ilumina. 4) Paciencia y perseverancia. Escribe Santiago: “…Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones…” (Santiago 5:7-8). No puedes acortar las estaciones, ni acelerar la cosecha, así que sé paciente. Presta atención, porque mientras esperas Dios está operando. Bruce Wilkinson comentó: “La prueba de la fe se mide con la aflicción y las dificultades, las cuales te invitan a que entregues algo de gran valor a Dios, aun cuando estés en tu derecho de no hacerlo”.

martes, 12 de noviembre de 2013

¿ERES ADICTO A LAS URGENCIAS?

“TODO TIENE SU TIEMPO…” (Eclesiastés 3:1) Mientras no te valores, no valorarás tu tiempo. Y hasta que valores tu tiempo, no lo aprovecharás sabiamente. La urgencia es una adicción. Si reaccionas habitualmente a demandas externas, puede que estés “enganchado”. Como las demás adicciones, la urgencia: (a) Suple temporalmente la necesidad de sentirte necesitado. (b) crea un sentido de “hacer cosas”. (c) ensalza falsamente tu autoestima. (d) a menudo empeora el problema, ya que las prisas no son buenas. Si eres adicto a las urgencias, considera lo siguiente: (1) En nuestra sociedad, “posición” iguala a “trabajo”; la gente espera que seas requerido. Ahora bien, abandonar constantemente tus metas para ayudar a los demás llevar a cabo las suyas, puede hacer sentirte más apreciado pero te desvía del propósito de Dios para ti y crea un falso sentido de aceptación. (2) Algunas veces es difícil decir no, porque como creyente te sientes “obligado”. Pero no todos los problemas son llamadas para ti, que debas lanzarte a solucionarlos. La decisión de involucrarte en lo que sea debe provenir de Dios. ¡Ora antes de reaccionar! Escucha: “Reconócelo en todos tus caminos y Él hará derechas tus veredas” (Proverbios 3:6). Si por naturaleza eres “un arregla todo”, probablemente te realices solucionando problemas, satisfaciendo necesidades y expectativas, influenciando conductas y resultados. “¿Qué debo hacer?”, te preguntarás. Reconocer que eres vulnerable a las peticiones urgentes y te duele decir: “No”. Identificar tu patrón de respuesta puede evitar que te “enganches” y ayudar a mantenerte centrado en lo que el Señor ya te dijo que hicieras.

lunes, 11 de noviembre de 2013

UN ESPÍRITU ENDURECIDO SEGÚN LA BIBLIA - Parte 1

“…VOSOTROS NO SABÉIS DE QUÉ ESPÍRITU SOIS” (Lucas 9:55) Los discípulos tenían un problema de actitud, y en dos capítulos del evangelio de Lucas vemos cómo Jesús los reprendió en seis ocasiones diferentes. Analicemos cada una de esas veces y aprendamos de ello. Un espíritu endurecido. En lugar de creer que Jesús alimentaría a las multitudes con cinco panes y dos peces, los discípulos le dijeron: “Despide a la gente…” (Lucas 9:12). Uno de los peligros del éxito ministerial es que puedes acabar amando a las multitudes pero no importarte los individuos. O querer benefactores para tu obra pero no pasar tiempo atendiendo las necesidades individuales de la gente. Hace unos años un hombre decidió visitar las iglesias de dos famosos tele evangelistas que eran de su agrado. Después de oír al primero, preguntó al final del servicio si podía saludarlo. Pero los que rodeaban al ministro le negaron su petición y le sugirieron que llamara para hacer una cita. Desilusionado, se fue a escuchar al otro, el cual le invitó a comer después del servicio. El hombre se sintió apreciado con ese gesto y le regaló un cheque de cuatro millones de dólares (ésta es una historia verídica). Debes ser siempre una persona accesible, que esté disponible para los demás y los afirme en su identidad. Es verdad que no puedes ocuparte personalmente de todos los enfermos, ni aconsejar a todos los que están sufriendo. Como pastor, tu mayor énfasis debe ser pasar tiempo de calidad con Dios preparando sermones y estudios bíblicos. Pero Jesús “se compadeció de nuestras enfermedades” (Hebreos 4:15), porque se mezcló con los hombres y vivió en medio de ellos. Dios sólo podrá usarte para satisfacer las necesidades reales de la gente si te pones a su altura y eres consciente de sus problemas. Hay un dicho: “A las personas no les importa saber cuánto sabes hasta que no les demuestres que de verdad te importan”. Y a ti, ¿te importan los demás?

viernes, 8 de noviembre de 2013

LA BENDICIÓN DE DAR

Marcos 12:38-44 … Más bienaventurado es dar que recibir. —Hechos 20:35 No tenía sentido que una viuda donara sus últimas monedas a una institución corrupta de Jerusalén, donde los escribas que dependían de esas ofrendas «[devoraban] las casas de las viudas» (Marcos 12:40). Pero en la acción de esa mujer, Jesús vio una muestra conmovedora de la actitud correcta hacia el dinero (vv. 41-44). Gordon Cosby cuenta que, mientras era pastor de una iglesia en Estados Unidos, una viuda cuyo ingreso apenas alcanzaba para alimentar y vestir a sus seis hijos colocaba fielmente todas las semanas cuatro dólares en la ofrenda. Un diácono le sugirió que fuera a verla y le dijera que podía usar ese dinero para su familia, en lugar de ofrendarlo. Cosby siguió el consejo del diácono… lo cual lamentó mucho. «Usted está tratando de quitarme la última cosa que me da significado y dignidad», dijo ella. Esta mujer había descubierto el secreto de dar: puede beneficiar al dador más que al receptor. Es verdad, los pobres necesitan ayuda financiera, pero la necesidad de dar puede ser tan importante como la de recibir. La acción de dar nos recuerda que vivimos por la gracia de Dios, como los pájaros y las flores. Estos componentes de la creación divina no se preocupan por su futuro, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Dar nos brinda una manera de expresar nuestra confianza en que Dios se ocupará de nosotros, tal como lo hace por las aves y los lirios (Mateo 6:25-34). Al ofrendar dinero, desarmamos su poder.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

TIEMPO PARA TODO

Eclesiastés 3:1-8 Todo tiene su tiempo… —Eclesiastés 3:1 En la década de 1960, la banda The Byrds popularizó la canción Turn! Turn! Turn! [¡Gira! ¡Gira! ¡Gira!]. Subió a la cima de las 100 canciones más destacadas en Estados Unidos y se hizo popular en el mundo entero. La gente parecía cautivada con la letra. No obstante, lo interesante era que, excepto por la última línea, esas palabras eran del libro del Antiguo Testamento llamado Eclesiastés. «Todo tiene su tiempo», proclama el escritor de Eclesiastés, «y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (3:1). Después, enumera algunas de las etapas de la experiencia humana: nacimiento y muerte, ganancias y pérdidas, lágrimas y risas, luto y baile. Así como las estaciones de la naturaleza cambian, lo mismo sucede con las épocas de la vida. Nuestras circunstancias nunca se mantienen igual por mucho tiempo. A veces, recibimos bien los cambios en nuestra vida. Pero a menudo, resulta difícil, en especial cuando implica tristeza y pérdidas. Sin embargo, aun entonces podemos dar gracias de que Dios no cambia. A través del profeta Malaquías, declaró: «Porque yo el Señor no cambio» (Malaquías 3:6). Como Dios es constante, podemos descansar en Él durante las etapas cambiantes de la vida. El Señor está siempre presente con nosotros (Salmo 46:1), su paz tiene poder para cuidar nuestro corazón (Filipenses 4:7) y su amor proporciona seguridad para nuestra alma (Romanos 8:39). La naturaleza inmutable de Dios es nuestra seguridad durante los tiempos de cambio.

martes, 5 de noviembre de 2013

¿QUIÉN DICE LA VERDAD?

Juan 8:31-47 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? —Juan 8:46 Durante la campaña presidencial de 2012 en Estados Unidos, la cobertura televisiva de los discursos y los debates solía incluir una «verificación de datos», hecha por analistas que comparaban las declaraciones de los candidatos con sus registros de la realidad. ¿Estaban diciendo la verdad o manipulando los hechos para sacar ventaja? El apóstol Juan registró un debate entre Jesús y un grupo de personas que creían que Él declaraba cosas falsas sobre sí mismo. El Señor les dijo: «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…» (Juan 8:31-32). Le contestaron que nunca habían sido esclavos de nadie, y preguntaron: «¿Cómo dices tú: Seréis libres?» (v. 33). El debate continuó, y Jesús siguió afirmando que estaba diciéndoles la verdad (vv. 34, 40, 45-46, 51). Algunos le creyeron, pero otros permanecieron enojados con Él y escépticos. En cierto sentido, ese debate continúa en la actualidad. Los que se oponen a Jesús buscan desacreditar sus declaraciones y distorsionarlas para que se conviertan en mentiras. El Señor declara: «Yo les digo la verdad», y promete que nos dará una libertad que no podemos hallar en ningún otro lado. Vale la pena hacer una «verificación de datos» del registro bíblico de la vida de Jesús para determinar a quién seguiremos. Todos tenemos una decisión que tomar. La verdad de Dios supera toda prueba.

domingo, 3 de noviembre de 2013

4 PASOS BÍBLICOS PARA LA RENOVACIÓN ESPIRITUAL

“.BUSCÓ A SU DIOS. Y FUE PROSPERADO” (2 Crónicas 31:21) La situación actual de nuestros países es parecida a la del antiguo Israel. A pesar de todas las bendiciones de Dios, el pueblo le había dado la espalda. Cuando Ezequías, hombre íntegro, subió al trono, puso su corazón en devolver a Dios el lugar de liderazgo que le correspondía en la tierra. Fíjate en cuatro cosas que hizo: 1) Reabrió las puertas de la casa de Dios y llamó al pueblo para que se arrepintiese y volviese al Señor. 2) Se enfrentó a la corrupción y a la carnalidad, que se habían convertido en un estilo de vida incluso para los líderes y ministros del Señor. Sus palabras fueron rotundas: “…Santificad la casa del Señor, Dios de vuestros padres, y sacad lo inmundo del lugar santo” (2 Corintios 29:5). Se parece a los tiempos en los que vivimos, ¿verdad? 3) Restableció la supremacía de la Palabra de Dios. “…Entraron en el templo del Señor para purificarlo…según las palabras del Señor” (2 Corintios 29:15). Pastor, la predicación de un domingo por sí sola no lo conseguirá; tendrás que hacer que los tuyos vivan la Palabra a diario. 4) Llamó al pueblo a adorar a Dios. Fue un panorama increíble. “Toda la multitud adoraba, los cantores cantaban y los trompeteros tocaban… todo esto duró hasta consumirse el holocausto” (2 Crónicas 29:28). Los expertos calculan que durante unas tres horas la nación entera estuvo en la presencia de Dios adorándolo. ¿Bendijo Dios los esfuerzos de Ezequías? Veamos: “En todo cuanto emprendió… buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”. Y ese mismo es el plan de Dios para la renovación espiritual de los países.

jueves, 31 de octubre de 2013

¿CUÁL ES TU SUEÑO? ANTES BIEN, SEA DIOS HALLADO VERAZ

“ANTES BIEN, SEA HALLADO DIOS VERAZ…” (Romanos 3:4 – La Biblia de Las Américas) ¿Cuál es tu sueño? ANTES BIEN, SEA HALLADO DIOS VERAZ Pablo escribió: “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío?… much(o)[a], en todos los aspectos… le(s) ha sido confiada la Palabra de Dios” (Romanos 3:1,2). Dios ha hablado ciertas cosas acerca de ti. Esas cosas son su voluntad y su propósito para tu vida. Tu tarea consiste en reconocerlos, creerlos, llevarlos dentro de ti y mencionarlos a menudo porque te proporcionan una ventaja tremenda. Después Pablo añadió: “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad, habrá hecho nula la fidelidad de Dios? ¡De ninguna manera!” (Romanos 3:3,4). Supera la idea de que la mayoría tiene que estar de acuerdo contigo o creer lo que Dios dijo acerca de ti. Tu sueño no debe depender del apoyo externo. Es un concepto difícil, especialmente en una democracia donde otros votan y la mayoría gobierna. El Reino de Dios es una teocracia donde sólo un voto cuenta – ¡el de Dios! No pospongas tu sueño a la espera de que todos estén de acuerdo contigo. No sólo no tienen por qué apoyarte sino que tampoco tienen por qué creer lo que Dios te ha dicho. No puedes esperar hasta que los demás acepten tu sueño para perseguirlo. Ellos pueden malinterpretarte, hablar mal de ti, reírse de ti, escupirte, discriminarte, distanciarse, no invitarte, retirarte su apoyo, y aun así ¡puedes alcanzar tu sueño sin ellos! ¿Que por qué? Pues porque tu Dios es un Dios que hace pactos y los mantiene, y lo que Él ha hablado acerca de tu vida, sin duda alguna hará que suceda: “Antes bien, sea hallado Dios veraz…” (Romanos 3:4). Gloria sea su nombre! Bendito se el nombre de Jesús!! Te bendigo el día de hoy con una unción de realización y cumplimento de los sueños de Dios en tu vida!!

martes, 29 de octubre de 2013

SANSÓN Y DALILA

“…PRESIONÁNDOLO ELLA… EL ALMA DE SANSÓN FUE REDUCIDA A MORTAL ANGUSTIA” (Jueces 16:16) Te vuelves vulnerable cuando te encuentras asediado. Antes de que Dalila destruyese a Sansón “…(presionándolo) ella [lo presionó]… el alma de Sansón fue reducida a mortal angustia” (Jueces 16:16). Cuando estás siendo hostigado por mucho tiempo, tomas decisiones equivocadas que son potencialmente dañinas. Puedes ir a la iglesia regularmente y leer tu Biblia “de pe a pa”, pero si corres de un lado a otro fastidiado, te servirá de poco. Es difícil vivir con una persona irritada, y casi imposible ayudarla. No puedes bendecir a nadie si tiene un espíritu asediado, porque su mente está en “las garras” de un poder negativo. Sansón debía haber sido más perspicaz. José huyó de la mujer de Potifar, y venció (ver Génesis 39:12); Sansón se quedó con Dalila, y perdió. Hay algunas cosas de las que debes de huir, y no estamos hablando solamente de pecados. No, estamos hablando acerca de cualquier cosa que te desgaste, te desvíe, o haga que pierdas tu visión. Y cuanto más mayor te hagas, más importante llega a ser este principio, porque entonces te queda menos tiempo. “¿Qué debería hacer cuando estoy siendo asediado?”. En primer lugar, ¡examina tus amistades! ¿De qué manera influyen en tu vida? A continuación, ¡adora al Señor! La adoración te capacita para recuperar tu equilibrio espiritual. Mientras que te centras en Dios, Él inunda tu alma con paz y te devuelve tu estabilidad. Es la mejor terapia. Solamente cuando has estado en una actitud de adoración, estás preparado para experimentar los efectos sanadores de la Palabra de Dios. Si te encuentras cansado de ser importunado, levanta hoy mismo el ánimo y di: “Padre, te adoro. Estoy cansado de estar en esta situación. No me gusta en lo que me estoy convirtiendo. ¡Crea en mí un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!” (Ver Salmo 51:10). ¡Adelante, inténtalo y verás lo que pasa!

lunes, 28 de octubre de 2013

AMAR Y SABER

Romanos 5:6-11 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. —Romanos 5:8 En una novela de Jonathan Safran Foer, uno de los personajes hablaba del edificio Empire State en Nueva York, y dijo: «Conozco este edificio porque lo amo». Esa declaración me hizo pensar en la relación entre el amor y el conocimiento. Cuando amamos algo, queremos saber todo sobre ese objeto. Si amamos un lugar, deseamos explorar cada centímetro. Cuando amamos a una persona, queremos saber todos los detalles de su vida: qué le gusta, en qué ocupa su tiempo, dónde creció, quiénes son sus amigos, en qué cree. La lista es interminable. Sin embargo, algunos queremos que los demás nos amen sin permitir que nos conozcan. Tenemos miedo de que, si nos conocen realmente, no querrán amarnos. No debemos preocuparnos de esto en lo que respecta a Dios. Su amor es ilimitadamente superior al nuestro: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8). Y es más, Él mismo se nos da a conocer. A través de la creación, de las Escrituras y de Jesucristo, Dios revela su carácter y su amor. Como nos ama a pesar de nuestras imperfecciones, podemos confesar nuestras faltas confiadamente. Con Dios, no es necesario temer que se sepa cómo somos. Por esta razón, conocer a Dios es amarlo. No hay mayor gozo que saber que Dios nos ama.

sábado, 26 de octubre de 2013

PERDER Y HALLAR LA VIDA

Lucas 9:18-27 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. —Lucas 9:24 Cuando la Madre Teresa murió, en 1997, la gente volvió a maravillarse ante su ejemplo de servicio humilde a Cristo y a los más necesitados. Pasó 50 años sirviendo a los pobres, los enfermos, los huérfanos y los moribundos a través de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, India. Después de entrevistarla extensamente, el periodista británico Malcolm Muggeridge escribió: «Hoy se habla mucho de descubrir una identidad, como si fuera algo que pueda buscarse, semejante a ganar la lotería; y después, una vez encontrada, acapararla y atesorarla. En realidad, […] cuanto más se gasta, más se enriquece uno. Por eso, la Madre Teresa, al ocultarse, descubre quién es. Nunca conocí a nadie más memorable». Sospecho que muchos tal vez tengamos miedo de lo que pudiera suceder si obedecemos las palabras de Cristo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará» (Lucas 9:23-24). Nuestro Salvador les recordó a sus seguidores que había venido para darnos vida en abundancia (Juan 10:10). Somos llamados a perder nuestra vida por Él, y al hacerlo, descubrimos qué significa vivir con plenitud. Perder la vida por Cristo es hallar una vida plena en Él.

jueves, 24 de octubre de 2013

LOS CRISTIANOS Y EL PREPARARNOS HOY

“ASÍ QUE EL QUE PIENSA ESTAR FIRME, MIRE QUE NO CAIGA” (1 Corintios 10:12) ¡A mayor éxito, mayor tentación! Y la reacción a esa tentación dependerá enteramente de la condición de tu alma en ese momento. Nadie planea fracasar, pero ignorar tu condición espiritual garantiza el fracaso. “¿Qué puedo hacer entonces?”, preguntarás. Empieza a prepararte – ¡ahora! Puedes esperar hasta la noche antes de tu examen del grado final, pero no hay manera de empollar para una evaluación de carácter. Viene como un examen improvisado y, o estás preparado o no lo estás. ¡Niégate a hacer “el viaje” solo! Permitir que otros sepan lo que quieres ser refuerza tu perímetro de protección. Rendir cuentas es un incentivo poderoso para comprobar cualquier comportamiento que te podría descarriar. Y en aquellas ocasiones inevitables en que sí te sales de la línea, el hecho de que alguien más lo sepa y te corrija en ello es un motivador poderoso para ser responsable de tus actos y rectificarlos rápidamente. Pregúntate constantemente: ¿Qué pequeña cosa en mi vida ahora mismo tiene el potencial de ser destructiva? ¿Y quién más lo sabe? Es mejor exponer tus luchas a unas pocas personas quienes realmente se preocupan por ti, que correr el riesgo de estar públicamente al descubierto ante aquellos a los que no les importas “un comino”. De ti depende identificar y vencer a esos “dragoncillos” que tienen el potencial de crecer y herirte no sólo a ti, sino también a quienes ponen en ti su confianza.

domingo, 20 de octubre de 2013

¿QUÉ ES LO QUE LLEVAS CONTIGO?

“ENSÉÑANOS DE TAL MODO A CONTAR NUESTROS DÍAS QUE TRAIGAMOS AL CORAZÓN SABIDURÍA” (Salmo 90:12) En el siglo XIX, ciento treinta y ocho marineros ingleses decidieron explorar el Paso noroeste alrededor del Ártico canadiense hasta el Pacífico. Debió ser un cambio radical en la exploración ártica. Y lo fue, ¡pero no porque ellos tuvieran éxito! Fue por el hecho que ellos perecieron para que los siguientes navegantes aprendieran esta lección: ¡que hay que prepararse para el viaje! Planearon el viaje como para durar dos o tres años, pero llevaron combustible para sólo doce días y no llevaron ropa adecuada. Sin embargo, lo que les faltaba de preparativos lo compensaron con entretenimiento. A bordo tenían una biblioteca de dos mil cuatrocientos volúmenes, instrumentos musicales, cristal tallado, porcelana china y platería para todos. Resulta extraño que estaban mejor condicionados para el té de la tarde que para el Ártico. Pero aun más extraño es que ¡nosotros hagamos lo mismo! Pensamos poco en nuestro destino eterno, pero nos aseguramos que haya diversión con bastantes “juguetes” para “el viaje”. Escucha: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12). Es peligroso asumir que tienes más tiempo. Dios nos ha dado instrucciones claras para “el viaje” y nos dijo lo que debemos llevar: “…amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… (Gálatas 5:22,23). Su Palabra es “nuestro mapa” y su Espíritu es “nuestra brújula”. Escucha: “…va delante de ellas…” (Juan 10:4). Incluso ha ido delante de nosotros para marcar “la ruta” y mostrar “los hitos”. Entonces, ¿qué es lo que “llevas” contigo hoy en día? ¿Cosas materiales? No te dejes engañar; puede que importen ahora, pero no cuando llegues a tu destino. Allí no es importante lo que tienes, sino a Quien conoces. Allí lo que cuenta es ser reconocido por Dios.

sábado, 19 de octubre de 2013

LA PIEDRA COADE

1 Pedro 2:1-10 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa. —1 Pedro 2:4 Por toda Londres, hay estatuas y otros elementos hechos de un material de construcción singular llamado piedra Coade. Desarrollada por Eleanor Coade para su empresa familiar a finales del siglo xviii, esta piedra artificial es virtualmente indestructible y capaz de soportar el paso del tiempo, el clima y la contaminación generada por el hombre. Aunque maravillosa durante la Revolución Industrial, fue sacada de circulación a finales de la década de 1840, después de la muerte de Eleanor, y reemplazada como material de construcción por el cemento Portland. Aun así, hoy todavía permanecen docenas de ejemplos de esta piedra resistente y parecida a la cerámica, que ha soportado el severo entorno londinense por más de 150 años. El apóstol Pablo describió a Jesús como una piedra viva: «Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual…» (1 Pedro 2:4-5). A los ojos de Dios, el sacrificio de la Roca de nuestra salvación es precioso. Cristo es la roca imperecedera sobre la cual el Padre ha construido nuestra salvación, y el único fundamento para una vida con propósito (1 Corintios 3:11). Solo en la medida en que nuestra existencia se construya sobre su fortaleza, seremos capaces de soportar las inclemencias de la vida en un mundo caído. No hay nada que temer si permanecemos cerca de la Roca de los siglos.

jueves, 17 de octubre de 2013

EL TEMOR EN LA BIBLIA Y CUMPLIR CON TU DESTINO

“EN EL DÍA QUE TEMO, YO EN TI CONFÍO” (Salmo 56:3) ¿Acudes todos los días a un trabajo que te pesa o por el que no tienes ninguna pasión? ¿Tienes miedo a probar algo nuevo por si fallas, pareces un tonto o no puedes ganarte la vida? ¡Eh!, ¿has incluido a Dios en esta ecuación? David dijo: “En el día que temo, yo en Ti confío” (Salmo 56:3). O quizás tienes miedo del éxito, porque entonces las presiones aumentan ya que los demás esperan más de ti y, cuanto más alto subas, de más altura caerás. Algunos, antes de hacer cualquier decisión, quieren una garantía acorazada de que todo irá de acuerdo con sus planes; así que se quedan donde estaban – ¡y se estancan! ¡Son los que nunca van a ninguna parte sin un paracaídas, un encendedor, una botella de agua caliente y un termómetro! El crecimiento implica riesgo; el riesgo implica miedo – y el miedo distorsiona tu imagen de Dios. El miedo te dice que no estás en manos seguras, que Él no es lo suficientemente grande como para cuidar de ti. ¿Cómo lo sabrás, si no atraviesas tus miedos y descubres lo que Dios tiene para ti tras ellos? Al final del día todos nuestros “Y si…” se convierten en “Lo que hubiera podido ser…”. Cuando te rindes al miedo, acabas en un sillón confortable enfrente de la televisión preguntándote: ¿Qué hubiera logrado si tan sólo hubiera confiado más en Dios? David tiene la respuesta; escucha: “En el día que temo, yo en Ti confío” (Salmo 56:3). De manera que, ¡empieza a moverte! No dejes que el miedo te robe tu destino – ¡eso es un precio demasiado alto!

miércoles, 16 de octubre de 2013

EL AMOR ES LO QUE MAS IMPORTA - 1ra. PARTE

“…QUE ANDÉIS EN AMOR…” (2 Juan 6) Porque Dios es amor, ¡amando es como nos parecemos más a Él! Desde la perspectiva de Dios, la vida sin amor no tiene valor. Pablo escribió: “Si yo hablara lenguas humanas y angélicas… y no tengo amor, nada soy” (1 Corintios 13:1,2). Y el amor no se puede aprender en la soledad. Tienes que estar con la gente – gente irritante, imperfecta y frustrante. A veces actuamos como si las relaciones fueran algo que ha de estar apretujado en nuestro horario. Hablamos de buscar tiempo para nuestros hijos, o hacer un hueco para aquellos que nos importan. ¡No es así! Jesús resumió lo que más importa con dos declaraciones poderosas: “Amarás al Señor tu Dios… y… a tu prójimo…” (Mateo 22:37,39). Las relaciones, y no las cosas, son lo que realmente importa. De manera que, ¿por qué seguimos permitiendo que nuestras relaciones sean lo menos importante? Porque cuando nuestras vidas se sobrecargan, empezamos a recortar racionalmente el tiempo, la energía y la atención que las relaciones amorosas requieren. Nos preocupamos demasiado de ganarnos la vida, pagar las facturas y lograr nuestros objetivos, como si estos fueran el propósito de nuestra vida. ¡No lo son! El propósito de nuestra vida es aprender a amar – a Dios y a los demás. ¡La vida menos el amor es igual a cero! La madre Teresa de Calcuta dijo: “No es lo que haces, sino cuánto amor pones en ello lo que importa”. El amor es el secreto de un patrimonio duradero. En nuestros momentos finales todos nos damos cuenta de que las relaciones son la esencia de la vida. La sabiduría es aprender esa verdad cuanto antes. ¡No esperes hasta que sea demasiado tarde para darte cuenta de eso!

lunes, 14 de octubre de 2013

BELLÍSIMA POR DENTRO

Romanos 8:1-11 … el ocuparse del Espíritu es vida y paz. —Romanos 8:6 Es una casa bastante sencilla junto a una carretera muy transitada. Al carecer de rasgos distintivos, es fácil no prestarle atención. Pero el otro día, cuando pasé por allí, vi un cartel en el jardín: «Se vende», al cual estaba pegado otro aviso más pequeño que anunciaba con agrado: «Es bellísima por dentro». Aunque no tengo interés en comprar otra casa, el cartel me llamó la atención. ¿Qué podría convertir esta casa supuestamente intrascendente en bellísima por dentro? También me llevó a preguntarme: ¿Podría ese cartel aplicarse a nosotros como seguidores de Cristo? Piénsalo. Sin importar cuál sea nuestro aspecto exterior, deberíamos tener una belleza interior que revele el amor de Dios y su obra en nuestra vida? ¿Qué dice la Biblia sobre la belleza interior? Podemos empezar con Romanos 7:22: «Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios». Algunos versículos más adelante, en Romanos 8:6, Pablo habla de una mente controlada por el Espíritu, caracterizada por tener «vida y paz». En Gálatas, vemos que permitir que el Espíritu controle nuestro ser interior producirá el «fruto del Espíritu» (5:22), un hermoso racimo de cualidades, tales como amor, gozo, paz, paciencia y benignidad. Deleitarnos en las Escrituras y permitir que el Espíritu obre en nuestro corazón nos hará bellos interiormente… y dará como resultado una vida que honra a Dios. La rectitud de corazón produce belleza de carácter.

sábado, 12 de octubre de 2013

LA INSPIRACION DE LOS FIIPENSES

“Gracias a mis cadenas, ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el Señor, se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios.” Filipenses 1:14 Hoy la mayoría de los chicos en Argentina quieren ser como Messi, meter dos o tres gambetas, un par de goles y llenarse de dinero y fama. Y muchos padres alientan a sus hijos a hacerlo para salvarse de por vida. Claro, todos ven hoy los millones que el muchacho embolsa por mes, y solo consideran eso como inspiración para alcanzar. Pero no miden los costos realizados, ni las chances de fracasar que tuvo. De todas maneras, creo que todos en algún momento de la vida, soñamos con un minuto de gloria y aplauso. Cuando crecemos un poco, nuestros objetivos a imitar se reducen o limitan. Nuestra inspiración se ve socavada por la realidad perdedora que marca nuestras vidas comunes y que nos encasilla en la media generalizada. Difícilmente logremos destacarnos en algo. Somos uno más del curso que estudia, somos uno más en el trabajo, somos uno más en el equipo, pero nunca la estrella. Entonces, limitamos nuestros sueños a nuestros fracasos y bajamos los brazos. ¿Quién fue el último que te inspiró para hacer algo grande y maravilloso? Tal vez tengamos que escarbar mucho en la memoria para responder esto. Cuando leía este pasaje, me maravillo la simpleza y la grandeza de los cristianos de Filipo. Ellos estaban motivados. Eran unos leones predicando el evangelio. Una iglesia explosiva y creciente. No tenían multimedia, ni pagina WEB, no tenían grandes músicos, ni predicadores famosos, no tenían campañas publicitarias ni genios gráficos. Tenían solamente dos cosas: Tenían pasión por Jesucristo, estaban encantados de ser cristianos y agradecidos por la salvación. Los perseguían, se quedaban sin trabajo, los golpeaban en las esquinas, pero ellos estaban enamorados de Jesucristo. Lo segundo que tenían era una inspiración gigantesca en Pablo. Un predicador que había estado en su ciudad un tiempo corto, y que estaba preso. Visto de esta manera, no era ejemplo de nada. Sin embargo, para ellos era una motivación enorme verlo y querían imitarlo. No se preocupaban por el auto de moda, por la remera de marca, por el partido de Fútbol. Su obsesión era Jesucristo e intentan imitar a quien los inspiraba: el apóstol Pablo. Pasaron dos mil años, y la pregunta es obligada. ¿Tu hoy inspiras a alguien a seguir a Jesucristo? ¿Motivas a alguien para que ame y se enamore de Cristo? REFLEXIÓN – Ellos imitaban a Pablo, ¿ Y tu a quien inspiras?

miércoles, 9 de octubre de 2013

DESAFÍO PELIGROSO

Lectura: 2 Crónicas 20:1, 15-22 … no es vuestra la guerra, sino de Dios. —2 Crónicas 20:15 Mientras millones de personas miraban por televisión, Nik Wallenda cruzaba las Cataratas del Niágara sobre un cable de 540 metros de largo y solo unos 13 centímetros de diámetro. Tomó todas las precauciones posibles, pero además del drama y del peligro de la altura y las aguas rugientes, una espesa niebla le dificultaba la visión, el viento le complicaba el equilibrio y el rocío que levantaba la catarata le impedía afirmar bien los pies. En medio de estos peligros (y quizá debido a ellos), confesó que «oró mucho» a Dios y lo alabó. Los israelitas también alabaron a Dios en medio de un desafío peligroso: un grupo numeroso de guerreros se había reunido para pelear contra ellos (2 Crónicas 20:2). Después de pedirle humildemente ayuda al Señor, el rey Josafat designó a un coro para que marchara delante del ejército israelita. Estos adoradores cantaban: «Glorificad al Señor, porque su misericordia es para siempre» (v. 21). Cuando empezaron a cantar, Dios hizo que las fuerzas enemigas se atacaran y destruyeran entre sí. Alabar a Dios en medio de un desafío tal vez signifique dejar de lado nuestros instintos naturales. Tendemos a protegernos, preocuparnos y aplicar estrategias; sin embargo, la adoración puede proteger nuestro corazón de los pensamientos inquietantes y la dependencia propia. Nos recuerda la lección que aprendieron los israelitas: «… no es [nuestra] la guerra, sino de Dios» (v. 15). No importa qué esté por delante, Dios siempre está por detrás de nosotros.

lunes, 7 de octubre de 2013

¡CRISTIANO, HAZLO A LA MANERA DE DIOS!

“TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE” (Filipenses 4:13) Este versículo tan citado no significa que puedas hacer todo lo que quieras, ni tampoco lo que otros hacen. No, Pablo dijo que puedes hacer cualquier cosa que Dios te ha asignado que hagas, porque con la tarea viene también la capacidad. De hecho, este versículo te enseña a mantenerte dentro de los límites de lo que Dios te ha llamado a hacer y a no intentar de embarcarte en cosas que no son parte de su voluntad para ti. Eso no es negativamente; ¡es sabiduría divina! Dios quiere que le mires a Él para encontrar respuestas, no a los demás. Eso no significa que no puedas aprender de otros, sino que el plan que te va a llevar al éxito ¡tiene que provenir sólo de Dios! Él tiene un plan único para ti. Acéptalo, si no, ¡vas a vivir en frustración constante! Juan dijo: “No puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo” (Juan 3:27). Lee los versículos anteriores; algunos de los discípulos de Juan el Bautista se estaban preocupando porque Jesús bautizaba también, y las multitudes le estaban dejando a Juan y yéndose en masa a Jesús. Si Juan no hubiera estado seguro en su propia identidad y de su llamado, hubiera podido sentir temor, celos y competencia. ¡Pero no Juan! No, él manifestó una actitud distinta, una que todos debemos apropiar. Escucha: “No puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo. Por eso, mi gozo está completo” (Juan 3:27,29). ¡Lo mismo cuenta para ti también!

¿ERES HOSPITALARIO?

“HOSPEDAOS LOS UNOS A LOS OTROS SIN MURMURACIONES” (1 Pedro 4:9) Cierta familia que tenía invitados a cenar le pidió a la hija de 5 años que diera las gracias. Perpleja, la niña preguntó: “¿Qué voy a decir?”. Su madre le respondió: “Simplemente di lo que yo digo siempre”. Así que, inclinando la cabeza, la niñita oró así: “Señor, ¿pero por qué tuve que invitar a esta gente a cenar?”. Seamos sinceros, ¡la hospitalidad es un trabajo duro! ¡Requiere sacrificio! A pesar de todo, debes hacerlo “…sin murmuraciones…” (1 Pedro 4:9), cordialmente y con gentileza, sin quejarte, representándolo a Él. ¿A quién? ¡A Dios! Eso cambia las cosas, ¿verdad? Pablo escribió: “…practicad la hospitalidad” (Romanos 12:13). Pedro escribió: “Hospedaos… [hospedad... con afecto fraternal... a huéspedes desconocidos... a los extranjeros, a los pobres y a todos los demás]” (1 Pedro 4:9). ¿Has invitado a cenar a algunas personas desconocidas, extranjeros, o gente pobre recientemente? Hace poco, cierto hombre hizo una encuesta en las iglesias y escribió a un columnista de consejos espirituales, diciendo: “De las ciento noventa y cinco iglesias que visité, sólo -aparte del encargado de dar la bienvenida- me dirigieron la palabra en una, ¡y eso fue para pedirme que quitara los pies de en medio!”. Es fácil brindar hospitalidad a personas que conoces, pero Jesús dijo: “Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” (Mateo 5:46). Entonces, ¿qué hay de aquellos que no conoces, y de los que no encajan en tu círculo social? Claro que puedes encontrar excusas… estás demasiado ocupado, no quieres involucrarte, y te sientes incómodo con los desconocidos. Pero Dios dice que eres su representante; eso significa: (a) Sacrificar tu agenda personal (b) Dar de tu tiempo y de tu dinero (c) Aventurarte con gente que no conoces, o que ni siquiera te gusta (d) Ver a otros con los ojos del Señor. Así que, ¿eres hospitalario?

domingo, 6 de octubre de 2013

EL REGALO DE LA PRESENCIA

Juan 11:14-27 Y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. —Juan 11:19 Hay dos lecturas en principio sobre este tema: 1)La presencia consoladora,alguien comentó: Hace varios años, cuando empecé a trabajar como gerente de recursos humanos de una empresa, asistí al funeral de un empleado de larga data al que nunca había conocido. Los compañeros de trabajo de este albañil lo querían mucho; sin embargo, solo unos pocos fueron a ver a la viuda. Escuché que alguien trataba de consolarla diciendo que muchas personas no se acercan porque tienen miedo de decir o hacer algo que entristezca más a los familiares. No obstante, en momentos de angustia, las personas casi nunca recuerdan lo que decimos. De lo que más se acuerdan es que estuvimos allí. Los rostros conocidos brindan una fortaleza indescriptible y consuelan frente a los profundos sentimientos de pérdida que uno experimenta. Este «regalo de la presencia» es algo que todos somos capaces de ofrecer, aunque no sepamos qué decir o nos sintamos incómodos. Marta y María estaban rodeadas de amigos y dolientes que las consolaban cuando murió su hermano Lázaro (Juan 11:19). Más tarde, Aquel a quien más deseaban ver, Jesús, llegó y lloró con ellas (vv. 33-35). La gente exclamó: «Mirad cómo le amaba» (v. 36). Ante cualquier clase de pérdida, Cristo siempre nos consuela con su presencia, y nosotros podemos compartir en gran medida su compasión mediante el simple regalo de acompañar con nuestra presencia a los que sufren. A menudo, el mejor consuelo es estar presente. Y 2)Lo que más impacta es la declaración de ésta mujer verso 21 "Si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto" En esa ocasión y debido a sus limitaciones Jesús no podía todavía estar en todos lados al mismo tiempo (aunque no dejó de resolver ningún problema que se le presentara), sólo que quizás tenían que tener un poco de paciencia. Repito, Marta le dice: "Si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto" Qué está diciendo? Está dando a entender la importancia de la presencia de Dios en nuestra vida, familia y hogar..., y cuando digo presencia, no hablo de cuadros, estatuas, Biblias o estampitas, estoy hablando de la presencia gloriosa del Espíritu Santo en Espíritu y verdad, como Él prometió " El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él(Juan 14:21)". Asegurémonos de tener la presencia del Señor en nuestras vidas siempre para no sufrir pérdidas de ningún tipo. Gracias a Dios.

jueves, 3 de octubre de 2013

LA FORMULA DE LA TRIPLE "A"

“…SI HAY… ALGO DIGNO DE ALABANZA, EN ESTO PENSAD” (Filipenses 4:8) Considerar lo que nos va bien en la vida es una buena forma de mantener una actitud de agradecimiento. Cuando un accidente dejó a Will Mitchell con quemaduras que le desfiguraron, decidió centrarse en la vida, y no en las heridas. Se embarcó en una carrera profesional exitosa, y aunque había perdido los dedos, completó el entrenamiento para pilotar una avioneta. Luego, volando entre Colorado y California, el hielo en las alas hizo que se estrellara. Paralizado de la cintura para abajo (¡y tú pensabas que tenías problemas!), Mitchell se deprimió por tener que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas. Mientras estaba en rehabilitación, una amiga le llamó para animarle y le dio el mismo consejo que él le había dado a ella anteriormente: No importa lo que te pase, ¡lo importante es lo que decides hacer con ello! La Biblia dice: “…si hay… algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). O bien puedes decidir quedarte estancado en el problema o considerar las posibilidades. Mitchell hizo lo último y adoptó la fórmula de la triple ‘A’: (a) Adaptarte a lo que ha ocurrido; (b) Apreciar lo que puedes aprender de ello; (c) Aceptar las oportunidades que presenta. Desde entonces, Will Mitchell se convirtió en político, encontró el amor y ha dado charlas de motivación en la radio y la televisión. Dice: “Antes de estar paralizado había diez mil cosas que podía hacer; ahora hay nueve mil. ¿Tengo que concentrarme en las mil cosas que no puedo hacer o en las nueve mil formas en las que la vida es buena todavía? Alégrate; hay un propósito para tu problema, ¡y uno aun mayor más allá de él!

miércoles, 2 de octubre de 2013

LO PRIMERO ES LO PRIMERO

“…ME PUSIERON A CUIDAR LAS VIÑAS, MAS MI VIÑA, QUE ERA MÍA, NO GUARDÉ” (Cantares 1:6b) Tony Campolo escribió: “Cuando aún estaba creciendo, conocí un hombre que significó mucho para mí. Era Edwin Bailey. Él dirigía el observatorio astronómico del Instituto Franklin en Filadelfia. Yo solía ir allí casi todos los sábados sólo para estar con él. Su mente enciclopédica me fascinaba. Él sabía algo acerca de todo. Fuimos amigos hasta que murió hace algunos años. Una vez, después de que él había sufrido una embolia grave, fui al hospital a visitarle. En un esfuerzo para que él hablara poco, le conté de todos los sitios donde había estado dando conferencias y que había ido a visitarle nada más que llegar al aeropuerto. Él escuchaba todo. Entonces, mirándome de manera inquisitiva, me preguntó: `Vas alrededor del mundo a encontrarte con gente que probablemente dentro de diez años te habrá olvidado, pero ¿te estás tomando tiempo para aquellos que realmente te importan?’. Aquella pregunta cambió mi vida. He decidido no gastar mi tiempo con gente para los que no soy importante mientras dejo de lado a aquellos para los que soy irreemplazable. Hace poco, un amigo pastor fue invitado a la Casa Blanca para aconsejar al presidente, todo un honor. Pero él dijo: `No’, porque había prometido ir a una pequeña final de liga en la que su hijo jugaba béisbol ese día. La nación y el presidente sobrevivieron estupendamente sin él. Su hijo, sin embargo, nunca se sintió tan querido y valorado como aquel día”. ¿Caes en la cuenta? ¡Entonces empieza a practicar que lo primero es lo primero!

lunes, 30 de septiembre de 2013

SOMOS AMIGOS DE DIOS

“OS HE LLAMADO AMIGOS” (Juan 15:15) El cuarto paso para desarrollar tu amistad con Dios es: ¡elegir obedecerlo! Normalmente pensamos en la obediencia como una característica de la relación con nuestros padres, un jefe o un oficial de rango superior, pero no con un amigo. Pero Jesús dijo: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que Yo os mando” (Juan 15:14). La verdadera amistad no es pasiva; actúa. Cuando Jesús nos pide que amemos a los demás, ayudemos a los necesitados, ofrendemos, mantengamos limpias nuestras vidas, perdonemos, y traigamos otros a Él, ¡el amor nos motiva a obedecer inmediatamente! Las grandes oportunidades llegan, normalmente, una sola vez en la vida, pero las pequeñas nos rodean todos los días. Por medio de actos de obediencia sencillos colocamos una sonrisa en el rostro de Dios. ¡Él valora la obediencia mucho más que tanta devoción religiosa! Escucha: “se complace el Señor” en la obediencia Mejor es obedecer” (1 Samuel 15:22). Al principio del ministerio público de Jesús, Dios anunció: “Este es mi Hijo amado, en Quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). ¿Qué estuvo haciendo Jesús durante treinta años para agradar a Dios? La Biblia menciona: “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz² (Filipenses 2:8). Treinta años agradando a Dios se resumieron en dos palabras: ¡”haciéndose obediente”! ¿Y sabes qué? ¡La relación que Jesús tuvo con su Padre es la que Él quiere que tú tengas con Él! “…OS HE LLAMADO AMIGOS..” (Juan 15:15) ¡Debes desear la amistad con Dios más que cualquier otra cosa! La Biblia está llena de ejemplos acerca de esto. David deseó conocer a Dios más que nada en el mundo. Usaba palabras como: desear, anhelar¹, estar sediento¹ y tener hambre¹. Escucha: “Una cosa he demandado al Señor, esta buscaré: que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida” (Salmo 27:4). De nuevo dijo: “…mejor es tu misericordia que la vida…” (Salmo 63:3). El deseo de Jacob era tan intenso, que luchó con Dios toda la noche. Escucha: “No te dejaré, si no me bendices” (Génesis 32:26). Lo más sorprendente es que Dios todopoderoso dejó ganar a Jacob. ¿Por qué? Porque la lucha requiere contacto personal, y esto nos acerca a Él. Pablo era otro hombre apasionado por tener amistad con Dios. Nada le importaba más. Escucha: “Quiero conocerlo a Él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a Él en su muerte: (Filipenses 3:10). La amistad con Dios es una elección, no casualidad. Debes buscarlo intencionalmente. Eso significa contestar a estas preguntas: ¿Lo valoro más que ninguna otra cosa? ¿Compensa abandonar otras cosas? ¿Merece la pena cultivar los hábitos y aptitudes necesarios? ¿Vale la pena orar: ³Señor, más que ninguna otra cosa, quiero conocerte²? La respuesta de Dios a esa oración ha sido siempre: ³Me buscaréis y Me hallaréis, porque Me buscaréis de todo vuestro corazón² (Jeremías 29:13).

domingo, 29 de septiembre de 2013

SENDERO DE SABIDURIA

Salmo 38:1-15 Porque en ti, oh Señor, he esperado; tú responderás, Señor Dios mío… —Salmo 38:15 A Albert Einstein se lo oyó decir: «Solo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, y no tengo ninguna duda sobre esta última». Lamentablemente, parece que con suma frecuencia no hay límite para nuestra necedad… o para el daño que hacemos con nuestra insensatez y las decisiones que genera. Una etapa de remordimiento de esta clase llevó a David a expresar en el Salmo 38 su lucha y su queja a Dios. Mientras describía sus fracasos, así como las consecuencias dolorosas que padecía a causa de ellos, el pastor y rey hizo una profunda reflexión: «Mis llagas hieden y supuran. A causa de mi necedad,…» (v. 5 lbla).Aunque el salmista no da detalles sobre sus decisiones ni sus heridas en creciente deterioro, una cosa está clara: David reconocía que su necedad era la raíz del problema. La respuesta a tal insensatez destructiva es abrazar la sabiduría de Dios. Proverbios 9:10 nos recuerda: «El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santo es inteligencia». Solo si permitimos que Dios nos transforme, podremos evitar las decisiones insensatas que causan tantos problemas. Su guía amorosa nos llevará a seguir el sendero de la sabiduría que agrada a Dios. Dios da sabiduría a quienes se la piden humildemente.

viernes, 27 de septiembre de 2013

LAS 6 COSTUMBRES DE LA GENTE REALMENTE FELIZ

“HACED COMPLETO MI GOZO SIENDO DEL MISMO SENTIR… CONSERVANDO EL MISMO AMOR…DEDICADOS A UN MISMO PROPÓSITO” (Filipenses 2:2) Alguien dijo: “Si quieres ‘romper’ un mal hábito, ¡‘tíralo’ simplemente!”. Y podríamos añadir: “Reemplázalo con una costumbre mejor”, tal como: (1) La aceptación (2) La motivación (3) El escuchar (4) El respeto (5) El apoyo (6) La confianza Si piensas que esto suena más fácil de lo que es en realidad, ¡tienes razón! Pero a continuación presentamos unos pasos “para principiantes” que puedes tomar para hacer que funcione: (a) Estés donde estés, ¡estate allí! Pregúntate: ¿Animo a los demás? ¿Apoyo sus decisiones? ¿Escucho con atención? ¿O simplemente asiento con la cabeza mientras todo entra por un oído y sale por el otro?”. Pablo dijo: “Nada hagáis por… vanidad... No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás” (Filipenses 2:3,4). Siéntate y céntrate en otros sin la interrupción de teléfonos, móviles, TV y demás distracciones. Te asombrará ver lo bien que se siente uno al desarrollar esta costumbre. (b) ¡Visualiza tu nuevo “yo”! Es más fácil practicar el pensar bien que pensar en cómo actuar. Crecerás más rápidamente cuando desarrolles una imagen mental de ti mismo como alguien que ya está practicando estas costumbres. (c) ¡Elige tus batallas! Antes de culpabilizar, quejarte, criticar, fastidiar, amenazar, castigar o sobornar, pregúntate a ti mismo: ¿Qué importancia tiene este asunto en el cuadro total? Entonces, ¿qué pasa si las camas no están hechas a la perfección, o si la cena está lista un poco más tarde? ¿Merece la pena dañar las relaciones por ello? (d) ¡Hazte esta pregunta importantísima! Cuando no estás seguro de cómo manejar una situación, pregúntate: ¿Qué haría Jesús? Y entonces, ¡hazlo!

jueves, 26 de septiembre de 2013

33 VERSÍCULOS DE LA BIBLIA ACERCA DEL DOMINIO PROPIO Y LA AUTODISCIPLINA

33 Versículos de la Biblia acerca del dominio propio y la Autodisciplina Hebreos 12:11 NVI Por el momento, ninguna disciplina parece ser doloroso y no agradable, pero después da fruto apacible de justicia a los que han sido entrenados por ella. Proverbios 25:28 NVI Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda. 1 Corintios 9:24-27 NVI ¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Cada atleta ejercita el autocontrol en todas las cosas. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que yo no corro sin rumbo, yo no hago la caja como a la ventura. Sino que golpeo mi cuerpo y mantenerlo bajo control, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1 Corintios 09:27 NVI Sino que golpeo mi cuerpo y mantenerlo bajo control, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Gálatas 5:22-23 NVI Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 2 Timoteo 1:07 NVI Porque Dios nos ha dado un espíritu no de miedo, sino de poder, de amor y de dominio propio. Proverbios 13:04 LBLA El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada. Tito 2:11-14 ESV Por la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad ya los deseos mundanos, ya vivir una vida libre, justa y piadosa en la edad presente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación del gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien dio su vida por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Tito 2:12 NVI Enseñándonos que, renunciando a la impiedad ya los deseos mundanos, y vivir una vida libre, justa y piadosamente en este siglo, Proverbios 15:32 LBLA El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento. Tito 1:8 ESV Sino hospedador, amante del bien, sensato, justo, santo y disciplinado. 2 Crónicas 15:07 ESV Pero tú, toma coraje! No deje que sus manos se debiliten, será recompensado por su trabajo “. 1 Corintios 09:25 NVI Cada atleta ejercita el autocontrol en todas las cosas. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Proverbios 13:18 LBLA Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección recibirá honra. Hebreos 13:05 NVI Mantenga su vida libre del amor al dinero, contentos con lo que tenéis, porque ha dicho: “Nunca te dejaré ni te abandonaré.” Proverbios 13:24 LBLA El que detiene el castigo, a su hijo aborrece: Mas el que lo ama, desde temprano lo disciplina. Gálatas 5:23 ESV Mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Romanos 8:18 NVI Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria que ha de ser revelada. Proverbios 29:17 LBLA Disciplina a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu corazón. Proverbios 22:06 LBLA Instruye al niño en el camino que debe seguir, aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Efesios 6:04 NVI Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor. Proverbios 15:05 LBLA El necio menosprecia el consejo de su padre, el que atiende a la reprensión es prudente. Hebreos 12:1-29 NVI Por lo tanto, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, vamos a despojémonos también de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el fundador y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y está sentado a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no se canse hasta desmayar. En su lucha contra el pecado que aún no habéis resistido hasta el punto de derramar su sangre. Y has olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos? “Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni te fatigues cuando reprendió por él. … Hechos 24:25 ESV Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. 1 Timoteo 3:02 NVI Por lo tanto, un obispo debe ser irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, Proverbios 29:15 LBLA La vara y la corrección dan sabiduría, pero el muchacho consentido avergonzará a su madre. Proverbios 18:09 LBLA También el que es negligente en su trabajo Es hermano del hombre disipador. Daniel 1:1-21 NVI En el tercer año del reinado de Joacim rey de Judá, Nabucodonosor rey de Babilonia vino a Jerusalén, y la sitió. Y el Señor le dio a Joacim rey de Judá en mano, con algunos de los utensilios de la casa de Dios. Y él los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los vasos en el tesoro de su dios. Entonces el rey mandó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, tanto de la familia real y de la nobleza, los jóvenes sin mancha, de buena apariencia y enseñados en toda sabiduría, dotados de conocimiento, entendiendo el aprendizaje, y competente para estar en el palacio del rey, y para enseñarles la literatura y la lengua de los caldeos. El rey les asignó una ración diaria de la comida que el rey comía, y del vino que él bebía. Ellos debían ser educados durante tres años, y al final de ese tiempo estaban en pie delante del rey. … 2 Timoteo 2:1-6 NVI Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2:2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 2:5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 2:6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 2 Corintios 4:17 NVI Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; Mateo 18:15-17 NVI Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. Gálatas 5:13 ESV Porque habéis sido llamados a la libertad, hermanos. Solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Éxodo 21:01 NVI “Estas son las reglas que pondrás delante de ellos.