lunes, 31 de marzo de 2014

DÍA DEL TULIPÁN

Mateo 6:25-34 Considerad los lirios del campo, […] pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. —Mateo 6:28-29 Muchos países celebran el Día del Tulipán para dar la bienvenida a la primavera. Cuando pienso en los tulipanes, suelo asociarlos con Holanda, pero el cultivo comercial de esta flor empezó en Medio Oriente. En la actualidad, se cultivan en todas partes. Se calcula que unas 109 especies adornan ahora parques, lugares públicos y jardines particulares en todo el mundo. El otoño pasado, planté algunos bulbos de tulipán y, varios meses después, brotaron con colores brillantes que anunciaban la llegada de la primavera. Me recordaron que el verano se acercaba y que, con él, llegarían más flores para deleitar la vista. Para mí, las flores son recordatorios maravillosos de la gracia de Dios en nuestra vida. El Señor utilizó los lirios del campo para recordarnos que nuestro Padre celestial suple nuestras necesidades. En su gran Sermón del Monte, declaró: «Considerad los lirios del campo […]; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. […] ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?» (Mateo 6:28-30). Los tulipanes nos avisan que el invierno terminó y que empieza la primavera. Pero como sucede con los lirios del campo, también nos hacen recordar a Aquel de quien podemos depender para la provisión de alimentos, ropa y morada. Si Jesús se ocupa de las flores y los pájaros, sin duda, se ocupa de ti y de mí.

domingo, 30 de marzo de 2014

CORDONES BIEN ATADOS...

Josué 7:1-12 Sin embargo, […] Acán […] guardó para sí parte del botín… —Josué 7:1 Las acciones de una persona pueden afectar a un grupo completo. Esta verdad se transformó en una realidad para el periodista Sebastián Junger cuando siguió a un pelotón de soldados. Junger observó que un soldado se arrimó a otro que arrastraba los cordones de las botas por el suelo. No lo encaró porque le preocupara su aspecto, sino porque los cordones desatados ponían en peligro a todo el grupo. Probablemente, trastabillaría y se caería en un momento crucial. El periodista se dio cuenta de que el problema de uno afecta a todos. Acán tenía «los cordones de las botas desatados», y su historia nos enseña que el pecado nunca es algo privado. Después de la gran victoria en Jericó, Dios instruyó específicamente a Josué sobre qué hacer con la ciudad y el botín (Josué 6:18). El pueblo debía abstenerse de tomar lo «destinado al exterminio», y poner todo el oro y la plata porque le «pertenecen al Señor» (vv. 18-19 nvi). Pero desobedecieron la orden (7:1). Lo interesante es que no todo Israel pecó, sino solamente una persona: Acán. Pero sus acciones afectaron a todos y deshonraron a Dios. Como seguidores de Cristo, nos pertenecemos los unos a los otros, y nuestro comportamiento personal puede impactar a todo el cuerpo y afectar el nombre del Señor. «Atémonos los cordones» para que, en forma individual o conjunta, honremos a Dios como Él merece. Los pecados privados tendrán inevitablemente consecuencias públicas.

sábado, 29 de marzo de 2014

EL BRAZO PODEROSO

Éxodo 6:1-8 … os redimiré con brazo extendido… —Éxodo 6:6 Mi amiga Joann deseaba profundamente convertirse en concertista de piano, y viajar y tocar como solista o acompañante. Mientras estudiaba en la universidad para obtener su título, desarrolló una tendinitis en el brazo derecho, lo cual hizo que perdiera fuerza y no pudiera cumplir con el recital obligatorio como solista. Entonces, terminó graduándose como profesora de historia y literatura de la música. Ella había aceptado a Cristo como Salvador, pero estuvo rebelada contra Él durante varios años. Más tarde, otras circunstancias difíciles hicieron que sintiera que el Señor estaba buscándola, y volvió a Él. Con el tiempo, su brazo recuperó la fuerza y pudo cumplir su sueño de viajar y tocar el piano. Declara: «Entonces, pude tocar para la gloria de Dios y no la mía. Su brazo extendido restauró mi vida espiritual y la fuerza en mi brazo para permitirme servirlo con el talento que Él me dio». El Señor le prometió a Moisés que su brazo extendido rescataría a los israelitas de la esclavitud en Egipto (Éxodo 6:6), y cumplió su promesa a pesar de las dudas de su pueblo, a menudo rebelde (14:30-31). El brazo poderoso de Dios también se extiende hacia nosotros. Independientemente del resultado de lo que estemos atravesando, podemos confiar en que Él cumplirá su voluntad en cada uno de sus hijos. Podemos depender del brazo poderoso de Dios. Con la fortaleza de Dios detrás de ti y sus brazos debajo, puedes enfrentar todo lo que esté por delante.

viernes, 28 de marzo de 2014

UNA CARTA DE C.S. LEWIS

1 Juan 2:9-17 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. —1 Juan 2:12 En septiembre de 1961, un alumno de una escuela secundaria de Nueva York le escribió a C. S. Lewis a Inglaterra. El joven había leído un libro suyo, Cartas del diablo a su sobrino, y le preguntó al autor: «Cuando escribió ese libro, ¿Satanás lo puso en dificultades? Y si lo hizo, ¿cómo las enfrentó?». Tres semanas después, Lewis le contestó afirmando que todavía tenía muchas tentaciones y que, al enfrentarlas, «quizá […] lo más importante es seguir avanzando; no desanimarse aunque uno se rinda muchas veces, sino volver a levantarse siempre y pedir perdón». Las cartas de Juan, en el Nuevo Testamento, están repletas de ánimo para perseverar frente a la tentación: «Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno…» (1 Juan 2:12-13). Sea cual sea nuestra edad o experiencia, participamos juntos en una batalla espiritual. «Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (v. 17). ¡Aferrémonos al Señor y sigamos avanzando! Para controlar la tentación, deja que Cristo te controle a ti.

jueves, 27 de marzo de 2014

LA OBEDIENCIA ES ADORACIÓN

1 Samuel 15:13-23 … Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios… —1 Samuel 15:22 En un viaje que hice con un coro de una escuela secundaria cristiana, me encantaba ver a los alumnos alabando a Dios con cánticos de adoración en las iglesias que visitamos. Lo que sucedió fuera de una reunión fue aun mejor. Un día, vieron que una mujer no tenía dinero para comprar combustible; entonces, espontáneamente, sintieron que Dios los guiaba a recolectar dinero. Pudieron darle suficiente como para que llenara el tanque varias veces. Una cosa es adorar y alabar a Dios en la iglesia, pero otra muy distinta es trasladarse al mundo real y hacerlo mediante la obediencia cotidiana. El ejemplo de los estudiantes nos lleva a pensar en nuestra vida: ¿limitamos la adoración a la iglesia o seguimos practicándola al obedecerlo cada día y buscar oportunidades de servicio? En 1 Samuel 15, vemos que el Señor le pidió a Saúl que hiciera algo; sin embargo, cuando analizamos su proceder (vv. 20-21), descubrimos que usó la adoración (el sacrificio) como una excusa para desobedecerlo. Dios respondió: «… Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios…» (v. 22). Está bien adorar en la iglesia, pero pidámosle a Dios que nos muestre cómo seguir alabándolo como merece con nuestra obediencia. Nuestra adoración no debe limitarse a horarios o lugares, sino ser una forma de vida.

miércoles, 26 de marzo de 2014

UNA SALVACIÓN SEGURA

Romanos 10:8-15 Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. —Romanos 10:9 Se cuenta que la Reina Victoria de Inglaterra se conmovió profundamente durante un culto en una iglesia. Después, le preguntó al capellán: «¿Puede uno estar absolutamente seguro en esta vida de la salvación eterna?». Él no supo responderle, pero un evangelista llamado John Townsend se enteró de la pregunta de la reina y, después de orar mucho, le envió una nota: «Con manos temblorosas, pero con un amor profundo, y porque sé que podemos estar absolutamente seguros hoy de nuestra vida eterna en el hogar que Jesús fue a preparar, ¿podría solicitar a su amabilísima Majestad que leyera los siguientes pasajes de las Escrituras: Juan 3:16; Romanos 10:9-10?». Dos semanas después, el evangelista recibió esta carta: «… En oración y cuidadosamente, he leído las porciones de las Escrituras que mencionó. Creo en la obra consumada de Cristo a mi favor y, por la gracia de Dios, confío en que lo encontraré a usted en aquel hogar del cual el Señor declaró: “voy, pues, a preparar lugar para vosotros”». —Victoria Guelph Townsend estaba convencido de que, en esta vida, podemos tener seguridad de la salvación eterna (v. 9), y le interesaba que otros también la tuvieran. Considera qué significan Juan 3:16 y Romanos 10:9-10 en cuanto a tu destino eterno. Dios desea asegurarte que tu pecado ha sido perdonado y que, después de que mueras, estarás para siempre con Él. Las vidas arraigadas en la gracia inmutable de Dios nunca pueden ser desarraigadas.

martes, 25 de marzo de 2014

¿ABANDONADO? Jamás

Isaías 49:13-16 … yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida… —Isaías 49:15-16 Hace años, mientras un matrimonio visitába el Museo Smithsoniano del Aire y el Espacio, en Washington, Estados Unidos, vieron que había un cochecito de bebé sin nadie cerca. Supusieron que los padres lo habían dejado allí y que estaban acarreando a su hijo en brazos, pero, cuando se acercaron, había un bebé durmiendo. ¿Dónde estaban los padres… algún hermano… una niñera? Se quedaron allí un rato antes de llamar a un empleado del museo. ¡Nadie aparecía para reclamar al precioso niño! La última vez que lo vieron, estaban llevándolo en su cochecito a un lugar seguro. Esa experiencia les hizo pensar en cómo será sentirse abandonado. Es una sensación tremenda que nadie se preocupe por uno; un sentimiento terriblemente doloroso. Pero aunque la gente nos abandone, el amor y la presencia de Dios están asegurados. Él promete que nunca nos dejará (Deuteronomio 31:8), que estará con nosotros dondequiera que vayamos, «todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). El Señor nunca dejará de cumplir lo que les prometió a sus hijos. Aunque los demás nos hayan abandonado, podemos confiar en su promesa de que nada «nos separará del amor de Cristo» (Romanos 8:35-39). La confianza en la presencia de Dios es nuestro consuelo.

lunes, 24 de marzo de 2014

LÍDERES EN EL FRENTE

Salmo 23 … Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. —Salmo 23:2-3 El libro de Stephen Ambrose, Banda de hermanos, sigue la historia de una compañía del ejército norteamericano desde su entrenamiento en Georgia, Estados Unidos, hasta la invasión de Normandía, en el Día D (6 de junio de 1944), y por último, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Durante la mayor parte de ese período, Richard Winters lideró esa compañía. Fue un oficial particularmente bueno porque iba al frente del grupo. Su expresión más habitual durante el combate era: «¡Síganme!». Tal vez otros oficiales buscaban la seguridad de la zona de retaguardia, pero si los hombres de Winters entraban en combate, él iba adelante. Jesús es el único Líder verdadero de sus hijos. Sabe qué necesitamos y dónde somos más vulnerables. Su liderazgo hace que el Salmo 23 sea el cántico más amado del himnario de la Biblia. En el v. 2, David expresa que el Pastor lo guiará «junto a aguas de reposo», y en el v. 3, agrega: «Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre». Estas ideas paralelas revelan por qué su cuidado es tan completo. Ya sea que se trate de momentos de refrigerio o renovación («aguas de reposo»), o de etapas para hacer lo que le agrada al Señor («sendas de justicia»), podemos seguirlo. Como expresa el antiguo himno: «Mi Señor conoce el camino a través del desierto; lo único que tengo que hacer es seguirlo». Jesús conoce el camino… ¡síguelo!

domingo, 23 de marzo de 2014

MOSTRAR Y CONTAR

Juan 13:5-17 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. —Juan 13:15 Si asistes un curso de redacción o a una conferencia de escritores, probablemente oigas esta frase: «Muestra, no cuentes». En otras palabras: «muestra» a tus lectores lo que sucede; no solo se lo cuentes. No les digas lo que hiciste, sino descríbeselo. Una de las razones por las que tendemos a contar en vez de mostrar es que lo primero resulta más fácil y más rápido. Mostrar cómo hacer algo requiere tiempo y esfuerzo. Al enseñar, es más sencillo decirles a los alumnos qué hicieron mal, en lugar de mostrarles cómo hacerlo bien. Sin embargo, esto último es más eficaz. Durante miles de años, el pueblo judío solo tenía la ley que les decía qué hacer y qué no. Pero más tarde, vino Jesucristo, quien les mostró cómo vivir de la manera que Él les había señalado siempre. Jesús no solo dijo: «Sean humildes», sino que «se humilló a sí mismo» (Filipenses 2:8). No declaró simplemente: «Perdonen a los demás», sino que nos perdonó (Colosenses 3:13). Sus palabras no fueron solamente: «Amen a Dios y a sus prójimos», sino que demostró su amor mediante sus obras (Juan 15:12). El ejemplo perfecto del amor divino muestra cuán grande es el amor de Dios hacia nosotros y cómo debemos demostrárselo a los demás. Amar es la voluntad de Dios en acción.

sábado, 22 de marzo de 2014

¡EN BREVE!

Apocalipsis 22:7-21 … Ciertamente vengo en breve… —Apocalipsis 22:20 Los anuncios que dicen «¡en breve!» suelen aparecer antes de la llegada de espectáculos de entretenimiento o deportivos, o para lanzamientos de tecnología de última generación. El objetivo es generar expectativa y entusiasmo por lo que está por suceder, aunque todavía falten meses para que llegue. Mientras leía Apocalipsis, en la Biblia, me impresionó la sensación de inmediatez que inunda todo el libro. En vez de decir: «Algún día, en un futuro distante, Jesucristo regresará a la Tierra», el texto está lleno de frases tales como «las cosas que deben suceder pronto» (1:1) y «el tiempo está cerca» (v. 3). Tres veces en el último capítulo, el Señor declara: «¡He aquí, vengo pronto!», «he aquí yo vengo pronto» y «ciertamente vengo en breve» (Apocalipsis 22:7, 12, 20). ¿Cómo puede ser… si ya han pasado 2.000 años desde que se escribieron esas palabras? «Pronto» no parece adecuarse a lo que nosotros entendemos como tiempo. En lugar de concentrarse en la fecha de su retorno, el Señor está exhortándonos a colocar nuestro corazón sobre lo que Él prometió y que se cumplirá. Somos llamados a vivir para Él en esta era, «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tito 2:13). Vive como si Cristo volviera hoy.

jueves, 20 de marzo de 2014

VERDADERO SACRIFICIO

Romanos 5:1-11 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. —Juan 15:13 Enrique era uno de los chicos buenos. Consideraba que su trabajo como policía era un servicio a la comunidad, y estaba totalmente dedicado a servir a cualquier precio. Una prueba de ese deseo se veía en la puerta de su casillero en la estación de policía, donde había pegado Juan 15:13. En ese versículo, nuestro Señor declaró: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos». Esas palabras no eran simples ideales nobles, sino que expresaban el compromiso de Enrique con sus deberes como policía; compromiso que demandó el precio supremo cuando fue asesinado mientras cumplía con su trabajo. Fue una muestra verídica del significado de un sacrificio verdadero. A las pocas horas de expresarlas, Jesucristo puso en práctica las poderosas palabras de Juan 15:13. El acontecimiento del aposento alto, donde Jesús habló de ese sacrificio, fue seguido de la comunión con su Padre en Getsemaní, una serie de juicios ilegales y, posteriormente, la crucifixión delante de una multitud que lo ridiculizaba. Por ser el Hijo de Dios, Jesús podría haber evitado el sufrimiento, la tortura y la crueldad. No tenía pecado ni merecía morir. Pero el amor, el combustible que impulsa el verdadero sacrificio, lo llevó a la cruz. Como resultado, nosotros podemos ser perdonados si aceptamos por la fe su sacrificio y su resurrección. ¿Has confiado en Aquel que entregó su vida por ti? Solo Jesús, el sacrificio perfecto, puede declarar perfectos a los culpables.

miércoles, 19 de marzo de 2014

ESTOY ABURRIDO

Juan 10:7-14 … yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. —Juan 10:10 Cuando nuestros hijos eran adolescentes, muchas veces conversábamos después de la reunión de jóvenes en la iglesia. Yo preguntaba: «¿Qué tal estuvo el grupo juvenil esta noche?». Y ellos respondían: «Aburrido». Después de varias semanas así, decidí averiguar qué pasaba. Entré sigilosamente en el gimnasio donde se reunían y los vi participar, reírse, escuchar… disfrutar muchísimo. Esa noche, mientras volvíamos a casa, pregunté otra vez, y contestaron: «Estuvo aburrido». Entonces, dije: «Estuve ahí y los vi. ¡Se divirtieron mucho!». Y respondieron: «Tal vez no estuvo tan mal como de costumbre». Me di cuenta de que, detrás de su reticencia a admitir que les gustaba la reunión de jóvenes, había cosas como la presión del grupo y el temor a parecer «fuera de onda». Pero después, me pregunté: ¿Acaso no temo yo también entusiasmarme demasiado con las cosas espirituales? En realidad, no hay nada en este mundo que valga más la pena que entusiasmarnos por la persona de Cristo y lo que hizo por nosotros. Él declaró: «… yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10). ¡Esto no tiene nada de aburrido! A cualquier edad, tenemos un regalo del Salvador que es un gran motivo para entusiasmarnos y digno de celebrar: ¡nuestra salvación! Si conoces a Cristo, siempre tienes un motivo para celebrar.

martes, 18 de marzo de 2014

A DIOS SEA LA GLORIA

1 Crónicas 25:1-8 Y Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era entendido en ello. —1 Crónicas 15:22 Cuando le pidieron a Josué que cantara en una iglesia que visitaba, le encantó participar, aunque le habían avisado solo unos minutos antes de empezar la reunión. Eligió un himno conocido, A Dios sea la gloria, porque era sumamente significativo para él. Lo ensayó algunas veces en el sótano de la iglesia y lo cantó sin acompañamiento musical durante el culto. Varias semanas después, se enteró de que a algunas personas de la iglesia no les había gustado su participación, ya que pensaron que había sobreactuado y que quería lucirse. Como no lo conocían, supusieron erróneamente que estaba cantando para impresionarlos y no para honrar al Señor. El Antiguo Testamento nos enseña que Dios designó personas talentosas para participar en la adoración en el templo. Desde los constructores hasta los líderes de la adoración, todos fueron elegidos según sus habilidades (1 Crónicas 15:22; 25:1, 7). El Señor nos ha dado diferentes talentos y dones espirituales a cada uno para que los utilicemos para su gloria (Colosenses 3:23-24). Cuando servimos con ese propósito y no para exaltarnos personalmente, no debemos preocuparnos de lo que piensen los demás. Dios nos ha dado lo mejor de Él, su Hijo Jesucristo, y nosotros debemos honrarlo dándole lo mejor de nuestra parte. Estamos en el mejor momento cuando servimos a Dios de corazón.

lunes, 17 de marzo de 2014

¿AMIGO IMAGINARIO?

Romanos 1:18-25 … Abraham creyó a Dios, […] y fue llamado amigo de Dios. —Santiago 2:23 Hace poco, me contaron sobre una publicidad junto a una carretera, que decía lo siguientes: «Dios es un amigo imaginario… decídete por lo real. Será mejor para todos». Evidentemente, esta osada declaración compara a los creyentes con niños cuyas vívidas imaginaciones inventan un compañero inexistente. Pero ¿acaso Dios es eso… un amigo imaginario? En realidad, las pruebas están a favor de su existencia. Reflexiona en esto: la creación del mundo muestra que hay un Diseñador detrás del universo (Romanos 1:18-20); la conciencia indica que hay un Legislador detrás de cada sentimiento humano sobre lo correcto y lo incorrecto (Romanos 2:14-15); nuestra creatividad en la música y el arte refleja el mismo atributo del Creador (Éxodo 35:31-32); Cristo revela cómo es Dios en forma humana (Hebreos 1:1-4); y la comunión y la participación del Espíritu Santo en el corazón del creyente manifiestan su realidad (Gálatas 5:22-23). La Biblia declara que habrá quienes nieguen la realidad de Dios (2 Pedro 3:4-6), pero Santiago nos recuerda acerca de ella y relata cómo el Señor mantuvo una relación de amistad con los creyentes del Antiguo Testamento: «Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios» (Santiago 2:23). ¿Has conocido al Dios redentor? Él entregó a su Hijo para que se convirtiera en tu Amigo real y eterno (Juan 15:15). «El amigo más querido en la Tierra es tan solo una sombra en comparación con Jesús». —Chambers

domingo, 16 de marzo de 2014

CADA PALABRA CUENTA

Deuteronomio 4:1-10 No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos del Señor… —Deuteronomio 4:2 Kim Peek fue un prodigio, conocido por su extraordinaria capacidad de recordar, que memorizó todas las obras de Shakespeare. Durante la representación de Noche de reyes, Peek notó que el actor había omitido una palabra de uno de los versos. Entonces, repentinamente, se puso de pie y exclamó: «¡Un momento!». El actor se disculpó y dijo que había pensado que a nadie le importaría. Peek respondió: «A Shakespeare sí». Las palabras son importantes. En especial, cuando son las propias palabras de Dios. Moisés le advirtió a Israel: «No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os ordeno» (Deuteronomio 4:2). A menudo, les recordaba a los israelitas la misericordia y la fidelidad de Dios hacia ellos en el pasado. Pero también enfatizaba la importancia de obedecer los mandamientos del Señor mientras se preparaban para entrar en la tierra prometida. Les dijo que la obediencia daría como resultado bendiciones en la vida y una herencia abundante (vv. 39-40). A Dios le importaba cada mandamiento y cada regla. La importancia que su pueblo daba a la Palabra de Dios demostraba cuánto lo valoraban. En la actualidad, cuando valoramos la Palabra de Dios, la manejamos con cuidado y obedecemos lo que dice, estamos ofreciéndole al Señor la reverencia que ciertamente merece. La Palabra de Dios no necesita ni agregados ni recortes.

sábado, 15 de marzo de 2014

ROCA DE REFUGIO

Salmo 94:3-23 Mas el Señor me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza. —Salmo 94:22 Durante unas vacaciones, caminaba por la orilla de un gran lago. Al acercarme a un montón de rocas, noté un pequeño hueco entre ellas y vi que una pequeña planta se había arraigado allí. Parecía estar absorbiendo la cantidad justa de luz solar y de agua, y también obtenía algo más: protección. Ni los aguaceros ni las tormentas de viento afectarían sus delicadas hojas. El hábitat seguro de la planta me recordó la letra de este conocido himno: «Roca de la eternidad, fuiste abierta para mí; sé mi escondedero fiel». Estas palabras expresan lo que muchos queremos cuando nos encontramos con gente con malas intenciones; personas caracterizadas por el orgullo, la crueldad y un desprecio hacia Dios (Salmo 94:4-7). Cuando somos el blanco de la maldad de alguien, podemos recordar el testimonio del salmista: «Mas el Señor me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza» (v. 22). Como nuestra roca, el Señor es confiable y fuerte. Como nuestro refugio, puede brindarnos seguridad hasta que pasen los problemas. El salmista nos recuerda: «… debajo de sus alas estarás seguro…» (Salmo 91:4). Con Dios como nuestro defensor, no debemos temer lo que hagan los demás. Podemos confiar en que Él nos sostendrá cuando surjan dificultades. Puedes encontrar refugio en la Roca de los siglos.

viernes, 14 de marzo de 2014

UN TIPO DE GLORIA DIFERENTE

Juan nos contó que el cambio del agua en vino fue el primer milagro de Jesús y que a través de éste, Él reveló Su gloria (2:11). Pero cuando vemos de cerca el carácter del milagro, parece que hay muy poco en él que sea «glorioso.» Juan dio a entender que tal vez los únicos que incluso supieron que hubo un milagro fueron los siervos que habían llenado las jarras (v. 9). Esto no es para decir que el milagro no fue «milagroso.» Pero me gustaría enfatizar el carácter de la obra del milagro por parte de Jesús, la manera en que obró casi todos Sus milagros. No había ninguna agitación de la mano en el aire, ni siquiera una insinuación de llamar la atención hacia Sí mismo. Esto es a lo que me refiero cuando los llamo los milagros «no milagrosos» de Jesús. «Llenen las jarras y llévenlas para allá», dice sencillamente. «¿Cuál milagro?» podrían haber preguntado los que estaban allí. Luego, «el maestresala probó el agua convertida en vino» (v.9). Eso es todo. Ninguna formula mágica, ¡por cuanto el Señor del universo no necesita de la prestidigitación! Ninguna glorificación de Sí mismo. Sin embargo, Juan dijo que fue así como Jesús reveló Su gloria. Ésta fue la «manera» de Jesús. Así era como lograba la alabanza para el Padre Cuando examinamos los milagros desde esta perspectiva, aparece una imagen más consistente de Jesús de Nazaret. Tiene sentido que Aquél que se negó a considerar el ser igual a Dios obrara la mayoría de Sus milagros de una manera tan no milagrosa — casi a escondidas. Encaja con la paradoja de Su vida, ¿no es cierto? Poder por medio de la debilidad, sabiduría a través de la insensatez, y total victoria por medio de la sangrienta derrota. En nuestras vidas, Jesús a menudo comienza un cambio milagroso con un sencillo mandamiento, «Sígueme» o «No temas.» La boda en Caná tiene el propósito de prepararnos para el hecho que las personas a nuestro alrededor en el mundo generalmente no alcanzarán a apreciarlo o incluso verlo en absoluto. Este primer milagro también nos enseña que Él está listo a transformar toda situación ordinaria en el glorioso material del que están hechos los milagros.

jueves, 13 de marzo de 2014

ANDAR MÁS LENTO

Éxodo 20:8-11 Cuando al escritor Bruce Feiler le diagnosticaron cáncer óseo en la cadera, necesitó ayuda para caminar durante más de un año. Aprender a movilizarse con muletas le hizo valorar la importancia de andar más lentamente en la vida. Declaró: «La idea de desacelerar se convirtió en la lección más importante que aprendí por experiencia propia». Después que Dios liberó a su pueblo de Egipto, le dio un mandato que lo haría desacelerar y hacer una pausa para verlo a Él y al mundo. El cuarto mandamiento presentó un contraste dramático con la esclavitud que Faraón había impuesto a los israelitas, cuando no tenían ningún descanso durante su rutina de trabajo diario. Se estableció que el pueblo de Dios apartara un día por semana para recordar varias cosas importantes: la obra del Señor en la creación (Génesis 2:2), la liberación de la esclavitud en Egipto (Deuteronomio 5:12-15), la relación de Israel con Dios (6:4-6) y la necesidad de una renovación personal (Éxodo 31:12-18). No tenía que ser un día de ocio, sino de reconocimiento, adoración y descanso en Dios. A nosotros también se nos llama a desacelerar el paso, a renovarnos física, mental y emocionalmente, y a contemplar a Dios en su magnífica creación. Comenzamos a vivir para Dios cuando descansamos en Él.

miércoles, 12 de marzo de 2014

EL ESCUDO DE LA FE

Entre las piezas estratégicamente recomendadas de la armadura de Dios, el libro de los Efesios nos dice, «en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno» (v.16). ¿Por qué necesitamos aprender a usar nuestro «escudo de la fe» «en todo»? Porque el escudo es la armadura de la armadura. El objetivo del guerrero era extinguir cualquier dardo en curso con su escudo para detener cualquier daño potencial, como perder el sentido, recibir magulladuras, o heridas. Cuando el escudo del guerrero no estaba en alto, las otras piezas de la armadura quedaban vulnerables. Lo mismo es verdad en nuestra guerra espiritual. Nuestras batallas más duras invariablemente concernirán a asuntos de la fe — aquellas épocas cuando estamos tentados a pensar que la Palabra de Dios y Sus caminos no funcionan con nosotros o que Él nos ha fallado. Si Satanás puede hacer que dejemos caer nuestro escudo de la fe, él sabe que no podemos permanecer de pie por mucho tiempo. Las primeras palabras que se registran como que salieron de la boca de la serpiente fueron: «Conque Dios os ha dicho . . . ?» (Génesis 3:1). Él usó la pala del engaño para sembrar duda. Satanás, haciéndose pasar por la serpiente, sabía que no podía impedir que Eva creyera en Dios, así que la tentó a que no le creyera a Dios o que no confiara en Sus motivos. El caminar de ella comenzó a flaquear, su duda fue contagiosa, y la pareja perdió la tierra que Dios había colocado bajo sus pies. Cuando Eva dejó caer su escudo de la fe, todas las demás piezas de la armadura espiritual quedaron vulnerables. Satanás sabía que ella no permanecería de pie por mucho tiempo. Cuando ella cayó, cayó duro. Sé cómo se siente. «En todo», tú y yo tenemos que aprender a tomar nuestro escudo de la fe. También necesitamos desesperadamente conocer la Palabra de Dios y empuñar la «espada del Espíritu» para que cuando el enemigo sugiera astutamente, «Conque Dios os ha dicho . . . ?» podamos conocer la respuesta de manera enfática. Cuando respondemos a los ataques de la duda, de la distorsión, y del engaño con el escudo de la fe, el dardo encendido se extingue y el enemigo recibe otro golpe. Le debo unos cuantos. ¿Y tú? —BM

martes, 11 de marzo de 2014

COLGADO DE LA NADA

Job 26:5-14 Él extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada. —Job 26:7 Un mapamundi publicado por la revista National Geographic Society dice así: «La masa de la Tierra es de aproximadamente 6.600 trillones de toneladas». ¿Qué sostiene todo ese peso? Nada. El planeta donde vivimos rota sobre su eje a 1.600 kilómetros por hora a medida que se traslada por el espacio en su órbita alrededor del sol. Sin embargo, es fácil que esto pase inadvertido en medio de nuestras preocupaciones diarias sobre la salud, las relaciones interpersonales y las cuentas que debemos pagar. En su lucha por encontrarle sentido a la abrumadora pérdida de su salud, riqueza e hijos, Job, un personaje del Antiguo Testamento, consideró una y otra vez la creación divina y declaró: «[Dios] extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada» (Job 26:7). Se maravillaba frente a las nubes que no se rompían por el peso del agua que contenían (v. 8) y ante el horizonte «hasta el fin de la luz y las tinieblas» (v. 10); aun así, los llamó «sólo los bordes de sus caminos» (v. 14). La creación en sí no respondió las preguntas de Job, pero los cielos y la Tierra señalaban a Dios el Creador, el único que podía auxiliarlo y darle esperanza. El Señor que sostiene el universo «con la palabra de su poder» (Hebreos 1:3; Colosenses 1:17) controla diariamente nuestra vida. Las experiencias que parecen estar «sobre [el] vacío» están todas aseguradas por el poder y el amor de nuestro Padre celestial. Cuando reflexionamos en el poder del Dios de la creación, vemos cuánto nos cuida.

lunes, 10 de marzo de 2014

MANTENERSE UNIDOS

1 Corintios 12:12-27 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. —1 Corintios 12:14 La mayor parte de las regiones del mundo conoce el fenómeno asombroso de la nieve. Los copos de nieve son cristales de hielo hermosos y singularmente elaborados. Por sí solos, son frágiles y se derriten rápidamente si nos caen en la mano. Sin embargo, agrupados, generan una solidez considerable. Pueden inmovilizar grandes ciudades y, al mismo tiempo, crear paisajes maravillosos con árboles cubiertos de nieve, cuyas fotografías decoran calendarios y se convierten en motivos de obras de arte. Brindan placer en las laderas para esquiar, y alegría a los niños cuando hacen muñecos de nieve y bolas para arrojarse unos a otros. Todo porque los copos se mantienen unidos. Lo mismo sucede con los que seguimos a Cristo. Cada uno ha sido exclusivamente dotado con capacidades para colaborar en la obra de Dios. La intención nunca fue que viviéramos aislados, sino que trabajáramos juntos para convertirnos en una gran fuerza para Dios y el progreso de su causa. Pablo nos lo recuerda diciendo que el cuerpo de Cristo «no es un solo miembro, sino muchos» (1 Corintios 12:14). Todos debemos usar nuestros dones para servirnos mutuamente, de modo que, juntos, podamos marcar una diferencia significativa en el mundo. Pon tus dones a trabajar, coopera alegremente con los talentos de quienes te rodean ¡y deja que el Espíritu te utilice para su gloria! Podemos lograr más juntos que solos.

domingo, 9 de marzo de 2014

VESTIDOS PARA ENGAÑAR

2 Pedro 2:1-3, 12-19 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. —Mateo 7:15 Mientras escalaba unas montañas, un cazador divisó un carnero que no se parecía al resto del rebaño. Al acercarse para verlo, se dio cuenta de que el extraño animal era un hombre disfrazado. Cuando las autoridades lo contactaron para averiguación, declaró que su disfraz era un traje de pintor cubierto de lana, y que estaba probándolo para salir de cacería. El engaño del cazador me recuerda las palabras de Jesús: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mateo 7:15). Los falsos maestros no dan el fruto del Espíritu de Dios (Gálatas 5:22-23), sino que «siguiendo la carne, […] desprecian el señorío» (2 Pedro 2:10). Son atrevidos, egoístas y codiciosos (vv. 10, 14). Gobernados por sus deseos personales, explotan a la gente con «palabras fingidas» (v. 3). La Biblia declara que estos líderes espirituales descarriados van camino a la destrucción y que arrastrarán con ellos a muchas personas crédulas e ignorantes (vv. 1-2). Jesús, el buen Pastor, en lugar de procurar el beneficio personal, entregó su vida por sus ovejas. Dios no quiere que nadie sea desviado por falsos maestros, sino que estemos alertas en cuanto a estos engañadores y lo sigamos a Él: el verdadero Pastor de nuestras almas. Los sustitutos abundan, pero Cristo hay uno solo.

viernes, 7 de marzo de 2014

AMOR Y ORACIÓN

Salmo 92 Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes. —Salmo 92:14 En un popular libro para niños, Winnie the Pooh observa a Kanga mientras esta se aleja saltando. Ojalá yo pudiera saltar así, piensa. Algunos pueden y otros no. Así son las cosas. Vemos que hombres y mujeres más jóvenes y más habilidosos hacen cosas extraordinarias que nosotros no podemos hacer. Ellos sí… nosotros no. Así son las cosas. Es fácil sentirse inútil cuando uno no puede hacer lo que antes podía. Es cierto que quizá no podamos «saltar» como solíamos hacerlo, pero podemos amar y orar. Estas son actividades que el tiempo y la experiencia nos han preparado para hacerlas bien. El amor es el regalo más maravilloso que tenemos para dar a Dios y los demás. No es un asunto intrascendente, ya que es el medio por el cual cumplimos por completo nuestro deber para con Él y nuestro prójimo. Que amemos a una persona puede parecer una acción insignificante, pero el amor es el don más grandioso de todos (1 Corintios 13:13). Además, podemos orar. Pablo instó a los colosenses a «[perseverar] en la oración, velando en ella con acción de gracias» (Colosenses 4:2). ¡Nuestras oraciones son una fuerza poderosa en el universo! Sin duda, el amor y la oración son obras poderosas, las más grandes que podamos realizar. ¿Por qué? Porque el Señor, que desea utilizarnos, es un Dios todopoderoso y con un amor ilimitado. Dios derrama su amor en nuestro corazón para que fluya hacia los demás.

jueves, 6 de marzo de 2014

UN MILAGRO ALADO

Salmo 104:10-24 ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Señor! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tus beneficios. —Salmo 104:24 Entre las criaturas de Dios, ¡la mariposa es una de las más hermosas! Su vuelo delicado, sus alas coloridas y sus patrones migratorios son rasgos que la convierten en una obra maestra del mundo natural. Este insecto volador no solo deleita la vista, sino que también nos proporciona ejemplos extraordinarios de la maravillosa obra creadora de Dios. Por ejemplo, la majestuosa mariposa monarca puede recorrer 4.800 kilómetros al migrar a América Central, y llegar exactamente al mismo árbol donde sus padres o incluso sus abuelos se posaron una o dos generaciones antes. Lo hace guiada por un cerebro del tamaño de la cabeza de un alfiler. O consideremos su metamorfosis: después que la oruga se envuelve en una crisálida, libera una sustancia química que convierte su interior en una pasta… sin partes perceptibles. De algún modo, de allí emergen el cerebro, los órganos internos, la cabeza, las patas y las alas de una mariposa. Un experto en estos insectos declaró: «La transformación del cuerpo de una oruga en el cuerpo y las alas de una mariposa es, sin duda, una de las maravillas de la vida sobre la Tierra». Otro estudioso piensa que esta metamorfosis es «merecidamente considerada un milagro». «¡Cuán innumerables son tus obras, oh Señor!» (Salmo 104:24); y la mariposa es una de ellas. El diseño de la creación apunta al Diseñador Maestro.

miércoles, 5 de marzo de 2014

¿LO HAGO O NO LO HAGO?

Proverbios 19:15-25 Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días. —Proverbios 19:20 ¿Lo hago o no lo hago? Marilina se enfrentó con esta pregunta cuando plantó un retoño el verano pasado. El vendedor le aconsejó: «Colóquele una estaca durante un año para que lo sostenga durante los vientos fuertes. Después, quítela para que las raíces se hagan profundas». Pero un vecino le dijo: «Ponerle una estaca puede hacerle más mal que bien. El árbol necesita fortalecer sus raíces desde el principio. Si no, tal vez no lo haga nunca. Sin la estaca durará más tiempo». ¿Puede está pregunta aplicarse también a las relaciones interpersonales? Por ejemplo, si alguien se ha metido en problemas, ¿«lo amarramos a una estaca» para rescatarlo o dejamos que «eche raíces profundas» por sí solo mientras enfrenta las consecuencias de sus decisiones? Sin duda, depende de lo que parezca mejor para su bienestar espiritual a largo plazo. ¿Qué hace el amor y cuándo lo hace? Proverbios 19 ofrece perspectivas opuestas: debemos apiadarnos y ayudar (v. 17 lbla), pero también es peligroso rescatar a otro porque tal vez haya que hacerlo otra vez (v. 19 lbla). Brindar la ayuda correcta exige una sabiduría superior a la nuestra. Dios no nos ha dejado librados al azar, sino que nos dará sabiduría cuando se la pidamos. Y en la medida en que nos apoyemos en el Señor, nos arraigaremos más profundamente en Él. La sabiduría verdadera es mirar al mundo desde la perspectiva de Dios.

martes, 4 de marzo de 2014

VISIÓN ETERNA

2 Corintios 4:16–5:8 No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven… —2 Corintios 4:18 El mes pasado, tuve buenas noticias del oculista: mi visión de lejos había mejorado. Bueno, pensé que era una buena noticia hasta que una amiga me informó: «La visión de lejos puede mejorar con la edad; la de cerca puede disminuir». El informe me hizo pensar en otra clase de mejora en la visión a distancia que he observado en algunos creyentes: los que conocen al Señor desde hace tiempo o que han atravesado grandes pruebas parecen tener una mejor visión del cielo que los demás. Su visión eternal ha mejorado, y la de cerca, «terrenal», ha disminuido. Como el apóstol Pablo tenía esta clase de visión, instó a la iglesia de Corinto: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; […] pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» (2 Corintios 4:17-18). Por ahora, luchamos con nuestra «visión». Hay una tensión entre disfrutar de todo lo que Dios nos ha dado en esta vida y creer lo que el teólogo Jonathan Edwards afirmó sobre nuestro futuro: «Ir al cielo para disfrutar plenamente de Dios es infinitamente mejor que las residencias más placenteras de este mundo». Ver al Señor será la visión perfecta. Mantén la mirada fija en el galardón.

lunes, 3 de marzo de 2014

DE MI LADO

Salmo 118:1-6 El Señor está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. —Salmo 118:6 Después de ganar dos medallas de oro en los Juegos de Londres 2012, la diminuta atleta olímpica Gabby Douglas declaró lo siguiente: «Dios nunca te fallará. Siempre está de tu lado». A veces, esta clase de declaración de parte de un atleta puede malinterpretarse. Puede dar a entender que si estoy compitiendo contra ti en un deporte y Dios me ayuda, inevitablemente ganaré. Pero si vamos al Salmo 118:5-6, el escritor nos ofrece el cuadro verdadero de lo que significa esta frase: «Desde la angustia invoqué al Señor, y me respondió el Señor, poniéndome en lugar espacioso. El Señor está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre». La idea de la frase «el Señor está conmigo» (v. 6) es que, cuando surgen problemas en nuestra vida, Dios, que está lleno de misericordia y amor (un amor que «perdura para siempre», v. 4), estará permanentemente atento a nuestra situación y nos protegerá como sea necesario. No hace falta ser un campeón olímpico para valorar esta clase de atención divina. Esto es lo que necesitamos cuando hay problemas con la economía y nuestras finanzas se ven afectadas. Es lo que precisamos cuando se termina una relación interpersonal apreciada. Sin importar cuál sea tu situación, como seguidores de Cristo sabemos dónde encontrar ayuda. «El Señor está conmigo». En medio de cada prueba, Dios está de nuestro lado.

domingo, 2 de marzo de 2014

ME GUSTA Mateo 5:17-20 La suma de tu palabra es verdad… —Salmo 119:160 Pandora es una de las maravillas musicales de la era de Internet. Te ayuda a crear tu propia estación de radio al permitirte «personalizar» tu música. Reproduce una canción y tú haces clic sobre una señal para indicar si te gusta o no. Así terminas teniendo una serie de canciones que te agradan. Lamentablemente, a veces hacemos lo mismo con la Biblia. Algunos eligen ciertos pasajes escriturales que les gustan más e ignoran los otros, y así, «personalizan» sus preferencias. El salmista consideró la Palabra de Dios de la siguiente manera: «La suma de tu palabra es verdad…» (Salmo 119:160). Y el apóstol Pablo le dijo al joven pastor Timoteo: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil…» (2 Timoteo 3:16). Las Escrituras eran importantes para Jesús (Mateo 5:17-18), pero Él no las tomaba como lo hacían los líderes religiosos de su época. Para Él, «no matarás» estaba al mismo nivel de «cualquiera que se enoje contra su hermano» (vv. 21-22). Lejos de personalizar las Escrituras, le interesaba la motivación de la gente al aplicarlas en su totalidad. A medida que abracemos la Palabra de Dios más plenamente, conoceremos más al Señor y desearemos honrarlo. Cuando abras la Biblia, pídele a su Autor que abra tu corazón.

sábado, 1 de marzo de 2014

MIRAR HACIA ABAJO

Lucas 18:9-14 Digo […] a cada cual […] que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura. —Romanos 12:3 Después de una cirugía menor de ojos, la enfermera me dijo: «No mire hacia abajo durante las próximas dos semanas. No cocine ni limpie». ¡La última parte de las instrucciones era más fácil de cumplir que la primera! Las incisiones necesitaban cerrarse, y ella no quería que les aplicara ninguna presión innecesaria al mirar hacia abajo. C. S. Lewis escribió sobre otra clase de mirada hacia abajo que puede causarnos problema: «En Dios hallamos a alguien que en todos sentidos es inconmensurablemente superior a nosotros. […]. Mientras seamos orgullosos no podemos conocer a Dios. El orgulloso siempre se cree por encima de los demás; y, claro, mientras estemos mirando hacia abajo no podemos ver lo que hay por encima de nosotros» (Mero cristianismo). Jesús relató una parábola sobre un fariseo que se sentía superior a los demás. En una oración orgullosa, le dio gracias a Dios porque no era como los otros hombres (Lucas 18:11). Miraba despectivamente a los extorsionadores, los injustos, los adúlteros y los recaudadores de impuestos que también estaban orando en el templo. En cambio, el publicano sabía que era pecador delante de Dios y le rogaba que fuera misericordioso con él (v. 13). El orgullo puede ser un problema para todos. Dejemos de mirar hacia abajo a los demás, y veamos al Dios que está muy por encima de todos nosotros. La soberbia espiritual es la más arrogante de todas las clases de orgullo.